Es imposible hablar de esta película sin hablar del reparto un poco. Dejando a parte lo ya comentado tenemos: a Miles Teller como co-protagonista, actor que personalmente me gusta bastante por la expresividad de sus personajes; Bradley Cooper, con un gran repertorio de actuaciones a sus espaldas como para obviarlo; y Ana de Armas, actriz española que seguramente conozcáis por su papel en la serie El Internado, quien te puede gustar más o menos pero siempre es de agradecer la presencia nacional en una industria como la de Hollywood. De nuevo, hay muchos más miembros del casting, y todos cumplen bastante bien a la hora de actuar, pero me parecía necesario destacar estos por su carrera hasta el momento. Volviendo al tema, con un reparto así las cosas deberían fluir correctamente, ¿no?
Juego de Armas es una película que nos presenta a dos amigos que se dedican a vender armas al gobierno de los Estados Unidos durante la guerra de Irak. Está basada en un artículo que Guy Lawson escribió para la revista Rolling Stone llamado The Stoner Arms Dealers (no lo leáis si no habéis visto la película). La película trata este tema bajo el enfoque de la comedia, y aquí quizás se me presentó el primer problema. Una cosa es tratar un tema con humor y otra muy distinta trasformarlo en un chiste. Cierto es que la parte más humorística del film habla de un tramo de las vidas de los protagonistas en el que todo les va bien, por lo que tampoco se trata de mostrarnos un "dramón"; pero el trato que se le da supera esa barrera entre mostrar diversión y hacer burla. Porque todo nos da a entender que es una broma, desde la extravagante risa de Jonah Hill y el actor que se encargó de doblarle, hasta los gags y chistes reiterados a lo largo de la cinta. No sé si esta era la idea previa o fueron encasillados dado el elenco de actores que poseían, pero creo que la historia que buscan contar se les queda grandes. No obstante, supongamos que, por un momento, toda la película se desarrolla bajo esta visión jocosa; nos quedaría una película que, por muy mal encasillada que me pueda parecer que esté, sería divertida y entretenida, con risas aseguradas. Pero aquí llega mi segundo problema con la película, cuando hacia la mitad-final del metraje todo da un drástico giro para convertirse en un drama. ¡Ojo! No se trata de un drama con toques de humor que relajan la tensión, ni una comedia dramática, en la que a pesar de los buenos momentos los personajes pasan por situaciones complicadas. Eso es lo que quizás me hubiera "pegado" mejor con la premisa, como es el caso de El lobo de Wall Street. Aquí lo que tenemos es un giro que provoca confusión, el ritmo de la película se rompe en cuanto que los espectadores necesitan readaptarse a lo que están viendo.
No me gustaría, por otro lado, parecer un ogro, ni dar a entender que la película es una basura. Yo mismo admito que es entretenida, y eso es una gran parte del contrato que una película mantiene con su público. La historia está bien desarrollada y es difícil encontrar brechas argumentales. El guión es ingenioso y los diálogos son fluidos, llevándonos así con un ritmo suave y continuo a través de una historia que han interpretado bien a grandes rasgos. Las decisiones del director en cuanto a los planos me parecen ideales, creando una narrativa visual que suple muy bien esa carencia de un tono algo más serio en la película (exceptuando tomas totalmente innecesarias, como la conversación en la discoteca entre los protagonistas o en el chiringuito de playa, en las que podemos ver a gente pasando/situada detrás sin desenfoque alguno, lo que desvía un tanto la atención). Si sabes conoces los nombres que he ido dando a lo largo de esta crítica y te han gustado sus obras, no me cabe duda de que podrás disfrutar de esta misma sin realizar esfuerzo alguno.
Diego Gozalo Pascual / @DieGozalo97
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