Cómo veis, es mucho más que una presentación y crítica literaria de películas, series y, sobre todo, libros. Es una forma de dejar libre nuestra imaginación y desarrollar nuestra creatividad.
Esperamos vuestras historias en Receta para una historia 34: Modus.
Y hoy vamos a valorar y hacer la crítica correspondiente a los platos que habéis elaborado con los ingredientes de la Receta para una historia 33: No soy un monstruo, que son los siguientes:
Plato nº1 elaborado por Encarni M.:
Fernando, guardia de seguridad de unos grandes almacenes, entraba a las cuatro ese día, iba a sustituir a una compañera, (era su día de descanso), pero por amistad y el amor que les unía le cambio, aunque tenía rabia ese día televisaban un partido del año, los grandes almacenes se encontraba muy concurridos.
De pronto siente un alboroto impresionante, ve a una chica corriendo con unos relucientes zapatos fucsia, que decía llamarse Patricia.
Le comunica que hay unos padres muy angustiados porque no encuentran a su hijo, los padres le han preguntado a unas amigas del niño que habían estado juntos, pero no estaba con ellas. El niño era hijo del Técnico de de estación de Recogida de Neumáticos de Servicios Urbanos.
Al no aparecer el guardia de seguridad llama a la policía, se presenta el subinspector (Javier Nori), con la inspectora jefa (Ana Arén). Las amigas le cuentan a los policías que les extrañó ver al niño con un hombre alto y deforme y de aspecto fantasmal. Los padres sienten gran culpa por haberlo dejado con las dos amigas.
Una empleada de servicios lácteos, le comunica a la policía, que ha visto al hombre que describen las amigas por los probadores con el niño corriendo agarrado del brazo.
El guardia de seguridad comunica por su walkie, ¡control de puertas!, la policía le sigue, justo en el momento lo ven los policías y el guardia corren hacía el se abalanzan contra el le golpean cae al suelo y le arrebatan al niño, en cuestión de segundos la policía les devuelven el niño a sus padres.
Plato nº2 elaborado por Juanlu C.:
El subinspector Javier Nori se defendía en la rueda de prensa organizada en la Comisaría Central de las preguntas inquisitivas de los numerosos periodistas allí concentrados. Acababa de anunciar que habían encontrado a Nicolás, el último niño desaparecido en el concurrido centro comercial de las afueras de la ciudad. Dos amigas que salieron a pasear muy temprano por el frondoso bosque cercano, habían presenciado una visión fantasmal de un hombre alto y deforme que llevaba en sus brazos a un niño. Tras dar la alarma a la Policía y después de la batida y pesquisas pertinentes dieron con una casa abandonada en la parte más alta del bosque en donde encontraron a Slenderman un vagabundo de la zona que sí tenía a Nicolás, consiguiendo rescatarlo. Por el momento no tenían más datos sobre el paradero de los otros 3 niños desaparecidos, Kike, Pablo y Carlos, todos visto por última vez en el gran centro comercial cercano al bosque.
Ana Arén Inspectora Jefe, observaba la rueda de prensa desde un segundo plano. Siempre al subinspector se le daba mejor hablar en público y no hay que negarlo le gustaban los flashes, cámaras y preguntas. Ana estaba ensimismada pensando en el caso. No había ningún indicio de los tres niños restantes y sabía que el pobre Slenderman no había sido, conocía a este vagabundo desde hace tiempo y por ahora sólo era un cabeza de turco que al menos tendría distraída a la prensa y restaría presión momentánea al caso.
Los cuatro niños habían desaparecido del mismo centro comercial, un centro comercial plagado de cámaras interiores, pero que ninguna había funcionado justamente en los momentos donde se produjeron las desapariciones de los cuatro pequeños. Sólo disponían de una imagen que les confirmaba que podría tratarse de un secuestro. Una de las cámaras de una de las salidas, si había funcionado y había grabado de espaldas a un hombre de pelo moreno y rizado saliendo del centro comercial de la mano de Pablo. No podían verle el rostro ya que figuraba de espaldas, pero sin duda no se trataba del vagabundo del bosque.
