Espero, lindos lectores, que hayan pasado una Feliz Navidad con todos sus familiares y si no fue así, con las personas más importantes, ya que era un momento de conversión, reflexión y más que todo del nacimiento de un pequeño llamado "Jesús".
Ese no es necesariamente mi tema principal, sino de contarles un poco de lo que me ha ocurrido estos meses y posiblemente les haya ocurrido o ya les pasó...
Me siento muy cansada, pero tenía que escribir, mis ojos están un poco hinchados, solo un poco (ser de piel sensible y pálida tiene sus desaciertos aquí), me siento ya más tranquila pero aún con un poco de pena... El ¿por qué? Pues, hace tres meses aproximadamente encontré a un chico, en sí, nos reencontramos ya que lo conocía hace tres años atrás, pero nunca habíamos congeniado tanto como ahora... aunque no lo crean, me vaciló mucho desde que lo conocí, me gustó, lo acepto y aún no le he dicho esto. Si me atrevo algún día se lo diré...
Como les cuento en mi relato, nos volvimos a reencontrar pero para estar unidos, sí, ahora estoy con él, llevamos dos meses de estar juntos; es un chico increíble, comprensivo, amoroso, un poquito infantil al hablar (que por cierto me gusta, ya que no me empalaga, siendo justo en el punto), jugador de baloncesto (mi deporte favorito) y muchas otras cosas más...
Vamos muy bien, no tenemos muchas "complicaciones" y cuando las hemos tenido, las hemos arreglado conversando y buscando soluciones.
El punto de esto es que, hoy 31 era para pasar un lindo día con él, empezando el año nuevo como una pareja linda y con amigos en casa, algo perfecto... Pero cómo el destino nos depara cosas distintas, pues decidió que él tendría que viajar ya mismo donde tendría que haberse ido dentro de una semana más...
Me dio la noticia ayer, ya que ayer también se enteró... Viajaba hoy, al mediodía, la pasaría con su familia y ahí se quedaría hasta por tres meses más (por unas cuestiones de su carrera). Sentí un pequeño desgarro.
Pues nada, no podía hacer nada, tenía que ir, nos vimos ayer y la pena de ambos se notó, al abrazarnos por mucho rato y darnos unos besos de los que se necesitan cuando estás triste; derramé unas cuantas lágrimas, creo que no lo notó tanto, no quería que lo notase, no tenía que pensar que me dejaba triste, al contrario, tenía que irse bien y centrado en lo que tiene que hacer, ya que él también tenía miedo de lo nuevo que vería por allá.
Cuando vi esa etapa de él, un poco indefenso, tenso por la situación y a la vez muy vulnerable, me hizo pensar en lo hermoso que puede ser una persona demostrando eso, ya que lo hace real, humano, distinto.
...
No sé si me estoy enamorando o ya lo hice, solo sé, lindos lectores, que aunque esté lejos de mí, ya sea por un mes o tres, estará siempre conmigo, lo esperaré como doncella esperando a mi príncipe a que vuelva. O pueda que esta doncella vaya a ver al príncipe en cualquier momento, cuando sienta que él la quiera, la desea, la necesita; su doncella irá en su rescate así como el príncipe iría por ella.
Espero dure mucho esto, el amor me vuelve loca, loca de vivir, loca de disfrutar, loca de desear seguir viviendo, loca por él...