Como ya muchos saben, los días de sol y calor en Holanda son considerados un tesoro, así que jamás los desaprovechamos. Como yo quería mostrarles este lugar a ustedes, le pedí a Lenny que me llevara el fin de semana pasado. Con ustedes, la ciudad sin calles ni autos: Giethoorn.
Este es un paisaje típico del lugar. Las casas se conectan con el resto del pueblo a través de sus decenas de puentes.
Giethoorn, para algunos conocida como la Venecia holandesa, es un pequeño pueblo situado en la provincia de Overijssel. Este pueblo es principalmente conocido sus casas construidas sobre pequeñas islas, conectadas entre sí por 176 puentes. Acá no hay autos ni motos, sino que la gente se mueve a pie o navegan en sus botes por los canales.
Acá te podés casar
Cómo llegar. Desde Amsterdam, hay tres opciones: auto, tour o transporte público.
Auto: si son 4-5 personas, creo que esta es la mejor opción precio-comodidad, ya que el recorrido en transporte público no resulta muy práctico, sobre todo por la baja frecuencia de los colectivos. Las rutas están en inmejorables condiciones, y pueden estacionar sin cargo a la entrada del pueblo.
Transporte público: primero hay que hacer el trayecto Amsterdam- Zwolle en tren (dependiendo de la estación de Amsterdam desde la que tomen el tren dependerá el recorrido que tengan que hacer para llegar). Este primer trayecto dura un poco más de una hora (siempre elijan tomar los trenes Intercity y no los Sprinter, ya que estos últimos tardan muchísimo porque paran en todas las estaciones). Desde la estación de trenes de Zwolle, tienen que tomar el bus 70 y bajarse en la parada Groene Kruis. Les recomiendo que utilicen el sitio 9292.nl para planificar su viaje, ya que estos buses no salen con mucha frecuencia. El costo del viaje ida y vuelta es de alrededor de 40 euros, pero pueden comprar tarjetas de tren con descuento en varios puntos de Holanda y reducir el gasto a LA MITAD. Si quieren hacer eso, avísenme y les busco las promociones en vigencia al momento de su viaje.
Tours: los tours a Giethoorn duran todo el día y cuestan alrededor de 90 euros, sin incluir la comida y la bebida. Lo bueno de estos tours es que no hay que pensar en nada, todo está arreglado; lo malo es el precio y el hecho de que el bote que ofrece es un bote para turistas en vez de un bote para pasear libremente.
Este destino es tan popular entre los turistas chinos, que los carteles en los restaurantes y paradas de buses están traducidos a ese idioma
Alojamiento. Si bien el pueblo se puede recorrer en el día, pueden también aprovechar la experiencia y quedarse en el lugar. Existen varias opciones, desde bungalows rodeados de naturaleza hasta habitaciones en hoteles chiquitos y bed and breakfast. Yo vivo muy cerca, así que siempre vuelvo a casa, pero si alguna vez me hospedo en algún lugar de estos, les cuento mi experiencia.
Actividades. Al ser un lugar rodeado de agua, la mayor parte de las actividades está relacionada con deportes acuáticos y otras actividades al aire libre. Se pueden alquilar bicicletas, botes, descansar en los espacios recreativos, hacer distintos tipos de deportes acuáticos y hasta sacarte tu foto con la vestimenta típica holandesa.
Nosotros elegimos el paseo en bote, que alquilamos nosotros mismos a 15 euros la hora. Por todo el pueblo hay puntos en los que se puede alquilar y no es necesario reservar. La persona encargada nos recomendó hacer un paseo de un mínimo de dos horas y nos facilitó un mapa con el recorrido que debíamos hacer para estar de regreso a tiempo. Claro que es posible alquilar el bote por el día entero y hacer picnic, navegar hasta la isla o Smith’s Pavilion. Se pueden hacer también paseos en bote guiados, pero a mi no me gustan mucho porque son esos botes exageradamente turísticos, llenos de gente con sus cámaras enormes, me siento un poco como ganado arriba de esos botecitos.
Paramos a refrescarnos, luego del paseo en bote con más de 30 grados de temperatura
Comer. Nosotros ya habíamos comido cuando llegamos, así que no nos demoramos en parar a almorzar. Para los que quieran hacer picnic, les cuento que hay un supermercado Spar pegado al estacionamiento, en donde pueden comprar bebidas, pan y otras cosas para improvisar un picnic arriba del bote o en algun espacio de recreación.
A la vuelta del paseo en bote decidimos parar a tomar algo en el restaurante que estaba pegado al lugar en el que habíamos alquilado el bote, Grachthof. Con ese calor, no teníamos nada de hambre, pero los platos que vimos pasar tenían muuuucha pinta y los precios estaban bien.
Espero que les haya gustado el paseo. Para ver más, hagan click en el video de acá abajo:
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