Tenía que ser así, Madrid tenía que recibir al grande de la escultura moderna con todas sus galas y todos sus añadidos y realmente ha sido todo un éxito que muchos han alabado al ver estos seres grandiosos a ras del suelo y maravillarse con la expresión que se revela en la faz de cada una de ellas.
Siempre me ha enamorado Rodin y ha sido todo un honor el tenerle en mi país y poder deleitarme con sus tallas en mi tierra, con el sol que aquella mañana adornaba el cielo para decirle hola¡. Y mis ojos se llenaron de gris metalizado, de bronce oxidado, de belleza esculpida de hombres serios que me representaban muchos defectos y algunas virtudes de los hombres de carne y hueso y es así como me arriesgué a estudiar las seis esculturas que forman Los Burgueses de Calais puestas de manera aisladas unas de las otras, aunque la idea primaria era un conjunto y que curiosamente si se ve todo junto, los movimientos de cada figura se emparejan con los de las demás; es un todo que aquí hemos dividido en muchos unos… Compuesto por seis figuras que tienen su inspiración un episodio de la Guerra de los Cien Años cuando el rey inglés Eduardo III se hizo con la ciudad francesa y obligó a seis paisanos a entregarse para ser ajusticiado a cambio de salvar la ciudad, Fue idealizada por el autor como un grupo pero a su vez individualizado para que pudiesen interconectar tanto en conjunto como cada uno por su lado.
Los terminó en 1888 y sus proporciones hacen palidecer al más pintado con el fin de poner de manifiesto la expresión de cada uno de ellos: angustia, orgullo, dolor, apatía, resignación… y según el punto de vista la sensación es diferente. Rodin realizó muchos esbozos menores y varios estudios a escala natural, de los cuales varios han sido vaciados en bronce y se encuentran hoy en su museo de París. En Madrid se presentan aisladamente sin que se pueda intuir la composición original del conjunto. Pero para los que la conocemos se deja claro que el original es un conjunto que haría temblar al más frío.
Y al lado la obra maestra, El Pensador. En bronce y que fue creada en 1881 con el primer nombre de “El Poeta” que representa a Dante contemplando el desarrollo de la Divina Comedia al borde de La Puerta del Infierno. Su tamaño de 71 cms y que llegó hasta los 181 cms en 1904 se instaló en París en 1906 frente al Panteón de los Hombres Ilustres y más tarde, en 1922 en los jardines del Museo Rodin. En total hay unas veinte figuras en diferentes museos del mundo y se ha convertido en todo un icono de la modernidad.
La Exposición está patrocinada por CaixaForum precisamente para celebrar el primer aniversario de la apertura de su original edificio. Bajo el título de “Arte en la Calle” y con la finalidad de “sacar el arte” de las salas de exposiciones para mostrarlas al público y darle la oportunidad de que exprese libremente sus opiniones sin estar encerrados entre cuatro paredes; digamos que hace del público un orador ante los sentimientos que despiertan en él la contemplación de estos colosos callejeros. Se hace amigos, se conoce gente que opina lo mismo que tú o todo lo contrario; pero desde luego no es una cosa que se pueda experimentar todos los días.
DAMADENEGRO 6/3/2009
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