Las noticias ecológicas que nos están llegando este último mes del año hacen del 2015 uno de los periodos más trágicos para el medio ambiente de nuestro planeta. Una de las últimas noticias trágicas que trasmitió la Agencia EFE hace unos pocos días era la confirmación oficial de que el segundo lago más grande de Bolivia, el Lago Poopó se había secado prácticamente en su totalidad. La alta contaminación de la zona por la acción directa de los vecinos del lago y la inoperancia de las autoridades bolivianas han condenado a la sequía y la miseria una de las zonas de este hermoso país.
Según la nota de prensa emitida por EFE, a día de hoy el lago está prácticamente seco y, como es lógico, ya no alberga vida vegetal o animal de ningún tipo. Según un estudio publicado ya hace tiempo por la Universidad boliviana de Ouro, el que era el segundo lago más grande de este país americano después del famoso Titicaca contenía altísimos niveles de plomo, zinc, cadmio, arsenio y residuos orgánicos y no orgánicos altamente contaminantes.
Recordemos que el Lago Poopó tenía una extensión de agua de más de 4.500 kilómetros cuadrados y dependía de los aportes de dos importantes ríos que llegaban al distrito boliviano de Ouro: el río Márquez y el Desaguero. Con la desaparición de sus aguas se han perdido irremediablemente varias especies vegatales autóctonas que no crecían en ningún otro lugar del país como, por ejemplo, la Baccharis santelicis, un tubérculo que la población consumía tanto como alimento, como combustible para sus hogares. La extinción del lago salado Poopó afecta, también, a la fauna autóctona de esta región, en concreto a varias especies de patos y flamencos y a un ave protegida que, con esta tragedia, está más cerca de desaparecer de la faz de la tierra: la Rollandia microptera o Zambullín del Titicaca.
La noticia de la desaparición del Lago Poopó de Bolivia se une a otras desgracias ecológicas como la de la desaparición del llamado Mar de Aral, en Asia Central, el cuarto lago más grande del mundo que se secó completamente hace escasamente un año. Si no cambiamos el trato que le dispensamos al medio ambiente, ¿qué nos deparará el próximo 2016?
Redacción: Marta Barrero. MARAVEGA Comunicación.
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