Timothée Chalamet, lo mejor dentro del caos de Hot Summer Nights
Vamos, no todo en Hot Summer Nights está perdido. La opera prima de Elijah Bynum es una coming of age. Daniel o “Danny”, como hace llamarse, es un adolescente un tanto torpe; un día en pleno verano se ve inmerso en el mundo de las drogas.
Pues Danny es nada más y nada menos que Timothée Chalamet; quien demuestra que esa clase histriónica de Llámame por tu nombre (y la catedral de premios que se llevó) no fue suerte de principiante; el chico emana talento. Él tiene el mando de la película; no sólo carga con ella en hombros, también es lo mejor (de sobra) y mira que la tiene difícil porque el guión es bastante deficiente. Nos presenta a un protagonista torpe y por momentos irritante. No sólo eso, hay que decir que una de las decisiones más extrañas de toda la película es el marco narrativo.
La narración de una película puede ser un éxito (si es usado el recurso cuando realmente es necesario) o un error garrafal y me temo que Hot Summer Nights está en este grupo. Su narrador nunca se presenta y habla sobre los eventos y personajes de la historia como si fueran cuentos legendarios de aventuras; por si esto no fuese ya lo suficientemente rebuscado, hay historias que no llevan un seguimiento. Por ello cuesta realmente conocer a otros personajes, o conectar con ellos. Incluso el mismo Danny, en ningún momento deja del todo claro sus motivaciones.
De hecho, hay un punto donde el personaje de Danny muestra cero conflicto y todas las decisiones que toma o lo que hace; es en base a lo que el piensa “es guay”. ¿Por qué prefiere que le digan Danny en vez de Daniel? Porque es guay. ¿Por qué vender drogas? Porque es guay. ¿Por qué fumar? Porque es guay. Basta, no hay conflicto. Incluso hay situaciones que suceden porque sí. Porque (el director cree que) es guay.
Personajes femeninos de adorno
Y aunque no queden del todo claro las motivaciones de Danny, este al menos las tiene. El personaje responde a un por qué. Mientras que los únicos dos (!) personajes femeninos en la historia Amy y McKayla están allí para ser los objetos de deseo de los personajes masculinos. Para Hunter (otro secundario que está allí para representar el rol de chico malo), Amy representa una vida mejor; una manera de redimir sus errores previos (es decir, cualquier metedura de pata en nombre de las drogas). McKayla es la chica que todo el mundo quiere, como nos dice el narrador una y otra vez. Literalmente. Lo menciona tantas veces que se pierde la cuenta. Finalmente, cuando Danny y McKayla se encuentran, están inmersos en un torbellino romance dónde ninguno parece saber qué hacer. A medida que Danny se vuelve cada vez más errático en sus deseos, los resultados finales conducen a una conclusión insatisfactoria para él y el resto de los personajes.
Como un debut para el escritor y director Elijah Bynum, Hot Summer Nights se muestra más interesado en proyectar un estilo; en lugar de contar una historia con sustancia. Es por eso que no destacar el trabajo de diseño de vestuario, de producción y la fotografía sería injusto. Pero si una película carece de una buena historia, carece de columna vertebral. Y aunque Hot Summer Nights tiene un par de momentos entretenidos, se pierde en sus propias intenciones.