Si me seguís en Instagram ya sabréis que esta Semana Santa estuve en Cracovia. Hacía años que quería visitar Polonia y tengo que decir que volví enamorada.
Cracovia es una ciudad universitaria con mucho ambiente y aunque para verla exhaustivamente se necesitarían más días, nosotras en 4 vimos bastante. Aunque el viaje en total fueron 6 días, porque volamos hasta Varsovia y desde allí fuimos en tren hasta Cracovia.
El viaje lo organizamos por nuestra cuenta totalmente, sin ningún tipo de guía ni excursiones organizadas; sólo reservamos desde aquí algunos tickets. Así que os iré explicando todo por si también queréis hacerlo por vuestra cuenta, ya que sale más económico.
Día 1
Tras dormir en Varsovia cogimos el tren hacia Cracovia. Aunque fueron 4 horas no se nos hizo muy pesado. Llegamos casi a la hora de comer, así que dejamos las maletas en el apartamento y nos fuimos a explorar la ciudad. No es una ciudad muy grande, así que lo hicimos todo caminando (el apartamento además estaba a 10 minutos caminado de la plaza del mercado, que es el centro de la ciudad).
Una vez instaladas, nos fuimos a la plaza y comimos en uno de los sitios donde vimos más gente. Nos habían recomendado los pierogi (una pasta parecida a las gyozas rellena de diferentes ingredientes, pero sobre todo, verduras), así que fue lo primero que hicimos.
Después de comer estuvimos paseando por la plaza dónde vimos la lonja de los paños y subimos a la torre del ayuntamiento (donde nos hicieron descuento por tener el carnet de profesoras). Desde allí tuvimos unas vistas preciosas de toda la plaza y el palacio a lo lejos. La plaza está llena de puestos de artesanía, suvenirs y comida.
También vimos la puerta de San Florián y lo que queda de la antigua muralla (barbacana).
Una vez anocheció nos encontramos de casualidad con uno de los paraguas blancos de los diferentes free walking tours que hay por la ciudad y nos unimos al grupo. Os lo recomiendo mucho ya que pagas lo que consideres y es una buena forma de conocer un poco mejor la ciudad sin arruinarte. Hicimos el tour de las Leyendas, donde te explican la historia de la ciudad con leyendas y algunas daban auténtico miedo.
Después del tour nos fuimos a cenar al restaurante Sukiennice que está en la misma lonja. Es muy parecido al que cenamos en Varsovia la primera noche (Podwale 25) y es perfecto para probar la comida típica Polaca a muy buen precio. Todo lo que veis en la foto no llegó a 22€...¡entre tres!
Día 2
El domingo lo dedicamos a conocer un poco más la ciudad y tuvimos mucha suerte porque hizo un día soleado y precioso. Quedamos a las 10 (al tener un Airbnb desayunamos en casa) con el guía en la plaza de la Lonja y cuando se unieron más turistas al grupo empezamos la visita por la ciudad. Como os decía, esta opción es muy recomendable, pues resulta más económico que otras rutas turísticas y, al menos en nuestro caso, el trato fue muy cercano.
Plaza de la Lonja
La primera parada fue en la ópera de Cracovia, como veis, un edificio muy bonito. Después volvimos a pasar por la puerta de San Florián y la Barbacana.
