Voy a ser sincera: no me gustan los turistas. Galicia siempre fue un rincón sombrío al que nadie hacía caso, y me acostumbré a los sitios vacíos. Pero desde hace unos años, y pese a las horribles campañas de publicidad, gente de fuera no deja de conocernos y de visitarnos.
No me gustan las aglomeraciones, y cuando los turistas se comportan como bárbaros me da una pena enorme. Por ejemplo, lo que está pasando en a praia das Catedrais. Algunas zonas cercanas a donde vivo están empezando a hacerse conocidas, como el faro Fisterra o la cascada de Ézaro, pero esas mi novio ya las conoce. Para esta semana quería hacerle una ruta de sitios escondidos. Y tan escondidos estaban que algunos no aparecen en los mapas :)
Pero uno al que lo llevé, y que aparece en un mapa, es el Castro de Borneiro. Físicamente está en el concello de Cabana de Bergantiños y temporalmente sigue en el II a.C.
Un castro es un asentamiento pre medieval. Los asentamientos de Galicia alojaron a los celtas, y muchos de ellos a los romanos. Se conserva de ellos lo que se puede, algunos apenas están reconstruidos con la localización de las viviendas, murallas y alguna otra construcción (cuadras, almacenes, etc.). Están situados en lugares estratégicos, en medio del monte y aislados de la civilización. Y eso quería: viajar en el tiempo, alejarnos de los pueblos y carreteras, perdernos en el tiempo y tumbarnos a la sombra de los carballos (error: todavía no tienen hojas).
Fuimos un martes por la mañana. El castro es fácil de localizar, y junto a la entrada hay un aparcamiento espacioso, y se agradece no tener que estar dando vueltas ni aparcar en la cuneta. Dimos con un día de sol, y estábamos completamente solos en el castro. A excepción de los abejorros y un montón de lagartos, por supuesto.
El castro de Borneiro es grande. Se le llama también "a cibdá", es decir, "la ciudad", porque estos asentamientos no solían tener tantas viviendas (hay excavadas 36 y se calcula que es el 75% del total del castro). Tiene dos murallas exteriores y un foso. Es impresionante entrar por la estrecha puerta de las murallas, dejar a la derecha cuadras y almacenes (y creo que el horno también) y entrar en en el centro de la ciudad.
La reconstrucción de los castros normalmente se limita a localizar las viviendas y darles un poco más de medio metro de alto. Algunas tienen las puertas tapiadas pero otras, por lo menos en este castro, están abiertas. Es increíble cómo en algunas viviendas aún se distinguen zonas como dónde estaba el poste que daba soporte al techo, o las fuentes.
Hay una ruta de senderismo por todo el monte, que lleva a un par de miradores, al dolmen de Dombate y, en general, hace una ruta por los lugares arqueológicos del monte de Cabana. Fuimos con la idea de recorrerla, pero había calculado mal. Creía recordar que se podía hacer una ruta de 1h y otra más larga, pero cuando llegamos, solamente había una de 4h. Así que decidimos subir directamente al castro y tumbarnos al sol un ratito. Ver correr a las lagartijas en busca de piedras al sol nos tuvo entretenidos más de una hora. Y reírnos de la casa del castrexo castigado. Y luego bajamos al lado del río para comer en una mesa de piedra al lado de un molino, bajo más árboles. ¿Qué más podíamos querer?
Y es que aunque se puede escuchar algún coche pasando por la carretera, Borneiro te aísla del mundo y el tiempo pasa a un ritmo diferente. Ojalá los carballos tuviesen más hojas para haber probado su sombra también.
No me gustan las aglomeraciones, ni que sitios así de especiales se llenen de gente que no va a apreciarlos como merecen. Llevé a mi novio a otros sitios que van a seguir siendo secretos, pero Borneiro ya no. Pero si vais a ir a un castro, por favor, tened en cuenta las normas básicas:
-No hacer fuego
-No meterse dentro de las viviendas ni subirse a los muros
-No cambiar las piedras, ni nada en general, de sitio. Lo que están haciendo en Baroña me dan ganas de arrancar cabezas (matar en estas fotos y matar en estas otras)
-No dejar basura y hacer solo cosas dentro del sentido común, como resumen
Los castros son lugares especiales. Esta entrada no va sobre amigurumi, costura o la temática habitual del blog. Pero el rural es parte de mí, y este sitio me gusta tanto que quería compartirlo. Los castros llevan ahí miles de años, ayudemos a que sigan existiendo otros miles :)
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