Turismo en Gijón; Cerro de Santa Catalina.
¡¡¡Hola a todos!!! ¿Qué tal ha ido el finde? El mío tranquilo, hemos tenido muy buen tiempo y hemos salido y descansado, así que a afrontar la semana con ganas.
Hace mucho que no hago un post de turismo aunque durante el finde sí que he ido rescatando alguno, y hoy me apetecía hablar de uno de mis lugares preferidos de la ciudad.
Y sin más rollo empezamos.
Las vistas desde la zona de Batería son maravillosas, adoro los destellos.
Ya sabéis que mis post no son unos post turísticos al uso, me gusta hablar de mis recuerdos y sensaciones del lugar, de lo que me evoca cuando voy por ahí y de lo que me gusta o no me gusta de ese sitio.
Y aunque no me gusta ser típica no podía dejar este sitio, mi compañero del alma, además creo que uno de los lugares más visitados de mi ciudad es El Cerro de Santa Catalina, especialmente porque todo el mundo quiere ver la famosa escultura de Eduardo Chillida, El elogio del horizonte. Pero este lugar es mucho más que eso.
Es ideal para volar cometas, escuchar el viento o dejarse llevar, sin más.
Este parque está situado en la zona alta de Cimadevilla, barrio marinero de Gijón por excelencia.
Realmente ocupa una zona bastante extensa, con unos magníficos búnkers que se usaron hasta 1989 para maniobras militares.
Los búnkers son muy interesantes.
Mucha gente dice que la subida hasta el Cerro de Santa Catalina, también llamado Atalaya es dura, la verdad es que a mí no me lo parece, la hago casi todas las semanas y me parece una subida normal, la hacía con mis hijos en silla de paseo así que muy dura no creo que sea.
Podemos acceder desde la Iglesia de San Pedro o desde El muelle, depende de la zona en la que queramos aparecer.
A veces salimos por unas escaleras que llevan al rompeolas del muelle de Gijón donde hace un par de años, en pleno diciembre, me mojó una ola que no veáis. Fue el karma por reírme de unos chicos por lo mismo.
Me encanta ir caminando por esos senderos de gravilla, con el verde intenso de los prados contrastando con el azul del mar y el gris de los búnkers que me encantan.
Me chifla sentarme en los bancos más recónditos a leer, se está taaan bien.
Este paseo es un lugar muy de primeras citas, de novios de adolescencia, de esos momentos en los que buscábamos lugares tranquilos. Y con los años pues es un lugar de novio formal y luego ya marido, de instantes preciosos con nuestros hijos e incluso de picnic con toda la familia.
Entre los matorrales podemos hacer un gran picnic.
En la zona más alta del Cerro de Santa Catalina tenemos el ya mencionado Elogio del horizonte. Su tamaño es impresionante. Recuerdo a la perfección el día que lo inauguraron, allá por 1990, yo fui con mis padres y lo pasamos genial, luego nos fuimos a cenar por Cimadevilla, era Junio, todo sabía a verano y nos perdimos entre el olor a sardinas y sidra, olor a verano.
Y vuelvo con el Elogio, pero es tan inmenso, y otra de las zonas de búnker, nunca me aburro por aquí.
Cuando era pequeña iba a esa zona, pero no había el inmenso parque que hay ahora así que íbamos solo hasta donde estaba permitido, y la verdad es que guardo muy buenos recuerdos, y eso me encanta, ir atesorando recuerdos, y añadir cada día alguno más.
Una de las zonas de este parque permite perros sueltos, y a mi me hace mucha gracia verlos haciendo vida social, jugando en pandillas donde los mandones y jefes de la pandi suelen ser los más pequeñajos.
Y además de mar, búnkers y arbustos tenemos flores.
Y también tenemos zona de juegos para los niños. Durante años tuvimos un barco pirata enorme donde mis hijos pasaron muchas tardes respirando aire de mar mientras asaltaban barcos como La Española desde su particular Perla Negra.
Ahora tienen otros juegos que no están mal, aunque no es lo mismo.
Y en la parte de abajo tenemos El Fuerte Viejo y la Batería, que datan del siglo XVII. Todos los niños se vuelven locos con los espectaculares cañones, los míos, que ya llevaban la imaginación exaltada por haber jugado en el barco pirata, se inventaban todo tipo de historias.
La fortaleza mola mucho, se pueden ver los cañones y la pista de baloncesto, qué recuerdos!!!!
La fortaleza es muy inspiradora, y las vistas del mar son únicas.
La fortaleza mola y los cañones...son lo más.
Como en mi ciudad conviven en armonía lo nuevo y lo viejo justo al lado de este lugar tenemos una bonita pista de skate donde va la gente joven a hacer unas piruetas y unos equilibrios increíbles. Yo puedo estar horas mirando.
Y también hay aparatos de gimnasia para los abuelitos, que aquí cabemos todos.
La pista mola mucho.
Y para que sea perfecto tenemos una pista de baloncesto donde hemos pasado muchas horas jugando, con ese olor a salitre que flota en el ambiente.
Además esta ubicación es perfecta para ver las exhibiciones aéreas que cada año hay en mi ciudad, yo alterno la playa con este sitio.
La foto tiene años pero tenemos exhibiciones todos los veranos y a veces, como en la foto, en primavera y otoño.
Y en verano algunas veces tenemos cine al aire libre o conciertos en este lugar que me encanta.
Cuántas pelis y conciertos hemos visto aquí.
La verdad es que este lugar no es para soltar a los niños porque hay partes, especialmente los alrededores de El elogio del horizonte, que están rodeados de acantilados y aunque tenemos quitamiedos es mejor ser prudentes.
El paseo con sus cuestas es genial.
Yo lo veo un lugar para desconectar, para sentarnos y mirar al mar, o si lo preferimos mirar a la ciudad, en invierno, al fondo, incluso vemos la nieve.
Si miramos al fondo(he acercado un poco la foto) vemos la nieve.
Es una zona para buscar recovecos donde sentarse sin que los demás te vean, para bajar hasta la fuente y dejar pasar las horas, para llevar una merienda y sentarse detrás de los arbustos o para caminar, sin más, dejando que se vaya lo malo.
Ocupa mucho pero no pude evitarlo.
Bueno, también sirve para volar cometas. Y para pasar un poco de miedo en Halloween y dejarnos envolver por la niebla.
La niebla es impresionante parece la Santa Compaña.
Y especialmente para ver atardeceres, las puestas de sol que podemos contemplar son impresionantes.
Las puestas de sol son maravillosas.
Bueno, realmente hasta aquí llega mi post, este lugar está lleno de rincones únicos pero es de esos sitios que es mucho mejor ver que describir, es un lugar que es mejor descubrir que intentar explicar, y aunque es bastante tópico para el turismo y a mí no me gustan los tópicos no podía dejar de hablar de él porque los últimos 27 años de mi vida están muy muy relacionados con este sitio. Si os acercáis a Gijón no os lo podéis perder, además es donde celebramos el día de Asturias, y si venís os encantará porque todo huele a sidra, tortilla y personas felices.
Ayyyy qué post más extralargo me ha quedado. Por hoy ya me voy. Mil gracias por leerme.
Y vosotros; ¿conocíais el Cerro Santa Catalina? ¿Tenéis un lugar parecido en vuestra ciudad? ¿Os ha gustado el que enseño?