Finales del siglo XVII, Amsterdam está en pleno apogeo gracias al comercio. Nella se muda a la ciudad para vivir en una casa enorme (y oscura) con su nuevo marido y su cuñada. Como regalo de bodas recibe un aparador con forma de casa de muñecas, con la misma distribución que su nueva casa. Y así comienza la serie, no voy a meterme más en el argumento, cuanto menos sepáis más os sorprenderá.
La serie es una adaptación de la novela con el mismo título que Jessie Burton publicó en 2014 y se emitió en la BBC estas pasadas navidades.
La protagonista se encuentra con un Amsterdam de negocios que se cierran en banquetes opulentos y a la vez con una sociedad de lo más reprimida y puritana. El día y la noche, el color en las elegantes reuniones sociales nocturnas y el negro riguroso en las mañanas de iglesia calvinista.
Arriba un fotograma de la serie, abajo dos obras de Emanuel de Witte.
En cuanto a la dirección de arte es de admirar, en primer término, la recreación de una ciudad prácticamente desde cero. La actual Amsterdam a penas conserva nada de esa época, por eso los exteriores se rodaron casi todos fuera, la casa en su mayoría se rodó en plató y en un edificio del sur del Londres con una arquitectura similar a la de la época.
Arriba un fotograma y abajo una obra de Gerrit Adriaensz. Berckheyde, Amsterdam en 1686.
Más que evidente es la influencia de pintores barrocos y del Siglo de Oro de la pintura holandesa. Las escenas de género que representaban la vida cotidiana, los bodegones y los retratos colectivos son su temática más característica. El contraste que se produce mediante la utilización de la luz direccional crea profundidad, volumen y dimensión en algo plano (ya sea un lienzo o una pantalla de televisión/ordenador).
Caspar Netscher
Vermeer
Esa atmósfera que se crea en la pantalla te ayuda a meterte en la historia, tienes la continua sensación de estar viendo un cuadro de Vermeer o Rembrandt con el aliciente de una historia interesante e intrigante.
La sobriedad y la opulencia, que recuerdan a los bodegones de Pieter Claesz.
Espacios oscuros de techos altos, muebles macizos y enormes, amenazantes, mientras a su alrededor se desarrolla la vida cotidiana y se esconden secretos. Un vestuario impecable, la dualidad entre opulencia y sobriedad permanece visible también en este aspecto, colores brillantes y saturados envueltos en un ambiente oscuros y lúgubre.
Cada estancia es una maravilla, los suelos de baldosas blancas y negras son como tableros de ajedrez donde se disponen las piezas de un mobiliario perfectamente ordenado.
Vermeer
En conclusión, una serie diferente con una historia interesante que merece ser contada y una dirección de arte muy trabajada que merece ser reconocida.
¡Hasta pronto!