Se trata de un estudio realizado a gran escala, en el que participaron más de 2 mil personas que atravesaron alguna vez la instancia de muerte clínica.
Los resultados indican que prácticamente uno de cada dos personas (más del 40 por ciento de la muestra) estuvo consciente todo el tiempo de lo que sucedía alrededor.
Los científicos lograron descubrir que, pese a estar clínicamente muerta, la conciencia de una persona sigue funcionando en un intervalo que puede variar entre 2 y 3 minutos. De todos los participantes del experimento, cerca de 150 fueron capaces de recordar las técnicas y tratamientos de emergencia que recibieron para ser revividos.
Otros 330 participantes aseguraron haber regresado a la vida, tras la muerte clínica, sin ayuda de los médicos. Todos ellos manifestaron haber atravesado el trance de muerte tan claramente conscientes como durante la vida.
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