Según llegábamos cruzábamos el puente del río Garona donde se nos presentaban unas vistas espectaculares de la ciudad. La verdad que no me esperaba esas vistas tan bonitas y me pilló de imprevisto y sin la cámara preparada, así que ya sabes, ¡Tendrás que ir a descubrirlas!.
Cruzado el puente, nos dirigimos a buscar el parking Les Tourny que nos habían aconsejado ya que está muy céntrico y además justo en la salida había un carrusel, y no te voy a contar lo que hicimos ¿verdad? aunque esta pequeña diversión para la niña la dejamos para el final.
Primera parada, la oficina de turismo, muy cerquita del parking. Normalmente no suelo entrar mucho a las oficinas de turismo, porque suelo informarme antes de viajar, pero en esta ocasión si entré porque la entrada se veía espectacular de bonita, así que aprovechamos la cotilleamos y nos cogimos un plano de la ciudad.
Empezamos a dar nuestro pequeño paseo dirigiéndonos a las fuentes del Monumento de los Girondinos, ¿son preciosas verdad? están en una gran explanada llamada Quinconces, donde puedes aprovechar a jugar un rato con tus pequeños. ¿Qué tal una cuerda, una pelota, jugar a correr y saltar? !tu eliges!
Seguimos el paseo hacia la zona antigua de la ciudad, llena de tiendas, locales, restaurantes y cafeterías. En realidad íbamos buscando algo muy especial y que me encantó la primera vez que visité esta ciudad, se llama la Grosse Cloche o Gran Campana y la encontramos, es un impresionante y bonito campanario que se encuentra en la calle Saint James. Es como lo recordaba, muy pero que muy bonito.
Ya llegaba la hora de comer y de camino nos encontramos con una preciosa plaza donde estaba la famosa Puerta de Cailhau. Decidimos parar allí a comer porque teníamos desde la mesa del restaurante unas bonitas vistas, pero chic@s tengo que deciros que no acertamos para nada. Comimos fatal, menuda rabia, siendo consciente de lo bien que se come allí, nos llevamos una enorme decepción, caro, malo y peor ¡Qué mal!, ¿las vistas? no podían ser mas bonitas, pero quizás si hubiéramos elegido otro restaurante con menos vistas, igual hubiéramos acertado con la comida. Esto me recuerda que tenía que haberme informado antes en Tripadvisor, para leer las opiniones de los que han estado, ya que siempre suelen ser acertadas.
Seguimos nuestro tour por la bonita ciudad y mira lo que nos encontramos antes de volver al parking. Teníamos pensado dirigirnos a otro lugar que nos habían aconsejado, pero decidimos quedarnos aquí ¡No nos pudimos resistir a quitarnos los zapatos! ¡Qué gozada! lo llaman algo así como el espejo de agua y no me extraña, en el enorme espejo se refleja una zona preciosa de Burdeos. Este gran espejo hace brillar con sus reflejos a la ciudad. ¿lo mejor? el remojón que nos pegamos con la niña y como hacía mucho calor nos vino de perlas. ¡nos lo pasamos genial!
Ah y todavía faltaba mas ¿Te acuerdas del carrusel que estaba al lado del parking? Este gran juguete nunca puede faltar en nuestras visitas en familia cuando vamos a Francia con los niños.
Ahora sí...ya terminó nuestra viaje. Burdeos una vez mas ha dejado las espectativas muy altas, y es que es una ciudad preciosa, no me extraña que hayan construido un espejo tan grande, seguro que no puede dejar de mirarse.
A bien tôt Burdeos. ¡Volveremos!
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