© Texto, fotografías y vídeo: JAVIER PRIETO GALLEGO
Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de realizar nuestro primer viaje en autocaravana y para ello decidimos estrenarnos en la región portuguesa de Aveiro. Una exploración de tres días en la que tuvimos sol, nubes, viento, lluvia y muchas risas. También muchas sorpresas (todas ellas agradables), como el paseo lleno de colores por la avenida que da a la ría en Costa Nova; las pasarelas de madera que te llevan en volandas sobre las dunas, también en Costa Nova; descubrir que uno de los faros más altos del mundo (según Wikipedia) es el que se asoma al Atlántico desde la localidad de Barra, en la punta de la ría al borde de la cual se asienta (más bien se desparrama) la ciudad de Aveiro; el también fantástico campo de dunas de San Jacinto; o la maravillosa colección de barquitas de “moliceiros” que descubrimos casi por casualidad en el puerto de Murtosa.
Tenéis todo este viaje detallado casi al milímetro AQUÍ.
De todas formas, y por si os animáis a explorar, como hicimos nosotros, esta bonita región de Portugal, aquí os dejamos algunos lugares y rincones que merece la pena tener apuntados en vuestro cuaderno de ruta.
01 COSTA NOVA
Si sois fotógrafos o si os gusta la fotografía os va a encantar el colorido de las casitas de esta localidad costera que encontramos situada tres kilómetros al sur de Aveiro, entre la ría y el mar. En su momento, a lo largo del siglo XIX, fue un pueblo de pescadores en el que estos levantaban, a pie de playa, sus palheiros, pequeñas casetas en las que guardar los aperos y que identificaban pintándolas con rayas blancas alternándolas con otras de vivos colores. Aquellas casetas fueron evolucionando con el tiempo hasta convertirse en las auténticas viviendas que hoy vemos asomarse a la ría y que resultan especialmente llamativas en la avenida José Estevao. De todas formas, conviene no ceñirse únicamente a esta calle. Justo por detrás de esta se abre, también en paralelo, la línea de playas y dunas que bordean el Atlántico. Si tienes tiempo, no desperdicies la posibilidad de pasear por las pasarelas de madera que vuelan sobre la arena.
Edificios de colores en la Avenida Jose Estevao. Costa Nova. Ílhavo. Aveiro. Portugal © Javier Prieto Gallego
Edificios de colores en la Avenida Jose Estevao. Costa Nova. Ílhavo. Aveiro. Portugal © Javier Prieto Gallego 02 BARRA
Justo en la desembocadura de la ría de Aveiro encontramos la localidad de Barra, una población de aires plenamente turísticos crecida en torno a la fama de sus playas hasta la que merece la pena llegarse al menos para ver de cerca el que, según Wikipedia, es uno de los faros más altos del mundo: el más alto de Portugal, el segundo más alto de la península Ibérica después del de Chipiona y uno de los más altos de Europa. En cualquier caso, mide más de 60 metros y tiene 271 escalones que se pueden subir los miércoles (entrada gratuita).
Estando en Barra otro lugar hasta el que acercarse es el interesante barco-museo Navío San Andrés (3,50 € los mayores, 2 € los niños). Abre de miércoles a domingo y el recorrido por su interior permite conocer cómo era la vida a bordo en un bacaladero. El navío estuvo en activo durante 43 años y conserva el mobiliario y sabor propios de su condición. Lo encontramos varado junto al Fuerte de Barra. Visita especialmente recomendada para hacer con niños.
El Faro de Aveiro (en portugués: Farol de Aveiro) es un faro situado en la freguesía de Gafanha da Nazaré, concejo de Ílhavo, distrito de Aveiro, Portugal. Es el faro más alto de Portugal y el segundo de la Península Ibérica, sólo un metro por debajo del Faro de Chipiona, Cádiz, España, y uno de los más altos del mundo. Aveiro. Portugal © Javier Prieto Gallego 03 MURTOSA
En torno a Aveiro y la desembocadura de la ría encontramos un montón pequeñas localidades que se unen unas con otras. Murtosa es una de ellas. Acercarse hasta su puerto, cuyo nombre es Cais do Bico, tiene la ventaja de que os permitirá ver de cerca una buena colección de las embarcaciones típicas de la ría, las moliceiras. Las mismas en las que se inspiran las barcas que cargan a los turistas por los canales de Aveiro, solo que las de aquí son tan auténticas como que las siguen utilizando los moliceiros. En este punto, merece la pena señalar que el origen de estas embarcaciones está en la necesidad de conseguir abono para los campos de cultivo situados en el entorno de la ría de Aveiro. Ese abono se conseguía extrayendo del fondo de la ría algas y limo, el moliço, que luego se esparcía para conseguir un suelo más productivo. En esas barcas, además de su forma característica adaptada al sistema de trabajo, destacan los llamativos dibujos con las adornan, pequeñas viñetas de la vida cotidiana que en ocasiones incluyen alusiones picantes…
Embarcaciones tradicionales moliceiras en el puerto de Cais do Bico. Es típico que decoren sus popas y proas con escenas de la vida cotidiana, sarcásticas o eróticas de llamativos colores. Murtosa, Portugal © Javier Prieto Gallego En el puerto encontramos también algún panel con información de la red de rutas en bicicleta -que permite conocer todo el entorno de la ría de una manera mucho más detallada.