Horas más tarde, Ana había quedado con su amiga de toda la vida, Inés, periodista del diario local La Noticia, y con la que siempre compartía sus reflexiones y averiguaciones y que siempre le era de buena ayuda, aunque inevitablemente acababa filtrándole algún detalle de primicia antes que cualquier otro medio.
Ana e Inés salieron a pasear por el bosque para despejar la cabeza y hablar del caso. Estuvieron andando por éste un buen rato, hasta que llegaron a otro sitio que resultó familiar para ambas. Te acuerdas Ana de este lugar? dijo Inés. Es donde encontraron a Patricia. Pobre
Patricia era su otra mejor amiga de la infancia, con la edad de 10 años un día se fue con unos chicos que ni Ana ni Inés conocían mucho. Ese día ellas no pudieron salir. Patricia no volvió a casa, nadie supo de estos chicos y al cabo de 5 días de búsqueda la encontraron muerta en el fondo de un barranco. Se entendió que fue un accidente, pero la rabia y la impotencia que embargó la familia y amigas siempre quedó ahí. ¿Porqué esos chicos con los que se fue no la socorrieron o ayudaron? En el caso quedaron muchas incógnitas abiertas.
Mientras se encontraban hablando Inés y Ana, descubrieron un objeto que destacaban por encima de los tonos verdosos del bosque. Se trataba de unos relucientes zapatos fucsia. Mira Ana, son como los zapatos que tanto le gustaba vestir a Patricia. Ana no dejaba de salir de su asombro. Tuvo una corazonada y se llevó consigo los zapatos fucsia que tanto recordaban a su amiga.
Al cabo de una semana, Ana se puso en contacto de nuevo con su amiga Inés. Inés te adelanto la noticia en primicia, como siempre. Hemos resuelto el caso de los niños desaparecidos, pero lo que no te puedes creer es que ambas estuviéramos tan relacionadas.
Después de nuestro paseo y hallazgo de los zapatos fucsia, al poco recibimos del laboratorio criminalístico el resultado del análisis de la ropa de Nicolás. Estos resultados arrojaron presencia de restos de basura orgánica en la ropa, y entonces mi corazonada empezó a cobrar sentido.
¿Te acuerdas de Ramón, el padre de Patricia? Trabajaba en el viejo Basurero que había en el barrio. Pues fui a buscarlo pero ya no trabajaba en él, se había jubilado al haberse transformado la vieja instalación en una moderna Estación de Recogida Neumática de residuos urbanos. El había muerto, no hacía mucho, pero me contaron que su puesto era vitalicio y había pasado ahora a su hijo Joan que trabajaba con técnico.
Analizando los zapatos encontré una etiqueta adhesiva en el interior de uno de ellos que ponía Zapatería Muriel. Es una de las zapaterías del centro comercial donde había desaparecido los niños. Ello me llevo a revisar todas la cámaras y a confirmar mis sospechas. Encontré en una de las grabaciones un hombre moreno con el pelo rizado y vestido con el uniforme de técnico de residuos que salía de la zapatería con una bolsa. EL parecido físico con la única imagen del rapto de Pablo que poseíamos era muy claro.
Esto nos llevó a seguir a Joan y a descubrir que trabajaba en el turno de noche, en el que la actividad se reduciría bastante y que le permitió esconder y retener a los niños. Joan era también hacker informático y gracias a ello consiguió acceder a sistema de grabación para desconectar justo las cámaras de vigilancia en el momento de los secuestros.
Afortunadamente los niños se encuentran bien. Joan no ha dicho palabra, pero todo apunta a que ha sido el autor de los cuatro raptos, Posiblemente un accidente o un desliz hizo que Nicolás se escapara y este fallo permitiera iniciar nuestra búsqueda.
Él no comenta nada, pero seguro que el dolor, la rabia por la pérdida de su hermana y a raíz de la muerte de su Padre hayan desencadenado con el tiempo esta conducta y estos hechos.
¡¡Espero vuestras críticas y comentarios!!