Ya os he comentado que prácticamente nunca enciendo la tele y que la poca que
veo (más bien oigo) es porque Javier la pone y, en un apartamento pequeño
como el nuestro, es fácil pasar, mirar y pillar algún trozo de la trama de una
película o serie.
No suelo sentarme a verlas, prefiero dedicar mi tiempo libre a la fotografía y la
edición del blog.
Pero la semana pasada mi compañera Reme me habló de una serie noruega
con una trama interesante, una fotografía muy cuidada y maravillosos paisajes
y casas: Frikjent (Absuelto).
Se lo comenté a Javier para que la buscara, hemos empezado a verla y estamos
enganchados.
El diseño de los títulos de cabecera es fantástico y, junto a la relajante canción,
consigue hacernos entrar en ambiente rápidamente.
Podéis verlo en este vídeo.
El paisaje es impactante: puede resultar irreal con ese mar profundo y
calmo que parece un espejo, pero nosotros sabemos que es realmente
así, como comprobamos en nuestro viaje a Noruega el verano pasado
y pudisteis ver en algunos de nuestros post de viajes.
La serie ha sido rodada en el fiordo de Sognefjord, el más profundo de Noruega.
No visitamos precisamente éste fiordo, pero sí otros muchos igualmente
idílicos, como el de Storfjord o Romsdalsfjord.
Y como estoy en plena rememoración del país noruego gracias a la serie,
hoy comparto con vosotros las últimas fotografías de nuestro viaje al país
escandinavo: Honningsvåg, un pueblito en la costa más septentrional de la
noruega continental, justo pasado el círculo polar ártico.
El día que lo visitamos hizo un sol espléndido y una agradable temperatura
propia de nuestra primavera, aunque estábamos a finales de julio.
Las casas de madera, con sus detalles arquitectónicos y decorativos muy cuidados, parecen de cuento.
Los jardines muy naturales con macizos de flores por doquier.
Las flores surgen naturalmente en lugares insospechados, como esa ribera
de margaritas en el malecón del puerto.
En el pequeño cementerio de la iglesia, también flores plantadas en las
tumbas en vez de ramos de flores.
Por latitud, la vegetación es tipo tundra y en algunos lugares puede verse como
la pequeña pero frondosa capa de suelo está directamente sobre la roca madre.
El mar se divisa desde todos los lugares ya que rodea, inmenso, este pueblo
en el que existe aún población Sami, los habitantes originarios de Laponia.
Javier y yo llegamos a verbalizar nuestro deseo de vivir en un lugar
tranquilo y bonito como éste, ¿recordáis?
Aunque imagino que en pleno invierno la situación no resultaría tan idílica y
unos sureños urbanitas como nosotros no duraríamos allí ni un mes.
Pero ganas de volver las tenemos todas: Javier está pensando destinos para su
año Erasmus y tiene como primer país de preferencia Noruega. Quién sabe pues
si volveremos a pisar esta preciosa tierra de vikingos.