© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
Huellas en la arena. Playa de Los Genoveses. Chumberas. Cabo de Gata. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego
01 LAS ALOMADERAS.
Arrancamos el viaje en las proximidades de Retamar, a la puerta de los límites del parque natural. Comenzamos a percibir un cambio en el paisaje sobre todo al llegar al Centro de visitantes de Las Alomaderas. El suelo se presenta salpicado de plantas espinosas, palmito y esparto, azufaifos y cornicales, que no son sino un adelanto, a modo de presagio, de las más de 1.000 especies que pueblan este singular espacio del sur español.
En Las Alomaderas se explican con todo lujo de detalles las peculiaridades que hacen de este territorio un rincón tan especial, dividido en dos zonas contrastadas: la costa, formada por un breve sistema de dunas, amplias salinas, extensas superficies ocupadas por gramíneas y plantas aromáticas, con unos riquísimos fondos marinos, rocosos y arenosos; y la sierra, hábitat semidesértico del que forman parte especies como el zorro, el tejón o el águila perdicera, una de las joyas de este entorno, entre otras muestras de una fauna más que variada.
El elemento humano, aunque dadas las especiales características geográficas del terreno siempre ha sido escaso, es tan antiguo que se remonta a épocas prehistóricas. La ocupación romana llega aquí hacia el siglo II, pero es con los árabes, presentes en Gata desde el año 711, cuándo se alcanza un alto grado de refinamiento en la organización de sistemas de riego y en las técnicas de aprovechamiento de agua, construyendo norias y aljibes por toda la comarca, un legado cultural que ha perdurado hasta hoy.
02 SAN MIGUEL DE CABO DE GATA.
Junto a la naturaleza más desnuda se suceden en el trayecto pequeñas localidades que permiten apreciar la arquitectura tradicional de la zona basada en la sencillez y en la funcionalidad. La sencillez se traduce en estructuras geométricas en las que no caben florituras ni adornos; la funcionalidad, en paredes blancas que combaten eficazmente las altas temperaturas del verano. San Miguel del Cabo de Gata -conocido con la forma simplificada de Cabo de Gata, aunque sus habitantes se resisten a perder el topónimo original- es una población asomada al mar cuyas principales fuentes de riqueza son la pesca y el turismo. Aquí se conserva una atalaya del siglo XVI, utilizada entonces como torre vigía para alertar a los lugareños de los ataques berberiscos que asolaban estas costas.
Iglesia de Las Salinas. Parque Natural Cabo de Gata. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego Desde la torre, y desde muchos kilómetros antes, es bien visible la estampa afilada de la iglesia que se levanta a la entrada de La Almadraba de Monteleva, pueblo de pocos vecinos, ya de camino hacia el faro de Cabo de Gata. A uno de sus costados se extienden las enormes balsas de agua a partir de las que se extraen las montañas de sal situadas junto a la carretera. Estas salinas además de constituir una fuente de recursos naturales para el hombre, son también vitales para el entramado ecológico del parque, ya que son lugar de parada y fonda para un gran número de aves, en especial para los flamencos, que las utilizan en sus viajes migratorios.
03 CABO DE GATA
El faro de Cabo de Gata es el punto más suroriental de la península Ibérica. Antes de su construcción, en 1861, éste fue el emplazamiento del Castillo de San Francisco de Paula, sobre cuyas ruinas se construyó. Por debajo del faro, el Mirador de las Sirenas vuelve a regalar al visitante una estampa muy especial dominada por el arrecife del mismo nombre, llamado así por ser un antiguo lugar de encuentro de la desaparecida foca monje.
Cabo de Gata. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego Tras un breve paseo se llega hasta la Torre de la Vela Blanca, torre vigía del periodo nazarí, una más del conjunto de construcciones defensivas levantadas a lo largo de todo este litoral para frenar las acciones de los invasores y piratas, es en estas costas hasta finales del siglo XVIII.
GASTRONOMÍA LOCAL
Cabo de Gata. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego
El parque natural ofrece atractivos tanto para la vista como para el paladar. Aquí se cocinan platos singulares, como los gurullos, un potaje con pasta de trigo, garbanzos y perdíz, que en época de caza se acompaña también con conejo o liebre. El llamado “trigo” es otro potaje, preparado con el grano
que da nombre al plato y con costillas de cerdo. En los contados días en que la lluvia hace acto de presencia se preparan migas de harina acompañadas de pimientos verdes, chorizos y arenques. La caldereta de pescado con patatas es otra de las delicias de esta zona con abundante pesca.
Cabo de Gata. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego
04 SAN JOSÉ
Hay que recuperar el coche, andar el camino y dirigirse a San José desde San Miguel de Cabo de Gata, por Pujaire y el Pozo de los Frailes. San José es un pueblo bullicioso, con buena infraestructura turística, cuya vida estival tiene mucho que ver con el puerto deportivo. Desde aquí se pueden contratar excursiones por diferentes zonas del parque natural, así como jornadas de buceo en alguno de los parajes que forman parte de la reserva marítima. Desde San José parte una carretera sin asfaltar que dejando a la izquierda un antiguo molino de viento, conduce al viajero a dos de los rincones más singulares de la ruta: las playas de los Genoveses y Mónsul, esta última con una gran roca en el centro y una duna móvil en uno de sus costados. La amplia ensenada de los genoveses, limitada por el cerro Cuevas y el morrón de su mismo nombre, ha sido escenario de numerosos episodios históricos. Desde sus arenas aseguran que partió la Armada Española en busca del turco y que debe su nombre al hecho de haber sido elegida, en el siglo XII, como lugar de atraque de las tropas de Génova en su ofensiva, junto a otros aliados, contra las actividades corsarias de los “almerienses”. También de aquí partían los mercaderes de la Edad Media camino de mauritania.
