A pesar de haber vivido una corta vida, la actividad artística de Vincent van Gogh fue extensa; se sabe que pintó casi un millar de cuadros y son todavía más sus dibujos. Desgraciadamente, el reconocimiento no le llegó en vida, aunque hoy en día se le reconoce como uno de los principales exponentes del postimpresionismo y cualquiera reconocería sus pinturas como auténticas obras de arte.
Su legado artístico está custodiado en museos y galerías entre las que destaca el Museo van Gogh de Ámsterdam, que da cobijo a centenares de pinturas y dibujos del artista neerlandés y que, además de exponerlos en sus paredes, ha digitalizado y compartido buena parte de la obra de van Gogh y nos permite explorarla a través de su catálogo.
Se trata de más de 900 obras de Vincent van Gogh, de varias una gran colección digital que abarca todas sus etapas como pintor, acuarelas, dibujos, bocetos, cartas... Y que nos permite descubrir las temáticas que el pintor exploró durante su carrera artística: desde autorretratos, a paisajes urbanos y su visión de la naturaleza y la incidencia de la luz, pasando por los bodegones, estudios de anatomía y por supuesto, su archiconocida habitación en la casa amarilla.
La importancia de la colección que comparte digitalmente el Museo van Gogh de Ámsterdam no radica únicamente en el número de obras que contiene –que es importante de por sí–, sino también en la calidad con que las pinturas, dibujos y documentos han sido digitalizados. A través de la web del museo es posible explorar las obras a un tamaño y una calidad exquisitos y pueden incluso descargarse estas imágenes.
Su uso, sin embargo, está limitado a proyectos no comerciales, lo que no le resta un ápice de interés artístico a este proyecto. El movimiento que ha realizado el Museo van Gogh de Ámsterdam compartiendo virtualmente buena parte de la colección de obras y documentos del artista es una muestra más del movimiento de democratización del arte que están siguiendo infinidad de museos y galerías.