A pesar de ser poseer una sobresaliente técnica desde su niñez, su primer encargo le llegó a la edad de veinticinco años. Sin embargo, tras numerosas colaboraciones con prestigiosos pintores de este período, su labor consistió en decorar gran parte de las salas del Vaticano. Uno de los frescos más célebres es 'La escuela de Atenas'.
Sin duda, un formidable resultado, donde su perfecto estilo nos muestra algunos de los filósofos más relevantes de todos los tiempos, desde Platón hasta Aristóteles. Como dato curioso cabe mencionar, que en el impresionante mural de cinco metros de altura y casi ocho de ancho aparece reflejado su compañero Miguel Ángel, como muestra de respecto, tras observar la bóveda terminada de la Capilla Sixtina.
Otros lugares que a día de hoy guardan su muestras artísticas son los museos de Florencia y Milán, ciudades en la que trabajó en varias ocasiones a lo largo de su vida. Un ejemplo de ello lo vemos en 'Los desposorios de la Virgen'. Al igual que sucedió con varios coetáneos, sus legado casi siempre muestra hechos religiosos y sobrenaturales, como 'Madonna Sixtina'.
La mayor parte de este contenido fue trazado en las diferentes estancias del Vaticano, como 'San Miguel' o 'El incendio del Borgo', óleo que narra cómo el Papa León IV, socorrió las llamas de la ciudad con un milagro. Igualmente, también realizó una serie de retratos, como el de 'La Fornarina', amante del pintor o el complejo cuadro de 'Andrea Navagero y Agostino Beazzano'.
¿Y tú, qué obra de Rafael Sanzio destacarías?