El ecocidio estuvo a punto de ser incluido como el quinto Crimen Contra la Paz dentro del Estatuto de Roma. Fue examinado dentro de la ONU durante décadas pero excluido finalmente en 1996 a pesar de la objeción de muchos países.
Sus inicios
El genocidio no solo recaería sobre los ecosistemas, sino también, como al ser afectados estos se va degradando la vida sobre la tierra donde ha tenido lugar poniendo en peligro la existencia del ser humano que allí habita.
El origen de esta palabra viene de los tiempos de la guerra de Vietnam, con el uso de defoliantes como el agente naranja, que causaron daños irreversibles, destruyendo bosques tropicales y la contaminación de los cuerpos de agua, además del uso de armas químicas como el naplam, contra la población indefensa.
Durante el tiempo de permanencia del ejército de los Estados Unidos, utilizaron miles de litros de agente naranja sobre los bosques y cultivos de sus habitantes con el objetivo, de diezmar a su población de combatientes.
Se considera que desde 1960 hasta 1971 los aviones C- 123 de la fuerza aérea norteamericana, como parte de la llamada Operación Ranch Hand, lanzaron casi ochenta millones de litros de herbicidas sobre 2,5 millones de ha de bosques y cultivos de Vietnam, con la idea de defoliar los árboles donde pudiese esconder la guerrilla del Vietcong, y para destruir las cosechas con las que pudiese alimentarse.
Al parecer, para llevar a cabo este ecocidio se utilizaron en promedio unos quince defoliantes distintos, los cuales eran conocidos por los colores del arco iris, entre estos el agente naranja que supuso el 60% de herbicida que se utilizó en las aspersiones aéreas, el cual está compuesto por dos componentes con alto contenido de dioxina.
Diversos estudios estiman que sólo es necesario en promedio 100 g de este producto para contaminar el agua de una ciudad y por lo menos matar entre 8 y 10 millones de personas, en Vietnam se aspersaron 350 kg de este producto lo cual ocasionó no solo daños irreparables a flora y fauna sino que también que estas tierras vayan a tardar siglos en ser fértiles nuevamente.
Sin embargo, el daño más grave fue el ocasionado a la generación posterior de vietnamitas y de soldados estadounidenses que participaron en este conflicto, consecuencias que van desde retardo mental hasta niños nacidos con deformidades.
Los científicos vietnamitas calculan, que desde mediados de los años sesenta 500.000 niños nacieron con deformidades y enfermedades congénitas relacionadas con la dioxina y este tipo de malformaciones siguen apareciendo hoy.
En cuanto a los soldados estadounidenses se calcula que sobre 60.000 resultaron afectados al igual que sus descendientes, pero mientras, los soldados fueron indemnizados con cerca de 180 millones de dólares, los vietnamitas no recibieron ningún tipo de indemnización, el tribunal de los Estados Unidos argumento que para la época de las aspersiones, aéreas, aún no se habían ratificado los tratados internacionales sobre armas químicas y biológicas.
Todo lo anterior provocó que los ciudadanos del mundo tomaran conciencia sobre la situación que se estaba viviendo en este país y que se crearan tribunales internacionales para condenar y analizar los impactos ambientales de estos agentes biológicos y químicos sobre los ecosistemas.
La destrucción ambiental
Los procesos por los cuales se ven afectados los ecosistemas, son muy variados y muy complejos, vienen desde el simple uso de productos no biodegradables en nuestro uso diario, hasta el uso indiscriminado de pesticidas para exterminar plagas en los cultivos.
Las consecuencias para la fauna silvestre no sean hecho esperar, muchas especies se extinguen. Sobre ello la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dice que el 70 % de las principales reservas pesqueras del mundo han desaparecido o están sobre explotadas. 17 de las zonas pesqueras mayores del mundo han alcanzado o sobrepasado los límites sostenibles. Y además, que las especies silvestres se están extinguiendo hasta 100 veces más aceleradamente.
En cuanto al recurso tierra, en el afán de aumentar su productividad, los procesos erosivos aumentan como consecuencia de la necesidad de más insumos para la producción de alimentos. Una vez la tierra queda estéril, hay necesidad de aumentar la frontera agrícola con sus consecuencias ecológicas que trae, como acabar con los bosques, por ejemplo, y el ecocidio que esto conlleva.
Los bosques cada día se reducen más. Cada año cerca de 2.300 km² de tierra fértil se convierten en desierto. Otras 77.500 km² son destruidas o seriamente agotados. La cuarta parte de la superficie terrestre se halla amenazada por la desertificación irreversible, en buena parte debida al mismo trabajo agrícola.
La tierra se contamina también por la utilización excesiva de los fertilizantes artificiales y los productos fitosanitarios (insecticidas, herbicidas, fungicidas) etc.
Con la globalización los procesos productivos se van estandarizando, la contaminación de la tierra y el aire ocasiona que sus efectos se vean en toda el planeta (calentamiento global).
Los ecocidios más graves del planeta
Para entender qué es el ecocidio y quienes son los deudores ecológicos existen numerosos ejemplos de la enorme extensión de destrucción que se está llevando a cabo en la actualidad.
