Tenía algo pendiente con este lugar, la plaza de la Catedral con la exposición de Moore era un hervidero el pasado día, así que decidí volver casi sin nadie; los naturales estaban ya en sus casas y los extranjeros estaban demasiado ocupados en sus comidas y en sus charlas en diversos idiomas.
La plaza de la Catedral relucía dentro de su soledad iluminada mil veces y los tres hombres de seguridad que guardan las esculturas hablaban tranquilamente en la esquina, pese a ello una energúmena se subió a una de las escultura para hacerse una foto a caballo, catetura local.
**Figura Reclinada, un bronce de 1982 El tema de la figura reclinada fue uno de los más importantes en la obra de Moore, al que regresó una y otra vez durante toda su vida. Le proporcionó un motivo con el que podía probar múltiples ideas escultóricas. Él mismo escribió: La figura reclinada ofrece la máxima libertad de composición y de espacio. La figura sentada tiene que tener algo donde sentarse. No puedes moverla de su pedestal. Una figura reclinada puede reclinarse sobre cualquier superficie. Es libre y estable al mismo tiempo además, está en reposo.
Realizada cuando Moore tenía 84 años, esta escultura es más alargada y sinuosa de todas. (Catálogo de la Exposición)**
**Una de las formas más usadas por Moore fue la figura reclinada. Su exploración de esta figura, inspirada por la estatua tolteca-maya que había visto en el Louvre, hizo que su trabajo se volviera más abstracto mientras experimentaba con los elementos del diseño. Sus primeras esculturas se enfocaban en la masa, mientras que las figuras posteriores contrastaban los elementos sólidos de la escultura con el espacio, no sólo alrededor de la pieza, sino que también a través de ella, ya que Moore dejaba vacíos algunos espacios en las esculturas.**
**Óvalo con puntas, 1968-1970 (Catálogo de la Exposición)
Pertenece a un grupo de obras cuyo tema central es la combinación de elementos antropomórficos con formas procedentes de la naturaleza en un lenguaje prácticamente abstracto. Combina formas llenas y redondeadas, y puntos afilados enfrentados entre sí pero que nunca llegan a encontrarse. La idea inicial procedía de una pequeña piedra que se encontraba en el estudio de Moore, con dos puntas en contacto en medio de una forma hundida. A partir de ahí, el escultor modeló primero una maqueta de yeso que después amplió de tamaño para crear un modelo de trabajo en bronce, hasta llegar a esta versión monumental.**
Fotos @Rosariom Gonzalez Rodriguez 2016
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