El uso de los recursos que brinda este medio, como las redes sociales y sus infinitas posibilidades de interconexión, ha modificado permanentemente nuestra forma de consumir contenidos, noticias y conocimiento, así como nuestra capacidad de relacionarnos y compartir con nuestro entorno y semejantes.
Un indicador importante acerca de cómo se vive hoy en día es la capacidad de conectarse. Es por esto que es legítimo preguntarse si en una sociedad como la nuestra el alcance del acceso a los medios informáticos tiene la misma penetración que existe en los países del primer mundo. En este artículo brindaremos algunas respuestas.
Internet: las cifras que hablan por sí mismas
Según ciertos informes, el acceso a internet residencial creció en el primer trimestre de 2016 en un 9,5%, en comparación con el mismo lapso en el año anterior. Estos estudios contemplan tanto las conexiones fijas residenciales y comerciales como los accesos a través de dispositivos móviles. Es en este área en la que se ve un mayor crecimiento, representando más del 60% del total de los accesos residenciales.
De igual forma, en el apartado del crecimiento regional, la provincia de Mendoza tuvo el incremento más pronunciado, seguido de Neuquén y San Juan, en el apartado residencial, y en lo que respecta a los accesos comerciales o de organizaciones, las provincias de Catamarca, Río Negro y Corrientes tuvieron, en ese orden, los puestos de honor.
De igual forma, otros estudios apuntan a una desigualdad básica que se da entre las áreas urbanas y rurales, con casi un 80% de accesos desde las áreas urbanas de las provincias antes mencionadas, incluyendo además a la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Opciones de conectividad
El 90% del mercado de la suscripción a Internet es ocupado por la oferta de varias compañías pertenecientes a diferentes grupos económicos. El crecimiento del sector de las comunicaciones por internet no deja a nadie indiferente. Los usuarios, en su búsqueda de opciones para acceder a Internet, tienen al frente un mercado que, si bien presenta cierta concentración, brinda oportunidades óptimas de conexión.
Restricciones y filtrado
En el país en general se protege la libertad de expresión. No se han observado intentos de filtrado automático o restricciones a la información de cualquier índole. Sin embargo, se han dado decisiones a nivel tribunalicio en relación al bloqueo y remoción de contenidos por motivos diversos. No existe, igualmente, criminalización por la expresión legítima a través de Internet, lo cual se puede constatar examinando la normativa vigente.
Protección de los datos personales
En la Argentina existe un marco legal que data del año 2000 (la ley 25.326 de protección a datos personales), que si bien no hace referencia a la intimidad y privacidad en la red, ofrece un marco en relación al tema. Sin embargo, a nivel judicial se han sentado precedentes que establecen que los derechos a la privacidad de los datos en Internet deben tratarse como en los medios tradicionales.
Delitos informáticos
El apartado de los delitos informáticos es un tema problemático a nivel mundial, ya que sus perpetradores suelen con bastante frecuencia escudarse en el anonimato que brindan los medios electrónicos. Un aspecto agravante en este sentido es que en el país no existe un marco legal que establezca la obligatoriedad para que las empresas proveedoras del servicio faciliten datos en relación al tráfico o a las direcciones IP de sus clientes, en caso de una investigación criminal.
Existen, sin embargo, datos recopilados que brindan un panorama más o menos definido de los delitos cibernéticos más frecuentes en la Argentina, que, por lo general, tienen que ver con las declaraciones difamatorias, las amenazas, los delitos en contra de la propiedad intelectual, la pornografía infantil, el acceso ilícito a sistemas informáticos, el fraude o phishing, la instigación a delinquir, el grooming, la extorsión, y los daños informáticos, tanto a sistemas como a contenidos.
De igual forma, en los últimos años se ha observado un repunte en hechos ilícitos que anteriormente eran perpetrados por medios tradicionales, como el tráfico y venta de drogas, armas, órganos, y la reducción de productos adquiridos por robo o malversación.
El fenómeno de Internet avanza con rapidez, modificando cada vez más nuestra vida cotidiana, y la forma como nos relacionamos con la realidad. Con el crecimiento constante de la cantidad de suscriptores en Argentina es fácil pensar que a la vuelta de unos años la influencia de Internet superará a la de la televisión o a la de la prensa escrita en términos de generación de opinión y difusión de noticias y mensajes, toda vez que ya puede verse como la difusión viral de contenidos y la recepción de noticias a través de redes sociales se va estableciendo como la nueva norma de la información.
Esto es algo a lo que nadie, ni productores ni consumidores de contenido, puede ser indiferente. Sobre todo porque, precisamente gracias a la penetración del medio, la línea que separa a al emisor del receptor es cada vez más difusa.
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