Arenas de alquitrán de Alberta (Canadá): se le menciona como el proyecto más destructivo del planeta. Conocido como ?aceite sucio? debido a sus resultados excesivamente dañinos. Si la expansión propuesta tiene lugar, la extracción de arenas de alquitrán tendrá como resultado la pérdida de grandes extensiones de bosque boreal y de turberas de un territorio del tamaño de Inglaterra.
El remolino del Pacífico del Norte: es una isla de en remolino de 100 toneladas de pedazos de plástico y tapas de botellas que gira en el sentido de las manecillas del reloj desde Hawai a Japón. Se estima que posee el tamaño del estado de Texas.
Nigeria es la sexta nación productora de petróleo más grande del mundo pero con los peores registros de destrucción y devastación de ecosistemas. Entre 1976 y 1998 más de 2,5 millones de barriles de petróleo fueron derramados dentro del medio ambiente del delta (el derrame de petróleo del Exxon Valdez en Alaska fue de tan sólo 275,000 barriles). Cincuenta años de extracción de petróleo en el delta del Níger han dejado profundas cicatrices (en una extensión similar a Irlanda). Las compañías petroleras que han operado aquí durante décadas con poca o ninguna supervisión y el delta, notoriamente afligido por conflictos y pobreza, han empujado esta zona cada vez más hacia un desastre ecológico. Los aldeanos luchan para vivir de la tierra y agua contaminadas por años de derrames de petróleo, y las cosechas se malogran debido a la lluvia ácida causada por las llamaradas de gas.
La minería de aguas profundas representa una de las nuevas fronteras que están siendo exploradas fuera de la vista y fuera del conocimiento. Igual que con la extracción de petróleo de aguas profundas, uno no puede ver lo que está sucediendo, pero la misma premisa está siendo empleada: es otro camino de explotación sin leyes que pudieran detener a las compañías que están siendo económicas con sus prácticas. Es minería de alto riesgo, potencialmente muy destructiva y todavía no se conocen sus implicaciones a largo plazo.
Las erupciones del volcán Lusi, en Java del este, Indonesia, comenzaron el 29 de mayo de 2006. Debido a ello alrededor de 30,000 personas fueron desplazadas de sus hogares e inundadas 12 aldeas. En una conferencia reciente, los científicos votaron que la exploración del pozo de gas, Banjar-Panji-1, que estaba siendo perforado por la compañía petrolera y de gas llamada Lapindo Brantas, fue la causa. Lusi todavía sigue arrojando enormes volúmenes de lodo hirviente sobre el área circundante.
Descarga toxica hecha por Chevron Texaco en Ecuador: miles de residentes cercanos a los anteriores campos de petróleo de esta compañía alegan que Chevron Texaco arrojó alrededor de 18.5 billones de galones de agua contaminada con petróleo dentro de pozos sin revestimiento, estuarios y ríos durante sus operaciones en el Oriente de Ecuador entre 1971 y 1992.
Tianying, provincia de Anhui, China: las fundiciones de plomo, las plantas de procesamiento del área de Tianying y los metales pesados procedentes de fábricas de reciclaje de pilas contaminan diariamente la atmósfera y el medio ambiente de esta zona donde 140,000 personas se ven afectadas, aunque la dispersión de metales pesados abarca toda la provincia de Anhui.
El arrasamiento de la selva del Amazonas, el estabilizador clave del clima mundial, por la deforestación, la minería, sembradíos y ganadería. Actualmente, la destrucción resulta en el daño y pérdida de territorio del tamaño de Francia. Se estima que casi el 60% de la selva de la región podría desaparecer o estar seriamente dañada para el año 2030.
La extracción de petróleo en el Ártico: con el deshielo quedan despejadas las nuevas rutas para la explotación.
Pero también desastres como el Prestige en las costas de Galicia (España) o los incendios forestales.
Concienciación
Hay diversos proyectos e iniciativas ciudadanas para que el ecocidio sea criminalizado en los tribunales internacionales como una forma de daño al medio ambiente y que por ello paguen y sean condenados los culpables.
Una de ellas, la organización "Acabemos con el Ecocidio en Europa", está tratando de reunir un millón de firmas para lograr que la Comisión Europea en Bruselas lo haga posible. Si alcanza el millón de firmas antes del 21 de enero de 2014, la Comisión Europea iniciaría un proyecto de la ley para criminalizar las ofensas contra el medio ambiente en el territorio de la UE.
Para esta organización es necesaria una directiva europea contra el ecocidio para que se pueda invocar una ley que reagrupe los distintos tipos de destrucción del medio ambiente y para que las autoridades tengan una responsabilidad penal para preservar y proteger la biodiversidad, para proteger la totalidad de los ecosistemas y no solo elementos individuales como el sol, el aire, la fauna y la flora y favorecer una transición ecológica porque tenemos un deber que cumplir con las generaciones futuras
para contribuir a un cambio de valores en los que se reconozca a la Tierra sus derechos.