Estas casas son únicas en el mundo y realmente particulares. Unos dicen que tienen una arquitectura con forma de Alien, otros que se trata de un lugar de culto de una secta religiosa, e incluso hay quien opina que es una instalación militar secreta. Estas son sólo algunas de las leyendas que rodean a estos edificios que se encuentran en la costa de Florida. El problema es que están abandonadas, y como todo lo que se abandona, están deteriorándose a pasos agigantados.
Aún podemos ir a verlas pero por el efecto del sol, el aire y del mar sobre ellas cada vez están más dañadas.
Estas cúpulas formaban parte de un pueblo. Se construyeron para crear un pueblo que se abasteciera de energía solar, en los años 80 y fueron diseñadas por Bob Lee. Este empresario tenía una visión de vanguardia e ideó este tipo de estructuras con las que aprovechaba la energía del Sol mucho antes que empezara a extenderse la idea de utilizar sistemas renovables. Bob quería una casa que fuera totalmente autosuficiente.
Por ejemplo, el agua que se utilizaba para ducharse o para lavar los platos provenía de la lluvia. Cuando llovía, el agua pasaba por unos filtros y se almacenaba bajo la cúpula central.
Para dar forma a estas casas utilizó una parte inferior y otra superior que encajaran entre sí y las cubrió de hormigón. El resultado es esta forma de cúpula tan característica. Un dato curioso es que el hormigón está hecho con la arena de la misma isla. Utilizaron la propia arena que había en la playa para recubrir las casas.
Con los paneles solares y unos generadores de energía podían utilizar aire acondicionado, calefacción, jacuzzi, ventiladores, la nevera y la lavadora, etc.
A parte de la energía solar, estos edificios también tenían otras características innovadoras para la época, como la calefacción en el suelo y además estaban equipados con un dispositivo que se utiliza para alimentar la chimenea directamente desde el almacenamiento de leña.
Pero no tuvieron buena fortuna. Uno de los propietarios tuvo problemas financieros y la casa acabó deshabilitada, luego tuvieron que sufrir las consecuencias del huracán Andrew y esto les hizo mucho daño a las casas a pesar que gracias a su estructura redondeada lograron mantenerse en pie pese al huracán.
En 2007, el Departamento de Protección Ambiental de la Florida declaró estos hogares como inhabitables, condenándolos a la muerte, pero el último propietario que queda se resiste a irse. Aunque no tardará en hacerlo porque estas casas ya no pueden aguantar más las condiciones en las que se encuentran.
Artículos relacionados:
Hotel Cape Grace, África
Consejos para el Extranjero que busca invertir en Florida