Llegamos a Valencia el sábado sobre las 16 horas. Habíamos alquilado un apartamento chulísimo y muy económico muy cerca del centro, así que dejamos las cosas, comimos y nos fuimos al puerto a por los dorsales. Aunque varias personas nos dijeron que estaba lejos, no nos importó y decidimos ir andando. Fue un paseo de unos 40 minutos por la Gran Vía y la Avenida del Puerto muy agradable, aunque a paso ligero, ya que nos quedaba poco tiempo antes de que cerrara la feria de la mujer.
Una vez recogido el dorsal, nos relajamos un poco y dimos un paseo por el puerto. Desde allí disfrutamos de un atardecer y unas vistas preciosas.
Cuando anocheció decidimos ir a cenar a la zona centro, ya que al día siguiente no tendríamos mucho tiempo de ver la ciudad. Así que de nuevo, caminata por la Avenida del Puerto. Preguntamos a una mujer que nos indicó hacia unas plazas y aparecimos en la plaza Lope de Vega. Nos gustó muchísimo, ya que era muy acogedora. A mi me encantó una fachada decorada con punto de cruz gigante. Y la pizza que comimos en el Café del Mar Mediterráneo, de 10, junto al salpicón de marisco que también estaba buenísimo, y todo a buen precio.
Tuvimos mucha suerte, porque disfrutamos de una "dansá" en la misma plaza. Fue muy bonito ver la danza y los trajes tradicionales. Aunque no pudimos quedarnos a la chocolatada, ya que el domingo madrugábamos.
Y por fin llegó el domingo, aunque aun no acostumbro a madrugar tanto, aunque sea por una carrera. Pero después de sonar el despertador un par de veces, se me quita la pereza y ¡arriba! lo bueno es que mis desayunos el día de las carreras no son muy complicados, una papilla con leche de soja y listo. Así que a las 9 estábamos saliendo por la puerta, no sin haber comprobado todo antes: dorsal, móvil, dni, dinero, clinex, crema protectora en cara, brazos y piernas y gafas de sol. ¡Allá vamos!
Decidimos ir trotando para calentar un poco, y qué diferencia con el día anterior, ya que ardamos la mitad (eso sí, la caminata de 40 minutos se hizo notar con una simpática ampolla en el pie derecho).
Cuando llegamos a la zona de la salida, la avenida del puerto ya estaba hasta arriba, aunque conseguimos meternos bastante delante, así que no tuvimos que adelantar después mucho.
La carrera fue muy fácil. Se nota que era llana y a nivel del mar, ya que los primeros kilómetros pasaban volando. Aunque el último se me hizo larguísimo (aunque eso me pasa siempre)
Al llegar a la meta, estaban los stands de siempre, aunque este año el de Ladival fue un chasco, ya que no regalaron crema. En su lugar dieron una medalla personalizada a las primeras 600 corredoras, que no está mal. Pero sinceramente, hubiera preferido una crema como las del año pasado.
Después de dar una vuelta por los diferentes stands, fuimos a meter los pies al agua, aunque ¡estaba helada! y después nos tomamos una horchata con fartons para recuperar. Nunca había probado los fartons artesanales, y me gustaron mucho. Después, volvimos al apartamento, comimos y de vuelta a Madrid.
He disfrutado muchíimo de este viaje. No conocían Valencia y me ha parecido una ciudad precios. Y además el viaje ha salido súper económico gracias a Amovens. La pena es que con las prisas, se me olvidaron tanto la cámara reflex como una analógica, así que todas las fotos están hechas con los móviles. Siento la mala calidad.
Ya estamos preparando la próxima carrera que sera en Vitoria-Gasteiz. Si os animáis, ya están las inscripciones, pero daos prisa, que seguro que se agotan rápido.
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