Para entender el porqué del nombre y ubicación de esta Basílica, debemos de remontarnos al siglo II. Sabina fue una noble romana que, de mano de su niñera Serapia, se convirtió al cristianismo en la convulsa época pagana. Descubierta, capturada y decapitada después de capturaran a Serapia, con el tiempo se la recordaría como a una mártir y santa.
Se dice que antes de morir, dejó su casa como lugar de culto para los fieles, y es aquí donde se construiría la Basílica de Santa Sabina, según se dice. Aunque no se puede confirmar rotundamente, en una excavaciones realizadas recientemente, se pudieron encontrar bajo la basílica restos de una casa patricia, por lo que la teoría que antes menciono se ve reforzada por este hallazgo. Los restos de la santa están depositados en dicha basílica.
El mejor ejemplo de basílica paleocristiana
Exterior de la basílica, donde podemos ver la cabecera
La basílica de Santa Sabina fue construida entre los años 422 - 433, en el monte Aventino, una de las siete colinas sobre las que se construyó Roma.. Fue construida por el sacerdote Pedro. En 1219 sería entregada a Santo Domingo, siendo hoy la sede de los dominicanos. Es, a día de hoy, el mejor ejemplo que se conserva de una basílica paleocristiana.
Como bien sabremos, la basílica paleocristiana es la sucesora de la romana, y lo es por el hecho de que fueron estos mismos edificios reconvertidos en templos, tras la promulgación del Edicto de Milán (313 d. C.)Exterior del templo
Observamos que el muro está recubierto, por lo que deducimos que utilizaron ladrillo o mampostería (materiales baratos y ligeros). Podemos observar también las tres naves y la diferencia de altura de la central con las demás. Sobre las naves laterales, vemos como se abren varios ventanales, otorgando una mayor luminosidad interior, además de suavizar el aspecto tosco de la basílica y ahorrar más peso que soportar a la estructura, además encontramos una cubierta a dos aguas. En general, el exterior del templo es austero y carece de ornamentación, lo que refuerza la interiorización del edificio paleocristiano como hemos ido viendo a lo largo del paleocristiano y bizantino.Interior del templo
Fotografía de: Lawrence O.P.
Ya en el interior, tendremos tres naves, de las cuáles, central tendrá una anchura y altura mayores, como se aprecia en el exterior. La planta es idéntica a la de la basílica romana, rectangular, y las naves están separas por intercolumnios. La techumbre plana es de madera, lo que permitía además una mejor acústica durante la misa. Como podemos observar, en los muros de la parte superior de la nave central se abre una fila de ventanas (o vanos), esto aporta una mayor luminosidad de la nave, a la vez que aligera el peso de la estructura.
Bajo los ventanales, a la altura de las naves laterales, encontramos una serie de columnas unidas por arcos de medio punto, a esto se le llama "intercolumnio".
Fotografía de: Lawrence O.P.
En la imagen derecha vemos el ejemplo de intercolumnio, donde las columnas están unidas a través de arcos de medio punto. Esta fila de intercolumnios son las que dividen la basílica en las tres naves.
Las columnas están hechas en mármol, y presentan capiteles con motivos vegetales (hojas de acanto), siguiendo la estela del orden corintio. También se presenta un fuste acanalado que otorga mayor esbeltez a la columna.
En el centro de la nave central, nos encontramos la pérgola de acceso a la parte privada de la basílica, sólo accesible para el clero.
Así, y como era en tiempos de la basílica romana, al entrar en la basílica, los elementos y la disposición de los mismos están orientados hacia la cabecera y el altar, simbolizando de esta manera "el camino de Dios". En la cabecera tenemos el ábside, en el que se encuentra un fresco de Taddeo Zuccari que data de 1560, aunque en realidad sustituye al mosaico original del siglo V. Probablemente y a pesar del cambio, la composición se mantuvo fiel al mosaico.
Vista de las columnas con el ábside de fondo (Fotografía de mdiepraam)
Fresco del ábside, donde apreciamos la figura de Cristo en el centro rodeado, y a sus pies los corderos bebiendo
agua de la fuente (Fotografía de Lawrence O.P.)
El ábside está enmarcado en un gran arco del triunfo, el cuál encontramos bordeado por medallones con imágenes de Santos.
Fotografía de: Adrianosan
Bajo el ábside se abren tres grandes ventanas, simbolizando la Santísima Trinidad.
Uno de los elementos más destacados de la basílica es la imponente puerta de madera, la cuál se conserva desde el siglo V, aunque se cree que quizás fue creada para otro lugar distinto al que ocupa hoy día. En esta, podemos ver relieves del antiguo y nuevo testamento, como por ejemplo, la crucifixión de Cristo, una de las primeras escenas que se representaron de este capítulo.
La calidad de la talla dota de más valor, si cabe, a la puerta. Esto a llevado a cuestionarse a los expertos algunos elementos de la misma, ya que se aprecia una gran imaginería en varias escenas.
Escena de la crucifixión de Cristo (Fotografía de Lawrence O.P.)
También no dejar atrás la inscripción en latín que hay sobre el umbral de la puerta, la cuál es original.
Inscripción original en latín (Fotografía de: Lawrence O.P.)
Fotografía de: Lawrence O.P.
Es un placer haber podido hablar sobre una de las basílicas más importantes de la historia del arte, espero que os haya ayudado a muchos, y si tenéis cualquier duda, no dudéis en escribirlo en los comentarios.
Agradecer a Lawrence O.P., Adrianosan y mdiepraam por su aportación y colaboración con imágenes propias para la realización de este post, ¡Muchas gracias a todos!
Saludos, Atte.