Y tengo que decir antes de empezar, creo que el tráiler de Una vida a lo grande no hace honor a lo que luego se presenta en la película. Quizás sea este el motivo por el que me haya sorprendido para bien en bastantes aspectos. Pero bueno, no quiero adelantaros acontecimientos. Ocupad vuestro asiento, coged algo para picar y empecemos con la crítica.
Crítica de Una vida a lo grande – No estamos aquí para reir
Antes de escribir el artículo, he vuelto a ver un par de veces el tráiler de Una vida a lo grande, simplemente porque creo que la primera vez que lo vi obtuve una idea equivocada de lo que iba a ser la película. Al volverlo a visualizar, sigo pensando que este filme se puede estar vendiendo como lo que no es (y remarco el creo porque obviamente esto es algo muy subjetivo). Antes de ver la película, pensaba que Una vida a lo grande iba a ser una comedia de Hollywood más, con una trama simple y repleta de juegos de palabras simplones y gags facilones. Pero no he tardado nada en darme cuenta de que ni siquiera creo que se pueda calificar a Una vida a lo grande como una comedia.
Es cierto que hay escenas más cómicas que otras y que algunos personajes como el de Christoph Waltz (ya hablaremos más adelante de él) son tan paródicos que es inevitable que nos hagan reír, pero la trama principal de la película no es nada divertida. De hecho, no ha habido muchos momentos en los que la gente haya reído, y no porque el chiste no fuera gracioso, sino porque la intención del momento no era provocar una carcajada. Creo que se podría decir que Una vida a lo grande busca provocar la sonrisa antes que la risa.
Estamos haciendo todo mal
Una vida a lo grande narra la historia de Paul, un hombre casado que cree que la mejor solución a los problemas económicos que sufre su matrimonio es sometiéndose a una reducción. Sí, en efecto, hacerse pequeño. En la realidad utópica de la película, unos científicos noruegos han creado un método para encoger a las personas y poder crear así ciudades y sociedades más sostenibles que ayuden a acabar con problemas como la sobrepoblación o la contaminación. Lo que Paul no sabe es que su vida no mejorará en absoluto al ingresar en una de estas diminutas sociedades, sino todo lo contrario, se dará cuenta de que estará más perdido de lo que ya estaba.
Una vida a lo grande es, en primer lugar, un retrato de un hombre vacío y perdido. Al inicio de la película, Paul es un hombre que no está orgulloso de quién es y que está tan desesperado por alcanzar el éxito en la vida que está dispuesto a hacer lo que sea (incluso encogerse). Durante el transcurso de la trama, Paul deberá intentar averiguar cuál es su lugar en el mundo y cómo puede abandonar la monotonía y empezar a sentirse vivo.
Pero además de la historia de Paul, Una vida a lo grande es una dura crítica a nuestra sociedad. Alexander Payne nos retrata como seres egoístas, como un mundo que, incluso habiendo encontrado métodos para acabar con algunos de los problemas más importantes de los últimos siglos, intentará utilizarlos para su propio beneficio económico. La película irá introduciendo situaciones y personajes que obligaran al espectador a darse cuenta de que el ser humano puede llegar a ser despreciable. Una vida a lo grande da un claro mensaje al espectador: Si seguimos así, al mundo le quedan 3 días.
Un gran pequeño mundo
Además de la trama menos humorística de lo que me esperaba encontrar, también me ha sorprendido la fotografía y la planificación en el filme. Hay muchos planos realmente cuidados en la película, lo cual es de agradecer ya que no es una trama que hubiera necesitado una fotografía excesivamente completa. El diseño de escenarios es más que aceptable, ya que Una vida a lo grande consigue crear un mundo utópico muy coherente donde todo tiene un sentido.
Tampoco tengo malas palabras para las actuaciones. Matt Damon hace un gran papel como protagonista, manteniéndose a la altura de la mayoría de sus interpretaciones. Sin duda, la mejor actuación de la película se la lleva Christoph Waltz, quién interpreta al despreocupado Dusan. El actor está espléndido en Una vida a lo grande y sabe manejar a la perfección tanto los momentos cómicos como los más trágicos.
Aunque me sorprendiera de base, la película tiene algunos aspectos que no me acabaron de convencer, principalmente la duración. Me dió la sensación de que Una vida a lo grande no supo medir bien sus tiempos, haciendo que las 2 horas y cuarto de metraje. En mi opinión, a la cinta le sobran bastantes minutos, ya que llega a haber momentos en los que se me hizo aburrida.
Aún así, Una vida a lo grande es una película que recomiendo a todo el mundo. Eso sí, teniendo en cuenta que no vas a ver un filme para reír a carcajada suelta, sino un título emotivo y crítico a partes iguales sobre cómo debemos enfocar nuestra forma de ser, tanto de forma individual como colectiva.