Cuando vino mi hermana tuvimos muchísima suerte con el tiempo. Principios de noviembre y con un día que a ratos apetecía hasta estar en manga corta, y eso en Irlanda del Norte no es que sea muy común. El Castillo de Belfast da para una entrada a parte que de hecho tengo pensado hacer, ya que es todo muy gatuno. También se conoce como "el castillo de los gatos" porque en sus jardines puedes encontrar hasta nueve referencias gatunas. Esto, como es de esperar, tiene su historia, pero ya tendré tiempo para adentrarme en ella más detenidamente en otro momento.
El castillo está a unos pocos kilómetros de la ciudad, para llegar hay que coger el autobús desde el centro y la entrada al mismo es gratuita. Ahora se suele utilizar para eventos tipo bodas y si no hay ninguna festividad puedes recorrer todos los salones y habitaciones del castillo a tus anchas, ¡son una maravilla!
En los alrededores del castillo hay varias subidas. Todas llevan al mismo sitio: a Cave Hill, una colina a más de trescientos metros de altura desde donde se ve toda la ciudad. Mucha gente de la zona la llama la "Nariz de Napoleón" porque dicen que se parece al perfil de Napoleón Bonaparte, aunque yo sigo sin verlo. El nombre de este monte viene de las tres cuevas que pueden verse durante la subida a la cima. Se puede entrar a las cuevas pero, al estar completamente naturales, puede ser un poco peligroso si no se va preparado.
La subida es espectacular. Al principio del camino se anda todo el rato entre bosque y apenas se ve algo a parte de árboles, pero llega un momento en que sales al exterior y ves todas las montañas a tu alrededor y el caminito que las bordea para llegar hasta arriba. El camino está bastante bien, se acaba con los pies y pantalones llenos de barro y en alguna zona hay que andar en fila india porque es demasiado estrecho, pero es un buen paseo para hacer en familia y con niños.
Como última recomendación, si es posible subid en un día soleado y por la mañana. Yo he ido dos veces, la primera no había más que niebla y estaba lloviendo (lo que hizo mucho más complicado subir con el suelo resbaladizo y al llegar arriba sólo se veía blanco por todos lados) y la segunda, cuando vino mi hermana, hizo un día casi de verano. No hay color entre una cosa y otra (: Lo de subir por la mañana es porque, sobre todo en invierno, aquí enseguida anochece. Ayer fui a la biblioteca hacia las cuatro y me encontré con la puesta de sol, ¡todo muy poco normal!
EXTRA: ¿Estás un tercer día por Belfast? Has visto ya la ciudad, has subido al castillo y a Cave Hill... ¿y ahora qué? El día "que te sobra" te invito a subir un poco más al norte de Irlanda, coger un autobús y en hora y media plantarte en la Calzada de los Gigantes, un sitio mágico en la costa formado por columnas hexagonales de basalto como resultado del mágma volcánico o, si como yo crees en la magia, construido entre un par de gigantes (uno irlandés y otro escocés) que luchaban entre ellos. Expliqué muy brevemente la leyenda del lugar aquí.
Bueno, hasta aquí el fin de semana exprés y bien invertido. Me he dejado de decir que durante este segundo día se acaba temprano, seguramente antes de las cinco ya estaréis de vuelta en el centro de la ciudad y con toda la tarde por delante para repetir en vuestro sitios preferidos o ir de tiendas (pero rápido, que cierran enseguida, jajaja).
Espero que os haya gustado la ruta y que haya despertado a más de una el deseo viajero. Belfast no es un destino turístico de los más comunes pero no por eso hay que dejarlo de lado. ¡Tiene mucho por ver y mucha historia detrás!
Un besazo gigante, como la Calzada.