Ya sea por lo completo del deporte, por los bellos parajes en los que se suele desarrollar, por la cantidad de técnicas a aplicar en un mismo descenso o por la adrenalina que se suelta tras completar un rápel o saltar a una poza de agua desde una altura considerable
Lo cierto es que la disciplina tiene ese “je ne sais quoi” que hace que quieras repetir y repetir, cada vez poniéndote el listón más alto y poniendo a prueba nuevas habilidades.
Para quienes estén más perdidos en la materia, el barranquismo consiste en el descenso de cañones a pié sorteando todo tipo de “obstáculos”.
De ahí que se trate de un deporte tan completo, pues normalmente tendrás que echar mano a técnicas tan variadas como el rápel, nadar, realizar saltos de diversas alturas, escalar, deslizarte por toboganes naturales, caminar y lo que se tercie.
Eso sí, siempre con la precaución de estar debidamente asegurados, utilizando materiales óptimos para su práctica y conociendo los recorridos que se van a realizar.
Incluso siendo muy recomendable confiar en una empresa especializada.
Pon a prueba tus habilidades en un entorno único
Se trata de retarse a sí mismo, de probarse en innumerables ocasiones, de desarrollar nuevas habilidades y, también, de descubrir y explorar lugares únicos.Parajes normalmente de gran belleza y difícilmente accesibles de otro modo que no sea practicando este cada día más popular deporte de aventura.
Sentirás realmente que te encuentras en rincones por los que muy, muy pocas personas han pasado y, además, experimentarás una conexión especial con la naturaleza que los rodea.
Pues en el barranquismo, todo es naturaleza.
Tanto la admiras en todo su esplendor como te sirves de ella para desarrollar la actividad.
Dada la especial importancia del entorno en esta disciplina, existen lugares en nuestro país especialmente proclives a contar con escenarios naturales idóneos para su práctica.
Hay tantos y tan variados como gotas de agua en el mar, pero si destaca uno de entre todos ellos es la región asturiana. No en vano es conocida como un paraíso natural, y eso se traduce en que para el descenso de barrancos Asturias es el paraíso.
Así que, si tienes pensado viajar a la zona próximamente o eres un enamorado del deporte que va picoteando ruta allí y ruta allá, aquí te dejamos algunos de los recorridos más espectaculares.
5 descensos de cañones para realizar en Asturias
La región norteña cuenta con múltiples opciones para practicar barranquismo, de diferentes niveles y tanto para principiantes como para los más experimentados.Únicamente es necesario saber nadar y contar con unas mínimas condiciones físicas para aventurarse en las muy variadas configuraciones del cauce de los ríos asturianos.
Unas configuraciones que te llevarán a poner todas tus habilidades a prueba, en unos casos en mayor medida que en otros, mientras te adentras en paisajes tan imponentes como el de los Picos de Europa.
La cuenca que lleva el nombre del río asturiano más nombrado, el Sella, es perfecta para la práctica de barranquismo tanto por su configuración como por la variedad de obstáculos que presenta en su transcurso o por su belleza singular.
En ella, se sitúan tres barrancos especialmente idóneos para la aventura y con distintos niveles de dificultad: los barrancos de Vallegón, de Carangas y de Viboli.
Por otro lado, la cuenca del río Cares también cuenta con su particular oferta de rutas de barranquismo, siendo estas más sencillas e ideales para principiantes.
Es el caso de los barrancos de Rubó y La Molina.
Barranco de Vallegón
El Vallegón es uno de los barrancos más populares de toda Asturias, si no el que más.Está situado en el concejo de Amieva y es ideal para iniciarse en la práctica de descenso de cañones por ser un verdadero parque acuático natural.
Se trata de un barranco muy completo y que ofrece un recorrido muy continuo, ya que va encadenando divertidos toboganes naturales, saltos a profundas pozas de agua (que pueden ser evitados) y rápeles de forma muy seguida.
Además, debido a su nivel de caudal medio, su descenso es practicable durante todo el año.
