La mayoría de los mexicanos estamos acostumbrados a que cuando viene el cumpleaños de un amigo, empezamos a organizar o hacernos las preguntas de “¿Qué vamos a hacer en el cumpleaños de fulanito?”, al menos para celebrarlo en su día.
Estamos acostumbrados a cooperarnos para el pastel o las chelas con la típica planificación “de traje”, (“yo pongo la casa, yo traigo las chelas, yo traigo los refrescos, etc.) con tal de armarla chido con el cumpleañero.
Para nosotros esto se nos hace de lo más normal, pero en Alemania pasa todo lo contrario.
Si es el cumpleaños de un alemán, éste debe traer el pastel y preparar la fiesta, poniendo todo lo que necesita para el festejo, por el simple hecho de que es su cumpleaños, y es él quien tiene la responsabilidad de planear todo para celebrarlo.
Mientras que para la mayoría de nosotros esto puede parecer grosero, más grosero es para ellos que tú tengas que poner lo que a ellos les corresponde (hahaha curioso, ¿no?), su forma de verlo es de qué culpa tienes tú que ellos cumplan años.
Digamos que cuando viene el cumpleaños de un alemán, sus compañeros de trabajo o de escuela (aunque ya sepan que es su cumpleaños) están esperando la invitación o el pastel para celebrar el día.
“Lebkuchenherz”
Obviamente existen las excepciones de quienes no dan pastel ni fiesta, pero pues obvio se les critica por “amargados”, pero pues a muchos les vale (a la mayoría les tiene sin cuidado lo que la gente diga de ellos).
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Obviamente, también tienen sus amigos y algunos en vez de darles regalos, pues les regalan una botella de alcohol o traen algo que completa la fiesta (ya se considera un regalo). Porque eso sí, los regalos sí son bienvenidos y es una grosería (así como en México y en muchas partes) no dar un regalo en la fiesta a la que el festejado te invitó.
Todos tenemos el problema de qué regalar a la hora de los regalos, y lo mismo les pasa a ellos.
Los regalos para darles prácticamente suelen ser algo que les gusta de forma directa (aunque se vea como uno de sus casos en el lenguaje , ahora saben por qué los usos, porque prácticamente así son) por ejemplo un libro, dulces, o si le gusta la pintura, pues un cuadro. Ellos también así son a la hora de regalar, y se van a la forma más directa: algo que comes, usas, como por ejemplo, si saben que lees, espera como regalo un libro. Por lo general no suelen regalar ropa, piensan que es todo un lío porque no vaya a ser que no te guste el estilo o no te quede, mejor algo práctico (según ellos) como dinero, cupones, boletos de algún espectáculo, cosas electrónicas, etc.
Algo que también hay que recalcar es que, si un alemán te invita y si te pregunta si vas a ir y le contestas que “sí”, es que vas a ir, sino es una grosería por haberle mentido y más por considerarte un espacio y su espera en su fiesta. Así como los alemanes planean todo, también planean con el número de invitados que van a estar en su fiesta. Recuerda que todo está planeado para una cantidad de personas que ellos ya tomaron en cuenta al invitar (la planificación es el secreto); por lo que debes ser honesto y directo (como a ellos les gusta) en contestar un “no”, o en caso de haber dicho “sí” y no poder a última hora, debes avisarle con tiempo para evitar la grosería.
Sus fiestas no suelen ser muy grandes, aunque claro depende de los amigos y de lo que quieran hacer, siempre suelen invitar a gente que son amigos-amigos, o si no suelen una fiesta entre la familia.
También es normal que el festejado sea quien te pregunte “¿qué quieren hacer en mi cumpleaños?”, porque prácticamente es su responsabilidad dar gusto a sus invitados, y por ello debe organizarlo.
Recuerda: si dices “sí”, prácticamente te va a estar esperando ver en la fiesta.
Aunque pueda verse como lo contrario, no te preocupes, igual que todos, saben cómo divertirse, sólo que la planificación cambia un poco, pero al final, la fiesta es fiesta.
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