La carrera de la Ciencia fue el 18 de octubre. En un principio pensaba intentar mejorar mi marca, pero después me dijeron que me olvidara, que es una carrera un poco dura, porque es casi toda por Castellana cuesta arriba. Así que decidí tomármela con calma e intentar el menos mantener mi tiempo. Encima el tiempo cambió ese fin de semana y la noche de antes se pasó entera lloviendo... menos mal que a los de Corre con nosotros la lluvia no nos preocupa (como dice Amaya, nuestra entrenadora, no encoge, jejeje) y por suerte, el domingo no llovió por la mañana (por la tarde diluvió), e incluso yo pasé calor (fui con manga corta y pantalón corto y aun así me sobró la manga corta). La carrera empieza cuesta abajo, así que empecé a buen ritmo sin quedarme muy atrás, pero al llegar al paseo de la Castellana empieza la subida, así que intenté mantener el ritmo durante los siguiente 5 kilómetros hasta Alberto Alcocer. Aquí la subida se vuelve más pronunciada, pero pensando que sería la última cuesta yo subí el ritmo (a pesar de que las piernas no me daban más de sí), pero cual fue mi sorpresa al llegar a Concha Espina y ver que aun quedaba otra cuesta más... pero me motivó el reloj y ver que si seguía a ese ritmo conseguiría mejorar mi marca, así que lo mantuve y di el apretón final en República Argentina, ya todo cuesta abajo. Cuando llegué a meta no me lo podía creer. Había bajado casi un minuto y medio a pesar de las cuestas, ¡estaba emocionada! (y lo publiqué por todas partes: Facebook, Twitter, Instagram... jajaja). DEspués me encontré con Tamara, otra de mis entrenadoras, que hizo doble podio, y el resto del grupo. Nos hicimos una foto para celebrarlo y después nos fuimos a desayunar juntos.
El trofeo José Cano fue el 22 de noviembre. A esta carrera le tengo un cariño especial, ya que fue mi primera carrera de 10km y además, me propuse correrla en menos de una hora y pasé por la meta en el minuto 58:58. El año pasado no la pude correr por la lesión así que éste me propuse correrla e intentar bajar a 52 minutos. En esta sí que estaba nerviosa. Primero, no sabía qué ponerme, ya que daban previsión de mucho frío. Aunque al final fue mas tarde de lo que yo esperaba (a las 11), así que me decidí por pantalones cortos y manga larga, y aunque durante la carrera fui de lujo, antes pasé bastante frío (por eso me he comprado las pantorrilleras, como ya os comenté).
Por suerte, fuimos bastantes compis y conseguimos vernos antes de empezar (en la del CSIC aunque quedamos no nos vimos). La idea era ir juntos los que pretendíamos hacer más o menos el mismo tiempo. Yo pensaba ir con Luis, pero no sé si él empezó muy rápido, o yo muy lenta, pero le perdí casi al principio. Mi idea era ir a 5:15 para poder llegar en unos 52 minutos, pero aunque el primer km lo empecé bien, después empecé a bajar, no sé muy bien porqué. En García Noblejas empecé a ver a los primeros que volvía, y perdí algo de tiempo buscando a Tamara. Nada más verla y gritarle dándole ánimos, me dí cuenta de que estaba perdiendo tiempo. Así que aprovechando que aun era cuesta abajo apreté otra vez, y tras el avituallamiento intenté mantener el ritmo en la cuesta arriba (de hecho fui a mejor ritmo aquí que en otros tramos más llanos del principio). Pero sabía que después de la cuesta ya solo quedaban 3 km. Así que aumenté el ritmo y conseguí llegar a la meta en 53:36 minutos por mi reloj, aunque no estaba muy contenta con la marca, ya que no había conseguido el tiempo que quería.
Así de feliz subí por García Noblejas sabiendo que iba recuperando tiempo.
El problema fue por la tarde, cuando al buscarme en la clasificaciones, ¡no estaba! y yo quería utilizar esta carrera para poder empezar la San Silvestre en el cajón de sub55. Pero finalmente se solucionó enviando un email a la organización con una foto de la llegada a la meta, y cual fue mi sorpresa cuando vi el tiempo oficial: ¡53:08! Estaba solo a 8 segundos de conseguir bajar a 52 minutos.
No pensaba apuntarme a más carreras, pero un amigo me convenció para correr la de Papá Noel. No me apetecía mucho, ya que es una carrera cara y no es una carrera para correr (aunque es genial para ir a pasar un buen rato con la familia y amigos), pero era su primera carrera y a él le hacía mucha ilusión. Así que vestidos de rojo, el 12 de diciembre nos plantamos en el estadio Santiago Bernabeu con más sueño que otra cosa. Pero al final lo pasamos fenomenal y encima no hicimos mal tiempo. Corrimos a 5:45 min/km, que teniendo en cuenta que éramos 10.000 personas y que incluso en algún momento tuvimos que andar...¡no está nada mal!
Pero aquí no acaban mis carreras de otoño, porque no contenta con correr una carrera ese sábado, corrí otra por la tarde... ¡y en Segovia! Un día hablando con los compañeros del grupo penamos en apuntarnos a la carrera de Aranjuez, pero los dorsales ya estaban agotados, así que buscando alguna carrera fuera de Madrid el mismo fin de semana, nos topamos con la I Carrera carrera nocturna de Valveerde del Majano. Vimos que sólo había 4 personas inscritas y que el primer premio era un jamón... ¡así que no nos lo pensamos y para allá que nos fuimos! Al final fuimos unas 70 personas y de jamón nada, que el nivel era buenísimo. Ninguno de los que fuimos hicimos podio, pero la verdad es que lo pasamos genial y encima después de la carrera nos dieron chocolate con bizcocho para recuperar.
Y así me despido del otoño (el año pasado lo hice de manera menos sana jejeje). De momento sólo tengo dos carreras a la vista, la San Silvestre y la Media maratón de Madrid (que si todo va bien será mi primera media maratón). Pero seguro que de aquí a entonces me apunto a muchas más, ¡ya os contaré!