Es que esto invita a soñar si o si.
Hola a todosssss,¿qué tal? Casi cada año hago alguna entrada sobre el otoño, o sobre Septiembre y la vuelta a sus rutinas y seguramente seré una pesada por volver a hablar de esta época de días más cortos y asomo del frío ero es que no lo puedo evitar, me gusta tanto...
Soy una persona que saborea a tope el verano pero es que cuando llega el otoño se remueven en mí muchos sentimientos y ya no puedo parar de pensar, escribir y soñar. No sé que pasa que todo huele diferente, suena diferente y me hace volver a la niñez.
Este fin de semana, que además tuvo tres días, nos fuimos todos a coger castañas, y el olor del bosque, el aroma a musgo y tierra mojada me hacen darme cuenta de que estoy viva y eso es lo que realmente importa, todo lo demás se puede arreglar.
Ha salido borrosa pero la paz que se respira ahí no se puede definir.
Lo mejor de coger castañas es compartir ese tiempo lleno de paz con los tuyos, y me sorprendo de que mis hijos, ya tan mayores, quieran venir a estas cosas, es más, esta vez fue idea de ellos ir a cogerlas y además quisieron llevar la comida para pasar fuera todo el día. Y claro, a mí se me cae la baba y allá nos fuimos con la cesta, la comida, la merienda, bolsas para meter las castañas, y muchas ganas de pasarlo bien.
Teníamos el área recreativa que está en pleno bosque toda para nosotros.
El otoño para mí es tiempo de reflexión. Cuando salgo a pasear a veces camino en silencio, pensando y dejándome llevar. Yo soy así, a veces me gustan más esos silencios que llenan que una conversación vacía.
Y me gusta la lluvia, soy la típica tonta que salta en los charcos con botas de agua, y me encanta saltar en los montones de hojas secas.
Las ardillas si que saben.
En mi casa tenemos una serie de tradiciones,ya lo conté en un post del principio, y aunque no me gustan nada las rutinas sí que me gusta tener esas señales que nos dicen que se acerca algo esperado, la Navidad, el verano o un cumpleaños. Y las señales del otoño me gustan especialmente, las calles empiezan a oler a humo, las castañeras empiezan a aparecer, el suelo de las aceras brilla más...son tantas cosas.
Me encanta ver como los caminos se alfombran con las hojas.
Y una de esas tradiciones, además de coger castañas es ir a un parque que hay en la ciudad que está lleno de estatuas y aves, y que huele a otoño por todas partes. Por supuesto, si el día está lluvioso, mucho mejor.
Y los pavos y los faisanes vienen a saludar.
Y claro, el primer sábado en el que cambian la hora salimos a dar un paseo mas bien tarde, para que nos anochezca en la calle.
¿Y que me decís de la comida? Las sopas de ajo, miles de platos hechos con champiñones, con castañas y con calabaza... ¿Y las manualidades? Manualidades con hojas secas cuando los niños son pequeños...y no tan pequeños, todo es genial, la ropa elegante y los escaparates tan chulos. Esta semana he visto un montón de escaparates llenos de ropa abrigadita y apetecible y decorados con hojas, calabazas, setas y colores de otoño.
¿Cómo puede haber tantas tonalidades de marrón y ocre?
Lo bueno del otoño es que me encanta quedarme en la ciudad y escaparme al campo, adoro ir a la playa con frío, y sentarme en algún bar que huela a hogar y café, me gusta ir a coger manzanas y beber sidra dulce.
Un parque, un banco, hojas secas y un buen libro...lo mejor.
Y la tele también cambia, vuelven series que estaban de vacaciones y empiezan cosas nuevas. Y me apetece leer libros más densos, no como los del verano que son más frívolos y sencillos.
A veces creo que el otoño es para mí como la luna llena para los licántropos, me transforma.
Ahhhh, y la música, desde luego, tiene que ser más seria, nada que me recuerde a las ferias o verbenas.
Un sitio muy tradicional en mi casa, desde que nací.
Con el otoño vuelven mis cenas especiales y mis tardes de peli y sofá, con palomitas, chocolate, bizcocho de calabaza y todo lo que nos apetezca.
Pero también vuelven los paseos bajo la lluvia compartiendo paraguas, las infusiones en la bañera con velitas aromáticas, y el lado triste, los madrugones, las prisas que en realidad presagian el principio de algo bueno seguro.
Pero a veces también nos sorprende y lo pinta todo de azul, como ayer mismo.
Cada año, cuando llega el otoño, me renuevo.
Bueno guapísimas, ya sé que soy pesada con esta estación pero me gusta tanto. Y a vosotros, ¿os gusta? Un besín y os leo siempre, me encanta este mundo 2.0 que complementa mi vida real.