Amor, trabajo, aventura… son algunos de los grandes motivos que pueden convencer a una persona de que su futuro está en otro país. Una parte de ti dice que será una gran experiencia vital que, si no la aprovechas, lo lamentarás siempre. Ahora bien, sería aconsejable poder reflexionar sobre las implicaciones que conllevan las decisiones que tomamos. Jesse, a veces sufre por tener a sus familiares lejos de él, pese a que es feliz junto a Celine, en buena parte porque ella ha sabido acompañarle emocionalmente en todo ese proceso.
El cine siempre ha sido un medio perfecto para reflejar la realidad. Y es que muchos viven, o mejor dicho, vivimos situaciones similares. Hace ocho años conocí a quien ahora es mi mujer. Ella es italiana y cuando nos conocimos estaba en España de paso. Actualmente vivimos en Madrid, pero parte de nosotros estará siempre en Italia.
Sin duda, esta experiencia ha tenido una gran influencia en mi trabajo como psicoterapeuta a través de Skype ayudando a personas que por amor, trabajo o aventura, viven en el extranjero. “Me siento perdido”, “vivo como en un limbo”, “en todas partes me siento el extranjero”… suelen ser las primeras frases de quienes buscan la ayuda de un profesional en la terapia online.
Con el avance de las sesiones, aparecen también otros dolores más profundos relacionados con sus inquietudes de futuro, pareja o familia. Algunos se han ido al extranjero con su pareja y otros la han encontrado allí. Contar con alguien de tu confianza en una situación adversa como puede ser el proceso migratorio es una gran ventaja, un lugar seguro que diría Bowlby, padre de la teoría del apego.
A lo largo de mi experiencia profesional, he podido observar que hay una serie de dudas que acechan de forma recurrente a mis pacientes cuando piensan en establecer una relación de pareja viviendo lejos de su país de origen:
–. “Si doy pasos en esta relación de pareja, ¿me estoy atando a quedarme aquí a vivir?”. Cuando vas a residir una temporada en el extranjero, es muy habitual evitar atarte al lugar donde estás de manera indefinida. Comprar un coche, un piso o incluso una televisión puede ser una carga a la hora de pensar en volver a España, ya que, en principio, ahí estamos de paso. Con la pareja pasa algo parecido. Las personas que conocen a su pareja en el extranjero suelen preguntarse en algún momento de la relación: “¿hacia dónde va esto? ¿Y si al final acabo quedándome aquí a vivir?”.
Algunas parejas se constituyen ya con la sensación de que seguir adelante es renunciar a muchas otras cosas que también aman. Expresar estos sentimientos dentro de la pareja es un buen modo de ahorrarnos intensos dolores de cabeza en un futuro no muy lejano.
“¿Volvemos a tu país o al mío?”. Es el caso de muchas parejas interculturales que solicitan una terapia online. A menudo se da la circunstancia de que se conocieron en una ciudad diferente a sus respectivos países de origen y, tras consolidarse como pareja, llega el temido momento de decidir dónde formarán una familia. “Cada uno barre para su casa”, “no se me ha perdido nada en tu país”, “mis padres se enfadarían si tengo un hijo lejos de ellos“… son varias de las frases que se repiten con frecuencia. Cada uno vive con sufrimiento la renuncia de formar una familia en su propio país. Además, si no hay buena comunicación y complicidad entre ambos, es fácil caer en el reproche. Generar un espacio de comprensión y empatía en la pareja que haga conocer los miedos y preocupaciones que está viviendo cada uno, resulta fundamental para comprenderse y apoyarse mutuamente.
– “¿Por qué tengo que ser yo quien renuncie a mi carrera profesional en beneficio de la tuya?”. En las parejas que residen en el extranjero es habitual escuchar que uno de ellos quiere regresar y el otro no, pues cree que sus posibilidades de crecimiento profesional están asociadas al país en el que residen. Si además tienen hijos, es más difícil tomar decisiones arriesgadas tales como dejar un puesto de trabajo. Nuevamente nos damos de bruces con la idea de las cesiones y renuncias que se hacen a favor de la relación de pareja. Reconocer y valorar la renuncia que realiza la otra persona ayuda a que la pareja se mantenga unida.
“Para formar una familia cerca de los nuestros, ¿mejor nos volvemos y dejamos todo lo construido lejos de España?”. En muchas ocasiones, el deseo de crear una familia puede suponer un parón en el desarrollo de la carrera profesional. Esto además puede repercutir en la pareja, apareciendo tensiones acerca de la opción de renunciar o posponer cuestiones importantes, valorando en qué momento laboral y vital se encuentra cada uno. Tener que elegir entre apostar por la carrera profesional o formar una familia es siempre doloroso. Nos conecta con aquello a lo que renunciamos. También nos obliga a manejar la incertidumbre de no saber si en el futuro podremos cumplir ese objetivo pospuesto. Ser consciente de estas circunstancias y poder expresarlas, nos permite tener un mejor manejo de ellas y tomar decisiones con mayor libertad.
Cuando queremos fortalecer la pareja y/o construir una familia en el extranjero, hay tres aspectos claves que no debemos descuidar:
1) Aceptar que tomar decisiones siempre es difícil, no sabemos lo que nos espera después de cada paso que damos y vivimos en un mundo donde no queremos renunciar a nada. Y eso, sencillamente, es imposible, porque elegir implica descartar las otras opciones, al menos en ese momento.
2) Ser comprensivos con los sufrimientos y temores de nuestra pareja así como expresar los nuestros. Esto siempre es un gran antídoto ante las adversidades.
3) Comprender y valorar la renuncia que nuestra pareja ha hecho por vivir en otro país o por posponer sus posibilidades profesionales.
Quizá siempre habrá una parte de ti que sueñe con volver y nunca renuncie a esa idea. Quizá más adelante se den las circunstancias para volver. Pero mientras ese momento llega, asumamos y enfrentemos la pérdida, compartámoslo con nuestros seres queridos para poder así ser más capaces de disfrutar lo que nos toca vivir actualmente.
Autor: Ismael Cerón Plaza
Psicólogo especialista en duelo migratorio de Augesis.
Cofundador de Aile Psicoterapia