El descenso te llevará unas dos horas de duración y tendrás que atravesar dos tramos diferenciados, uno más horizontal y otro más vertical.
En el horizontal caminarás, te deslizarás por toboganes naturales y saltarás a pozas de agua; mientras que en el vertical tendrás que realizar 4 rápeles de alturas comprendidas entre los 8 y los 22 metros.
Barranco de Carangas
El Barranco de Carangas se sitúa en un enclave privilegiado: el Parque Natural de Ponga, en Carangas.Es ideal para realizar en primavera por ser muy acuático y destaca por la singular belleza de sus cascadas y por la verticalidad de sus rápeles.
En su recorrido, de unas 2 horas de duración, encontrarás tanto progresión horizontal en su primer tramo como vertical en el segundo, presentando este último algo más de dificultad.
Caminarás por el cauce del río, te deslizarás por toboganes naturales, saltarás a pozas de agua y realizarás 4 rápeles de entre 8 y 20 metros de altura.
Todo ello mientras disfrutas de un paisaje y unas vistas espectaculares, debido a la situación del barranco en lo alto de la montaña.
No obstante, debes tener en cuenta que este barranco sólo es accesible para empresas de turismo activo, previa autorización del Parque Natural de Ponga.
Por lo que deberás realizarlo contratando a dichos especialistas.
Barranco de Viboli
El Barranco de Viboli, situado en el Concejo de Ponga, es un enclave en el que disfrutar del verdadero y más puro barranquismo de montaña, obligado para los enamorados de esta disciplina y que ya tienen experiencia previa en ella.Es considerado como uno de los recorridos más clásicos para los amantes del deporte de aventura y es admirado por su espectacularidad.
Está situado en Viboli, en pleno Parque Natural de Ponga, y destaca por encontrarse muy encajonado en roca caliza y por las grandes toberas que caen al río desde sus márgenes.
El recorrido tiene una duración aproximada entre las 3 y las 3 horas y media e incluye tramos horizontales en los que deberás caminar por el cauce del río, deslizarte por toboganes naturales -en ocasiones de cabeza- y realizar saltos, uno de ellos de 6 metros.
También encontrarás tramos más verticales, con un total de 5 rápeles de entre 8 y 24 metros.
Como en el caso de Carangas, este barranco sólo es accesible para empresas de turismo activo, previa autorización del Parque Natural de Ponga.
Barranco de Rubó
El Barranco de Rubó está situado en Trescares, en el concejo de Peñamellera Alta, y es el más sencillo de esta lista por ser su recorrido muy horizontal.Emplearás alrededor de 2 horas para descender caminando por el cauce del río, deslizándote por toboganes naturales y realizando pequeños saltos a pozas de agua, éstos últimos pudiendo ser evitados.
Es un barranco ideal para realizar con niños o para iniciarse en la disciplina, ya que no cuenta con tramos de rápel -que puede considerarse la técnica más complicada del barranquismo- y ofrece numerosos puntos de escape a lo largo de su recorrido.
Barranco de La Molina
El Barranco de La Molina es uno de los más practicados de la comarca.Se encuentra situado en el concejo de Cabrales y es conocido por llevar mucho caudal, por lo que mayoritariamente se procede a su descenso en la época veraniega.
Asimismo, es un barranco muy encañonado en su primer tramo y en el que predomina la roca caliza.
En su primer tramo encontrarás la mayoría de los toboganes, saltos, uno de ellos de 7 metros, y zonas de nado.
Una vez superado, comenzarás un segundo tramo que te llevará por numerosas cuevas y un paisaje espectacular mientras te mueves por gateras y sifones.
Además, tendrás que enfrentarte a 2 rápeles de entre 6 y 10 metros de altitud.
Todo ello en un recorrido de apenas 2 horas de duración.
Ahora que ya conoces las espectaculares posibilidades de barranquismo en Asturias, ¡sólo te queda probarlas!
Sin duda, seas principiante o experimentado, vivirás una experiencia que se te quedará grabada en la memoria y en la retina Y a la cual querrás volver.
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