LAS CATEDRALES
Próxima a nuestro hotel estaba la CATEDRAL DE NUESTRA SEÑORA DE VLADIMIR. Construida en 1761, proyectada por el arquitecto Trezzini. Fiodor Dostoevskiy fue parroquiano de este templo. Permaneció cerrada durante el régimen soviético, fue restaurada y abierta de nuevo al culto en 1990. Posee una hermosa torre campanario que data de 1783
La IGLESIA DEL SALVADOR DE LA SANGRE DERRAMADA, es una de las estampas clásicas de San Petersburgo. El templo se erigió entre 1883 y 1907 en el lugar donde murió asesinado el zar Alejandro II el 13 de marzo de 1881. Imita el estilo ruso de los siglos XVI y XVII. Restaurada en 1990 y reabierta, ya convertida en un museo, en 1997.
Su interior es de una belleza sorprendente
Click to view slideshow. Antes de continuar con las visitas que teníamos programadas para esa mañana, hicimos una parada en Pyshechnaya, un pequeño local donde sirven los típicos Pishka rusos. Así denominan en San Petersburgo a una especie de donuts, cuyo sabor recuerda al de la masa de nuestros churros o porras. Están ricos y el café es bueno, así que es una buena opción para desayunar o hacer una parada “para repostar”
Reconfortados tras el café y el dulce nos dirigimos a la majestuosa CATEDRAL DE SAN ISAAC. Atesora valiosas pinturas y mosaicos. Esta catedral, que no llegó a consagrarse, con capacidad para 14.000 fieles, y cuya advocación corresponde a San Isaac de Dalmacia, se construyó entre 1818 y 1858 para festejar la victoria sobre Napoleón y los franceses.
El interior de San Isaac es también espectacular.
Nuestro siguiente objetivo nos encamina a la Isla de los conejos, para ello cruzamos el puente del Palacio hasta la Isla Vasilievskiy. En esta isla triangular, flanqueada por dos de los tres largos brazos en que se divide el río Neva, se encontraban y se encuentran, aunque actualmente con otra función, los edificios de la Bolsa, la Aduana, el puerto comercial, etc…
Al fondo, el edificio de la antigua Bolsa
Frente a la Bolsa, el malecón de granito y las dos Columnas Rostrales que miden 32 metros, decoradas por proas de buque, que conmemoran las victorias navales rusas.
LA FORTALEZA
Desde el puente Birzhevoy ya distinguimos perfectamente la FORTALEZA DE PEDRO Y PABLO. Conjunto histórico bien aprovechado, esta primera gran edificación de la ciudad, sobre una isla pantanosa al borde del Neva, estuvo destinada a fortaleza defensiva y cárcel política de la Rusia zarista. También guarda en su interior el panteón de los zares rusos desde la época de Pedro el Grande, y una exposición permanente sobre la construcción de cohetes.
Visitamos primeramente la preciosa Catedral de San Pedro y San Pablo. Su planta basilical está rematada por una torre en la que se colocó una larga aguja de 60 metros de longitud, situándose su punta a 123 metros sobre el suelo, lo que le otorgó el honor de ser el punto más alto de la ciudad hasta que se construyó la torre de televisión.
Ese día nuestro entusiasmo ante las maravillas que estábamos viendo nos hizo olvidar que aún no habíamos comido, así que cerca de las cuatro de la tarde hicimos una pausa para tomar un tentempié en un kiosko de bocadillos que hay cerca de la catedral. Al menú se unieron entusiasmados un grupillo de simpáticos e insistentes gorriones. Imposible resistirse a compartir con comensales tan encantadores el pan del bocata
Tras recargar pilas, nos dirigimos ahora al Bastión de Trubestskoy, construido en la década de los 1870, fue el edificio principal de la cárcel de prisioneros políticos.
Visitamos después el interesante Museo de Cosmonáutica y Tecnología de Misiles. Dedicado a la historia de la cosmonáutica rusa y cohetes. Aquí se exhiben, entre otras muchas cosas, los modelos del primer satélite artificial lanzado en la URSS el 4 de octubre de 1957, y la nave espacial Vostok. También el vehículo de descenso de la nave espacial Soyuz-16, que visitó el espacio y regresó a la Tierra en diciembre de 1974, así como el modelo de la Estación Espacial Internacional (escala 1:50)
Terminamos nuestra visita a la Fortaleza, un lugar muy interesante y recomendable. Hacemos las últimas fotos del día a un par de esculturas muy curiosas: la estatua sedente de Pedro I, está en los jardines de la avenida principal, frente a la antigua casa de la guardia, y no pasa desapercibida. Es una obra del artista ruso Mijail Shemiakin, la escultura data de 1993, y representa a Pedro “el Grande” de un modo un tanto desproporcionado. Para este trabajo el artista utilizó de modelo la máscara mortuoria de Pedro el Grande, y el cuerpo de la figura de cera de Rastrelli, dando como resultado una imagen del Zar un tanto cómica. Otra simpática escultura es la que representa a un grupo de liebres ayudando a un compañero.
Ese día cenamos de maravilla en un precioso restaurante que no dudo en recomendaros. El Katyusha, en la avenida Nevsky. Comida típica rusa, platos deliciosos, atención exquisita y un ambiente muy agradable.
Ensalada de arenque ligeramente salado… una delicia!
Tras la cena, tomaríamos a media noche el tren nocturno con dirección a Moscú, pero esa es otra aventura que os relataré más adelante.
Para volver al Palacio de Catalina pincha sobre la matrioska roja
Palacio de Catalina