Al contrario que en Valencia, decidimos tomarnos el finde con más calma y salimos el viernes de Madrid. La idea era llegar a Vitoria sobre las 22 horas, cenar y tomar algo tranquilamente y dedicar el sábado por completo a ver la ciudad. Fue una gran idea, aunque después nos arrepentimos de no haber pasado la noche en alguna ciudad cercana, ya que Vitoria es demasiado pequeña. Sin embargo, al haber pasado allí el sábado entero, nos levantamos tarde y hasta dormimos siesta, cosa que el cuerpo agradeció tanto el domingo en la carrera como después del viaje ya en Madrid.
Como visteis en mi Instagram, pasamos la mañana del sábado de pincho y pote y recorrimos el casco antiguo. Desayunamos en Velvet Bakery, una pastelería preciosa, y comimos en la calle Cuchillería.
La tarde, después de una buena siesta, la dedicamos a recorrer el paseo de la Florida y quedamos maravilladas con los palacetes.
Después cenamos pizza para recargar las reservas de carbohidratos (no es que sea muy típico vasco, pero fue lo que nos pillo mas a mano, y he de reconocer que la pizza primavera está bastante buena y ligera, de hecho creo que copiare la receta para mi próxima pizza) y antes de dormir nos tomamos el mejor mojito que hemos probado nunca. Lástima que no nos quedamos con el nombre del sitio. Estaba en la calle cuchillería, cerca del 23, pero ni mirando en google maps soy capaz de reconocer el sitio (os prometo que solo fue un mojito, jejeje, pero es que del día a la noche la calle cambia mucho).
El domingo no hubo que madrugar, ya que la carrera empezaba a las 11. De hecho hasta nos levantamos demasiado temprano. El desayuno no fue tan rico como el día anterior, pero para recargar fuerzas nos sirvió. Y una vez terminado solo tuvimos que seguir a la marea rosa que caminaba hacia el estadio Mendizorrotza.
Una vez allí pudimos colocarnos de las primeras y aunque Rebeca y yo pensábamos correr juntas como siempre, al final ella decidió ir un poco mas rápido e intentar llegar en buena posición (yo le digo que lo haga siempre, pero ella quiere ser mi liebre).
Durante los primeros kilómetros conseguí ir a buen ritmo sin separarme de la liebre de 25`, pero poco a poco el calor empezó a hacer mella (pensábamos que iba a hacer fresco y nos abrigamos demasiado) y poco a poco empecé a alejarme del grupo y a desmoralizarme un poco. Menos mal que los kilómetros pasaron en seguida y sin darme cuenta estaba ya en el kilómetro 4, así que hice un ultimo esfuerzo y conseguí terminar en 25:22, la que creo que es hasta ahora ¡mi mejor marca! corriendo a 5:05 Min/km.
Y después de dar una vuelta por la feria (un poco caos por cierto a la hora de hacer cola para los diferentes stands), volvimos al hotel,donde nos dejaron salir un poco mas tarde para poder ducharnos. Si vais a Vitoria y os queréis alojar en el centro, os lo recomiendo. Es el Hotel Achuri. No es el palace, pero es céntrico y el trato inmejorable.
Una vez duchadas, visitamos el humedal de Salburua y su centro de interpretación, aprovechando para comer tranquilamente de picnic debajo de un árbol y ya después vuelta para Madrid.
La próxima carrera será Gijon, a la que hemos decido no ir, ya que tanto Rebeca como yo nos vamos a Estados Unidos el 27 y tenemos cosas que hacer ese fin de semana, pero volveremos con ganas el 4 de octubre a Sevilla, donde además veré a una buena amiga a la que por motivos de trabajo no puedo ver tan a menudo como antes y echo de menos, ya fue quien me animó a empezar a participar en carreras a las que íbamos casi siempre juntas (sí Ana Belén, eres tu! jejeje).
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