Un equipo de investigadores estadounidenses, perteneciente a la Universidad de Brigham Young, ubicada en Utah, llevó a cabo un histórico descubrimiento hace unas semanas en Egipto. El mismo tiene que ver con un cementerio que cuenta con aproximadamente un millón de momias, siendo de ese modo uno de los hallazgos más importantes en lo que refiere al mundillo de las necrópolis de este espectacular país de África del Norte.
El sitio en cuestión se encuentra a poco menos de 100 kilómetros de El Cairo, la capital nacional. Allí, la necrópolis llamada "Fag El-Gamous" ("El Camino del Búfalo del Agua", en español), descubierta inicialmente hace algo más de tres décadas, descansa en medio del desierto, próxima a una pirámide de las menos conocidas de la región.
Desde hace un tiempo, el citado grupo de arqueólogos está trabajando minuciosamente en el lugar con el fin de desenterrar los vestigios sepultados, con extremo cuidado y total paciencia. Fue recién durante el pasado mes de noviembre cuando Kerry Muhlestein, cabeza del proyecto, estimó que el número de momias enterradas podría ascender a un millón. Una cifra inevitablemente impactante.
Entrando en detalle, Muhlestein especificó que los cuerpos datarían de entre el siglo I y el VII, relacionándose de esa manera con dos de los imperios más trascendentales en la historia de la humanidad: el romano y el bizantino, que dominaban la zona en esa época. Para los investigadores, el hecho de que haya llegado semejante cantidad de momias a ese sitio todavía constituye un auténtico enigma. Y a eso se suma un curioso pormenor: muchos de los muertos están distribuidos en función del color de sus cabellos; rubios y rojizos, sobre todo.
El mencionado experto en la materia presentó un documento ante la Sociedad para el Estudio de Antigüedades egipcias, señalando que una de las principales particularidades del descubrimiento está asociada al linaje y las raíces de quienes se hallan allí enterrados. El asunto es que se trata esencialmente de personas modestas y humildes, muchas de ellas inhumadas sin ataúd ni ajuar, y no de reyes ni de familias de alto poder adquisitivo.
Uno de los puntos más destacados del hallazgo corresponde a una niña de apenas 18 meses, que fue encontrada con un collar, varias pulseras por muñeca y cubierta con una túnica. Tanto las uñas, los dedos de los pies, la lengua y el cerebro presentan un muy buen estado de conservación, lo cual da muestra de que trataron de momificarla. Para finalizar, cabe hacer alusión a otra de las curiosidades. En este caso, una momia de unos 2,13 metros, una altura muy poco común en esa época, que incluso debió ser doblada para que se ajustara a la tumba.