Playa del Monsul. Cabo de Gata. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego 05 LOS ESCULLOS
Antes de llegar a Los Escullos, en la barriada del Pozo de los Frailes, debe visitarse una antigua noria, bien conservada, con una cartela explicativa de los sistemas tradicionales de riego en la zona. La escasez de agua ha favorecido históricamente la proliferación de pozos, norias y aljibes a lo largo de toda la comarca. La pedanía de Los Escullos, con sus casas blancas volcadas al mar, en la amplia bahía que se extiende bajo la sombra del Pico del Fraile, de 493 m, el más alto de este sector de la sierra, está dominada por la fortificación de San Felipe, una batería costera del siglo XVIII construida bajo el reinado de Carlos III. En sus alrededores se encuentran playas muy cuidadas como la del Arco, o fuerte erosión, como en el entorno de la zona del embarcadero.
Noria de El Pozo de los Frailes. Cabo de Gata. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego
Batería de San Felipe. Cabo de Gata. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego
Costa en la Batería de San Felipe. Cabo de Gata. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego 06 RODALQUILAR Y LAS NEGRAS
Subiendo por la carretera se llega a La Isleta del Moro, una pequeña población pesquera de perfil inconfundible, pues está asida a un gran islote que se adentra en el mar. Es aconsejable dar un paseo por la zona de las barcas y por la cercana playa del Peñón Blanco. Más adelante en dirección a Rodalquilar, se encuentra el Mirador de La Amatista, al que se llega tras subir una empinada cuesta. Sus vistas, playas y calas, casi inaccesibles, son también espectaculares.
Un aire fantasmal envuelve al pequeño pueblo de Rodalquilar. Tanto las ruinas que se encuentran a su entrada como las instalaciones mineras que exhibe en la parte alta, hablan de un pasado en el que la población vivía de esta actividad. Quien pretenda saborear a fondo la experiencia de conocer el parque y, en particular, su zona costera, no debería perderse la posibilidad de navegar por el litoral. Es justamente desde Las Negras desde donde se pueden contratar pequeñas excursiones en barco por las calas cercanas y, en concreto, la cala de San Pedro, sin duda uno de los rincones más solitarios del Mediterráneo. Para ello basta con preguntar en alguno de los bares de Las Negras.
07 AGUA AMARGA
Del pequeño pueblo de Las Negras hasta Agua Amarga se llega después de un generoso rodeo por un paisaje de amplias explanadas, cortijos perdidos y grandes rebaños de ovejas. También Agua Amarga, muy cerca de los limites septentrionales del parque, vivió en otro tiempo de la pesca. Incluso es posible todavía interesarse por las cuevas que habitaron algunos de sus pobladores. El caserío se sitúa ante una estupenda ensenada, al abrigo de los vientos.
Faro de Mesa Roldán. Parque Natural del Cabo de Gata Níjar. Almería. Andalucía. España.© Javier Prieto Gallego El viaje continúa, buscando ya él punto final, en dirección a Carboneras. La carretera trepa de nuevo hacia las alturas para llevar al viajero hasta lo alto de la Mesa de Roldán. Expuesta a los cuatro vientos, esta meseta caliza es otro magnífico otero desde el que contemplar kilómetros de mar y montaña. La torre vigía que hay en uno de sus extremos es del siglo XVIII. Su faro funciona desde 1863. En el punto donde arranca la estrecha y empinada carretera que sube a esta meseta parte el sendero por el que se desciende hasta la arena de la playa de los Muertos, llamada así por una vieja historia, según la cual a este atractivo paraje llegaron por docenas los cadáveres procedentes de un naufragio.
ALREDEDORES
Níjar. Es el municipio que mayor territorio aporta al Parque Natural acomodado en una ladera de la sierra de Alhamilla, posee un inconfundible pasado árabe que se manifiesta en el trazado de sus calles y plazas. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del XVI, es su monumento más notable. Es de estilo mudéjar y fue construida sobre una antigua mezquita árabe. El artesonado de su interior merece una pausada contemplación. La localidad tiene en la cerámica y en los telares de jarapas dos de sus principales reclamos. Mojácar. 20 kilómetros al norte de Carboneras se encuentra esta bella localidad almeriense. El pueblo, de hermosas casas blancas,se presenta tendido sobre la falda de una montaña frente al mar conformando una estampa realmente inolvidable.
Sorbas. Pueblo de bella arquitectura recostado sobre una ladera a barrancada. En torno a esta localidad, situada a 31 kilómetros al norte de Níjar, se extiende el karst de yesos de Sorbas. Este espacio natural está considerado como el mejor conjunto kárstico en yeso de España. Tabernas. El desierto de Tabernas es una de las extensiones secas más grandes de Europa. Su particular orografía ha servido para recrear numerosas películas ambientadas en el Oeste Americano. Existe la posibilidad de visitar algunos de sus decorados cinematográficos. El pueblo está dominado por la presencia de una fortaleza árabe.
INFORMACIÓN: PARQUE NATURAL CABO DE GATA-NÍJAR y Cabo de Gata-Níjar.