Sulfato de calcio, en polvo.
Este es un tutorial híbrido. No podía ser de otra forma...¿verdad? Porque cumplir al pie de la letra lo predicado es privativo del apostolado, no de las desmesuradas. Y es "híbrido" porque su pureza en tanto tutorial DIY es cuestionable. Es tan simple que sería atrevido garantizarte que en los próximos párrafos vas a leer un paso a paso detallado. Supongamos que tenés diez minutos libres, un poco de sulfato de calcio en polvo, estás conectada a la red de saneamiento -o podés acarrear agua desde la corriente más cercana- y disponés de una cuchara, palito o adminículo similar para el fin de emulsionar la preparación. Entonces, podés hacer este fanal. Porque se necesita poco más para realizarlo.
Fanal hecho a mano.
Estimada...te presento, mi compuesto químico preferido: el yeso. Probablemente asocies este fino polvo blanco con el mundo de las manualidades. Sin embargo, desde que tengo memoria, el yeso está asociado a los dientes. Por un momento tuviste miedo por mi cordura, ¿no? Confesalo, nadie te escucha. Mis conexiones mentales pueden ser diplomáticamente incorrectas, pero te aseguro que mi atípica asociación tiene la más lógica de las explicaciones. Sin pasearte por todos mis recuerdos cual terapeuta freudiano, te cuento que mi padre era odontólogo, siempre trabajó en casa -de ahí me viene...- y él mismo hacía los modelos de las dentaduras. ¿Con qué? Adivinaste. Con yeso. Yeso París. Así que veo yeso y como si fuera Proust con la magdalena, me traslado al pasado y veo a mi padre haciendo modelos y me veo batiendo (perdón, "emulsionando") el polvo con agua para verterlo en todo recipiente flexible que cayera en mis manos. Tuviera permiso o no para usarlo -de ahí le viene a mi hijo- ¿Viste? Era lógico. Y llevo treinta años de práctica con este material, así que se podría decir, que tengo el grado de experticia. Lo voy a considerar la próxima vez que redacte un currículum.
Paso a paso.
Preparar yeso es sumamente fácil. Ni siquiera se necesitan proporciones exactas para lograr un buen resultado. Tomá en cuenta mezclar el polvo con la cantidad suficiente de agua como para lograr una pasta con la consistencia de la mezcla para preparar panqueques. Para que tengas la referencia científica correspondiente: "ni muy muy ni tan tan". Ni muy líquida ni muy espesa. Esa es toda la ciencia. No lo podés creer, ¿verdad? Sí. Le dediqué un párrafo a la más pedestre mezcla de yeso y agua.
Ahora que preparaste la mezcla y reposa tranquilamente en su molde, armate de un poco de paciencia para esperar que solidifique. Comprobarás que por esos misterios que tiene la química, tu proyecto de diez minutos comienza a liberar calor. Bueno, creéme esto: ni se te ocurra desmoldar hasta que se enfríe. Dicen los que saben del tema que eso se llama "reacción exotérmica" y si no dejás que cumpla su rollo personal, la pieza se quiebra. Obvio, te lo cuento porque no quiero llevar la cuenta de los años que hace que rompo piezas por apurarme a verla terminada. Y porque descubrí que si la desmoldo cuando no está totalmente sólida, puedo darle a los bordes una apariencia tersa y lustrosa solo con pasar un dedo sobre ellos. Como puedes ver en la imagen precedente (y dicho de esta forma, siento que estoy escribiendo sobre un tema muy importante).
Mientras esperás que la naturaleza haga lo suyo, podés canalizar tu propia energía exotérmica haciendo una pantalla de papel para tu futuro fanal. Porque a todo esto, lo que propone este tutorial es explicarte cómo podés hacer un fanal DIY. Minimalista y simple. Si me permitís, llegado este punto de mi híbrido tutorial te voy a dar dos recomendaciones:
1- Los mejores moldes para realizar la base de yeso son los que tienen formas geométricas simples. Por otra parte, si el material del molde es flexible, no vas a necesitar desmoldante. De lo contrario, antes de verter la mezcla te aconsejo preparar el molde con vaselina u otra sustancia que te permita desmoldar sin romper ni el recipiente, ni la pieza.
2- Si usaste una forma sin demasiadas aristas te va a resultar mucho más fácil realizar la pantalla para el fanal. Porque intentar reproducir un dodecaedro de esos tan de moda en la decoración nórdica es demasiado para esta mujer que escribe. Sin embargo, una circunferencia realizada con un rectángulo de opalina telada es un proyecto abarcable.
Y cumple con mi ley no escrita de los diez minutos.
¿Nos vamos entendiendo? Por una parte usaste un molde circular para generar la base del fanal con yeso París. Por otra, creaste una pantalla del papel que prefieras -pero que tenga cierta rigidez- del mismo diámetro que la pieza que va a funcionar como soporte. Y, por último, las juntás. Pegando ambas partes prolijamente con silicona líquida (otro de mis compuestos químicos preferidos). Finalmente, añadís una vela al conjunto terminado, para que el fanal sea lo que es y no sufra una crisis de identidad.
Ponele que te sobran algunos minutos de tu "art-atack" del día y los dedicás a pintar la pieza de yeso con pintura acrílica. La Desmesurada eligió color negro para la base porque, no sé si recuerdan, pero soy tan neutra que los suecos se aburren de mí. Vos, que sos una persona creativa, podés usar un fucsia furioso, calar corazones en la pantalla con una troqueladora y usar el fanalcito para ponerle una atmósfera romántica a tu próximo día de los enamorados.
Y si tenés diez minutos más, hacés una pequeña maceta para completar el juego. O un despojador. O un sujeta papeles. O lo que se te ocurra, que tu imaginación es fértil y seguramente encuentra tantas posibilidades como yeso te queda en la bolsa.
Qué pasa si no tengo yeso.
Si por algún cataclismo universal inexplicable el yeso se agota en todas las ferreterías de tu país, no te preocupes. Existe una forma de suplirlo. Mezclando sal y tiza molida en iguales proporciones, se obtiene una sustancia que tiene las mismas propiedades que el sulfato de calcio. Luego de hidratar la mezcla y verterla en el molde correspondiente, cuando la sal pierde humedad se endurece. Claro, tendrías que tener la paciencia de moler cincuenta tizas... ¿Quién sabe? De pronto, vos sos una mujer serena y te encanta deambular por la casa con un rallador de queso.
De esta manera, mi tutorial DIY va llegando a su fin. Y justo cuando pensabas que me iba a despedir sin mostrarte el fanalcito en todo su esplendor, me adelanto a tus expectativas y te lo enseño en su lugar definitivo, sobre el estante del living.
Brillando en la oscuridad...
Y siendo compartido en los finde frugales de Marce, para no perder la costumbre de encontrarnos todos los viernes. Feliz viernes!