La torre que se ve al fondo, es la torre de la iglesia de Santa María. Desde allí, todas las horas en punto se escucha una melodía tocada con una trompeta. Se toca en las cuatro direcciones y para bruscamente...¿sabéis por qué? Es otra de las leyendas que nos contaron que dice que Desde la Edad Media el día entero, fuera de noche o de día, había en la torre más alta de la iglesia de Santa María un vigilante que advertía de incendios, de enemigos que se acercaban a la ciudad y de otros peligros. Una de las responsabilidades del vigilante era hacer sonar el toque de trompeta: inicialmente, solo al amanecer y al atardecer, para avisar sobre la hora de la apertura o cierre de las puertas de la ciudad y más tarde, desde el siglo XVI —cada hora—. La melodía del toque de trompeta, llamada en polaco "hejnał", se convirtió en un símbolo musical de Cracovia. Se toca a los cuatro vientos, cada hora en punto. Pero… ¿por qué la melodía se corta tan bruscamente? En el año 1241 llegaron a las puertas de Cracovia los tártaros. Según cuenta la leyenda, al ver a los invasores, el vigía de la iglesia de Santa María empezó con el toque de trompeta. De este modo, consiguió avisar a sus ciudadanos del peligro, pero en mitad de una nota una flecha tártara atravesó su garganta y el trompetista murió. Por esta razón, el "hejnał" se corta de forma tan repentina: en el mismo momento en el que dejó de tocarlo el valiente trompetista. (Fuente: Krakow travel). En la actualidad, es un trabajo reservado para jubilados con turnos de 12 horas; allí arriba tienen una cama, baño y wifi, así que ni tan mal, ¿no?
Después pasamos por la casa de Juan Pablo II. En Polonia fue muy querido, porque además de ser muy cercano (si os fijáis, en una de las ventanas hay una foto suya; allí se asomaba y charlaba con sus seguidores - vamos, como un directo de Instagram pero en la vida real ) fue quien dio a conocer lo que estaba ocurriendo en Polonia con el Comunismo.
Después continuamos hacia la iglesia de San Pedro y San Pablo.
Y el tour (que en total dura unas dos horas) finalizó en el Castillo de Cracovia, donde se puede ver la Catedral de Wawel y el Palacio Real. Como hacía un día tan bueno, nos quedamos por allí dando una vuelta, haciendo fotos y tomando una cerveza al solecito.
Después de la cerveza volvimos a la plaza de la Lonja y comimos en los puestos. Cada una cogió lo que le apetecía y nos lo comimos juntas en una de las mesas de madera que hay por toda la plaza. Yo tomé una de las típicas sopas;no recuerdo de qué era, pero estaba buenísima.
Por la tarde decidimos ir a Kazimierz (el barrio judío). Pensábamos ir con otro de los free walking tours, pero terminamos un poco cansadas de del por la mañana y decidimos hacerlo por nuestra cuenta, y reconozco que fue un gran error. Al contrario que el resto de la ciudad ,que consultando diferentes blogs se puede ver sin problema, al intentar verlo por nuestra cuenta no nos enteramos de nada, así que fue una pena. Hicimos algunas fotos pero poco más.
Para terminar el día, fuimos a ver al Dragón, símbolo de la ciudad, que está a los pies del castillo, a orillas del río Vístula. Cada ciertos minutos echa fuego por la boca, así que si tienes un poco de paciencia, puedes conseguir un vídeo muy chulo.
Por la noche cenamos en un restaurante que se llama "Abuela frambuesa" (Kuchnia U Babci Maliny) que nos recomendó el guía, pero no nos gustó mucho el trato. No se si fue por la barrera del idioma, o porque simplemente eran bordes, pero no lo recomiendo.
¡Ah! como curiosidad, y al contrario que Varsovia, Cracovia se salvó de la destrucción durante la segunda guerra Mundial, por lo que todos los edificios son originales.
Y por hoy no os cuento más ya que no quiero saturaros con tantas fotografías. Espero que os haya gustado esta primera parte y no dudéis en preguntarme lo que queráis en los comentarios.
Consejos:
Tanto en Varsovia, como de Cracovia a las minas (unos 12km) nos movimos en Uber; allí es super económico. Si utilizáis el código 26ymesc3ue vuestro primer viaje será gratis.
Los trenes podéis reservarlos desde la página Intercity (Tenéis la opción de ponerla en inglés). Si elegís el tren lento (tarda casi 4 horas) os saldrá muy económico (es el que cogimos nosotras y nos costó unos 35€ ida y vuelta).
Los tickets de Auschwitz se compran aquí.
Los tickets de las minas de sal se compran aquí.
El primer apartamento se encontraba muy cerca de la plaza. Lo podéis encontrar en Airnbnb. Éste es el apartamento, y si os registráis desde este enlace obtendréis 25€ de descuento.