Crítica de la película: Belleza Oculta
El tiempo es un tesoro que aunque con tanta frecuencia desperdiciamos, en realidad, queremos más días, más meses, más años. Incluso la mayor parte de personas que llegan a la vejez, quieren seguir viviendo más tiempo. Y la muerte es ese límite que tanto sufrimiento produce de un modo universal. En torno a este puzzle gira la historia de un padre, exitoso en los negocios cuya vida cambia por completo cuando fallece su hija.
Cuando lees un libro de ciencia ficción o ves una película con efectos especiales, como lector o espectador aceptas el código no escrito de dar por ciertos detalles que en la realidad son totalmente inviables. Esto también ocurre en la película Belleza Oculta, sin embargo, una buena obra debe tener coherencia y una estructura lógica dentro de su propia ficción. Y de pronto, esto es lo que hace que Belleza Oculta caiga por su propio peso en la recta final de la historia cuando se produce un giro de guión que resulta totalmente ilógico para el espectador y que incluso, le hace sentir un tanto estafado a nivel emocional por lo que parece casi un truco de magia que te deja en el escepticismo de no saber cómo eso puede ser posible.
Y sin embargo, aunque la decepción es que Belleza Oculta no es una gran película como podía haber llegado a serlo gracias a su reparto y la idea original, la realidad es que tampoco es una propuesta desagradable. De hecho, la historia transcurre ágil y sí te regala algunas frases que bien pueden servirte de inspiración para tu vida. Belleza Oculta se suma a la filosofía de que todo y todos estamos conectados de algún modo. Sin embargo, el punto débil de la película reside precisamente en que no consigue expresar de un modo visual y real esta hipótesis. De este modo, la película se queda más en la promesa de un cine trascendente que reflexiona sobre la muerte que en una realidad en sí misma.
Esta película sí es una oportunidad para Will Smith, más acostumbrado a la comedia, que muestra cómo el drama también es un registro que domina. Quien también destaca en la historia es Hellen Mirren que simboliza el papel de la muerte en la película. El director David Frankel, no convence con esta historia en la que, desde el punto de vista estético, destaca la bonita ambientación navideña. A continuación puedes ver el tráiler que sí resulta un tanto poético.