lass="cc-imagewrapper cc-m-image-align-1" > Si le quitamos las cuatro ruedas a una Ferrari, colocamos algunos alerones y reemplazamos el volante por una palanca, lo que tenemos es algo muy parecido a una nave espacial. Los supercoches han adoptado ideas futuristas durante años, pero esta vez, gracias a la magia de Flavio Manzoni, podemos tener una idea muy sólida de cómo se vería una nave espacial real, diseñada por el Cavallino Rampante.
¿Quién no ha dibujado una nave espacial o un cohete en algún momento de su vida? En lo personal no me limitaba a dibujos, sino que también construía naves con bloques de plástico. De un modo u otro, los más apasionados consumidores de ciencia ficción se han descubierto a sí mismos diseñando naves espaciales, y eso es exactamente lo que le sucedió a Flavio Manzoni, Director de Diseño en Ferrari, y mente maestra responsable por vehículos como LaFerrari y el F12berlinetta. Aquellos que poseen cierta destreza con un lápiz seguramente se sentirán identificados: Primero un boceto aislado, luego varios, después dibujos más completos, y finalmente, trabajos renderizados en el ordenador.
El ojo entrenado detectará rápidamente algunos elementos derivados de vehículos reales, incluyendo el alerón en la nariz, al que recuerdo muy bien en coches de Fórmula
1. En cuanto al resto, vemos un fuselaje suave, curvas, y una postura general que haría pasar a esta nave espacial como un caza de combate. Manzoni ha citado como fuentes de inspiración al Área 51, el Triángulo de las Bermudas, y las historias de Flash Gordon, mientras que como ejemplos terrenales hace referencia al diseñador industrial Joe Cesare Colombo, y el reconocido diseñador de interiores francés Pierre Paulin.
¿Acaso esto es parte de un plan futurista por parte de Ferrari para convertirse en el fabricante número uno de naves espaciales? No, claro que no.
La nave espacial es un proyecto personal de Manzoni, y el nombre de Ferrari queda acoplado por una cuestión de reputación. Aún así, sólo basta con explorar los orígenes de algunas compañías para considerar una mínima posibilidad. Nintendo vendía naipes.
Samsung dio sus primeros pasos como distribuidora de alimentos. Los ancestros de IBM fabricaban balanzas y cortadoras de carne. ¿Cuesta tanto imaginar a Ferrari como diseñador y productor de naves espaciales en 300 o 400 años? La verdad es que no.