04 RESERVA NATURAL DE SAN JACINTO
Bordeando la desembocadura por el norte, en dirección a Oporto, encontramos la entrada al brazo de tierra septentrional en el que se localiza la Reserva Natural de la Dunas de San Jacinto. Está situada a unos 5o km de Aveiro y ocupa una superficie de unas 700 hectáreas. Es una zona arenosa con dunas fijas y móviles, bosques de pino y charcas de agua dulce que proporcionan asiento a una interesante variedad de aves invernantes. Existe un sendero señalizado que permite adentrarse en la zona para disfrutar y conocer mejor los valores medioambientales de este entorno.
En el acercamiento hacia la reserva no pases por alto el pequeño puerto de Torreira, con su particular colección de coloristas barquitas de pesca.
Emabarcaciones tradicionales moliceiras en el Puerto de Torreira. 40.758148, -8.701677. Portugal © Javier Prieto Gallego 05 AVEIRO
En las guías aparece mencionada como una de las ciudades más bellas de Portugal. Desde luego lo que sí es, es una de las más singulares. Una singularidad que reside en haberse formado en torno a unos brazos de agua que no han dejado de evolucionar a lo largo de los siglos. Tanto como que la acumulación de limo y arrastres terminó por cerrar la bahía. El complejo lagunar de Aveiro se extiende en la actualidad sobre una superficie de 50.000 hectáreas y se abre al mar por medio de un canal artificial realizado por el francés Oudinot en 1806.
La ciudad, el segundo puerto pesquero de Portugal superado solo por Matosinhos, es famosa por varias razones: unas arcillas de gran pureza que han dado lugar a sus conocidas porcelanas, unas salinas que se convirtieron en una importante fuente de riqueza; una colección de edificios modernistas que reflejan, precisamente, la pujanza de la burguesía salinera que hizo sus fortunas en el siglo XIX; y unos canales interiores que aportan su principal seña de identidad.
Aveiro. Portugal © Javier Prieto Gallego El paseo, tanto a pie como en las barcas que llevan a los turistas por los canales, tiene su nudo principal en la Praça de Humberto Delgado, corazón de su casco histórico con vistas a los canales. Ahí encontramos la oficina de información de la Región de Turismo Rota da Luz y, en frente, las taquillas de acceso a los paseos en barco (en torno a 7 €). Por detrás de la oficina se abre un pequeño entramado de callejas llenas de sabor y sencillos comercios tradicionales que finaliza en la iglesia de la Vera Cruz. Del otro lado del Canal Central el paseo discurre entre los edificios más nobles de la ciudad, el Ayuntamiento, la iglesia de la Misericordia, la catedral, el teatro o los museos de Aveiro, de la Ciudad de Aveiro y de Art Noveau. Un buen sitio para hacer un alto en esta zona es la pastelaria Magestik. Buen lugar también para probar y cargar con una caja de “ovos moles” (“huevos blandos”). Son el dulce tradicional de Aveiro, protegido con la denominación de Indicación Geográfica Protegida. Tienen su origen en la repostería de los conventos de mojas de Aveiro y consisten en un delicioso pastelito relleno con yemas de huevo y cáscara de oblea. Pueden tener forma de peces, conchas o caracolas.
Aveiro. Portugal © Javier Prieto Gallego
Tiendas de recuerdos. Aveiro. Portugal © Javier Prieto Gallego
A la derecha el edificio de la antigua Cooperativa Agrícola. Canal Central de Aveiro. Portugal © Javier Prieto Gallego
Edificio azulejado en la plaza Marqués de Pombal. Aveiro. Portugal © Javier Prieto Gallego En las afueras encontramos el Ecomuseo Marinha da Troncalhada, junto al aparcamiento de Aveiro. Unas pasarelas y unos paneles permiten conocer cómo funcionaban y en qué consistía el trabajo en las salinas que tanto enriquecieron la ciudad en el siglo XIX.
INFORMACIÓN TURÍSTICA DE AVEIRO
MAPA DEL VIAJE
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