Bondi Beach cuenta con alrededor de un kilómetro de largo y recibe a gran cantidad de turistas durante todo el año.
El extremo meridional de la playa está reservado para que los turistas y lugareños puedan practicar surf. A su vez, las banderas amarillas y rojas delimitan las zonas seguras para nadar en sus mares.
También existe una red submarina para tiburones compartida con otras playas a lo largo de la parte sur de la costa.
En su bahía se han llegado a ver delfines y ballenas durante los meses de migración. Y también a pingüinos azules, aunque no con tanta frecuencia, nadando cerca de sus orillas.
Desde el 2008, Bondi Beach forma parte de la Lista del Patrimonio nacional australiano.
La historia cuenta que, en 1809, el constructor de la carretera, William Roberts, terminó recibiendo una concesión de tierra en esta zona. Pero para el año 1851, Edward Smith Hall y Francis OBrien pudieron adquirir casi 810 mil metros cuadrados de la zona de Bondi, que incluía la mayor parte de la playa, que fue bautizada como “La Finca Bondi”.
Para finales de la década de 1870, OBrien hizo que la playa pasara a estar disponible para el público, como terreno para picnic y lugar de esparcimiento. Finalmente, en 1882, Bondi Beach se convirtió oficialmente en una playa pública.