1. Daenerys Targaryen
Al principio de la serie Danny, interpretada por Emilia Clarke, era utilizada por su hermano Viserys como moneda de cambio. Era una mujer débil y un mero instrumento para las ansias de poder del príncipe desterrado. Sin embargo, fue aprendiendo de sus errores y aciertos, se rodeó con consejeros muy hábiles y finalmente consiguió dar vida y criar tres poderosos dragones.
Daenerys Targaryen es la poseedora de más títulos de la serie, conocida como Khaleesi, Madre de Dragones, Rompedora de Cadenas y La que no arde. Y sin embargo, el anteúltimo episodio tiró por la borda toda la construcción del personaje y la redujo a una mujer presa de sus emociones violentas. En el universo de Game of Thrones, dicen que “cuando nace un Targaryen los dioses lanzan una moneda al aire y el mundo aguanta el aire para ver como cae”. Por lo visto la locura, similar a la de su abuelo, es la clave de Daenerys. Resta ver si en el último episodio hay algún giro que trate de redimirla.
2. Jaime Lannister
El asesino de reyes y el rompedor de juramentos, Jaime Lannister es un personaje que se ha ganado a los fanáticos a través de un viaje de redención. Desde el inicio de la serie, donde con sus actos mezquinos por defender su incestuosa relación con su hermana mandó a asesinar al noble Ned Stark, hasta la pérdida de su brazo para proteger a Brienne.
Lo cierto es que el último episodio lo volvió a pintar como un personaje odioso y desconsiderado. Todos los cambios que planteo en su personalidad para intentar redimirse, su lucha contra los Caminantes Blancos y la negativa a seguir las órdenes de su hermana, fueron en vano.
3. Tyrion Lannister
El enano más inteligente y sarcástico de la serie. Los rasgos más llamativos de Tyrion en las primeras temporadas lo mostraban como un ser manipulador, pero lógico. Inteligente y capaz de persuadir a las personas para conseguir sus objetivos. Sin embargo viene encadenando malas decisiones y no parece entender señales directas que le indican que las cosas no van a salir como quiere.
Recordarlo tratando de convencer a Cersei de rendirse, cuando conoce su crueldad, o advirtiendo que si suenan las campanas no habrá necesidad de destruir la ciudad cuando la reina parece determinada a hacerlo, dan cuenta de un personaje que ha perdido las principales cualidades que lo hacían querible y admirable en el desgarrador y violento mundo de Juego de Tronos.