Este año estoy viendo más series que nunca –los meses de confinamiento han tenido algo que ver, jajaja– y aún así, lo cierto es que me suele costar engancharme a las series. Dejo muchísimas abandonadas y de las que veo hasta el final son pocas las que realmente me llegan a encantar. Además, normalmente soy incapaz de ver más de dos capítulos del tirón. Si encuentro una serie que me gusta mucho prefiero racionar las temporadas en pedacitos pequeños para hacerlas más duraderas. Sin prisa pero sin pausa, así es como realmente disfruto las series bonitas (al igual que los libros y, por supuesto, las meriendas).
Estas siete series son algunas de las que más he disfrutado en mi vida de seriéfila. Unas son intensas o profundas, otras son facilonas de ver y entretenidas; pero todas han conseguido maravillarme de alguna manera. Los episodios de todas ellas duran más de cuarenta minutos; dudé en incluir en la lista un par de series con capítulos cortos (20 minutos), pero como ya me parecían demasiadas para un único post, será otro día cuando hable de series más cortitas.
Anne with an E: Desde que vi el primer capítulo supe que se convertiría en una de mis series favoritas. Basada en la novela de L.M. Montgomery, sus tres temporadas tratan de la vida de Anne, una niña huérfana que es adoptada por los hermanos Cuthbert en la Isla del Príncipe Eduardo, en Canadá. Cada episodio está lleno de momentos súper entrañables y paisajes asombrosos. Es inevitable enamorarse perdidamente de la protagonista.
Dexter: He visto esta serie dos veces... y alguna vez me he planteado darle una tercera vuelta. Sus primeras cuatro temporadas me parecen sublimes, y aunque Dexter sea un asesino en serie enmascarado por su trabajo como forense en el departamento de policía de Miami, lo cierto es que se hace querer.
Lost: Una serie larguísima que, en mi opinión, decayó bastante en la última temporada –a los guionistas se les empezó a ir un poco la pinza intentando apañar todo el lío que tenían montado–. Aún así, reconozco que el final no me disgustó y la disfruté muchísimo. ¿Quién hubiera imaginado que la historia de un avión que se estrella en una isla misteriosamente desierta pudiera dar tanto de sí? Además, la serie está llena de detalles y guiños curiosos. Si algún día la vuelvo a ver (lo que es bastante probable) estoy segura de que descubriré cosas de las que no me percaté la primera vez que la vi.
Juego de tronos: Empecé a verla cuando acababa de salir la segunda temporada, así que el ir al día, esperando año tras año, capítulo a capítulo, hizo que le cogiese mucho cariño a pesar de que no es el tipo de serie que normalmente me suele gustar. Muchas veces me sentí un poco perdida con tanta casa y tanto personaje (es una serie para ver con los cinco sentidos), pero haciendo un balance del conjunto he de admitir que me gustó un montón.
Orange is the new black: De todas las series que he visto sobre prisiones, ésta es la que más me ha gustado. Es un drama con toques de comedia... y tiene alguna temporada bastante adictiva. Cumple con ser una serie muy fácil de ver, entretenida y capaz de abstraerte durante un rato de los problemas cotidianos –las que tienen problemones de los gordos son las protagonistas, jajaja–.
Las escalofriantes aventuras de Sabrina: Una serie tan oscura y satánica como divertida. Las dos primeras temporadas me parecieron maravillosas, tienen escenas que de tan absurdas son hilarantes. Particularmente, adoro los personajes de las tías Zelda y Hilda, y aunque la tercera temporada me pareció tremendamente extraña, tengo muchas ganas de ver cómo nos sorprenderán las futuras entregas.
La casa de papel: Ya he comentado que no suelo consumir capítulos compulsivamente, pero La casa de papel se lleva el premio de ser una de las series más adictivas que he visto. Me enganchó desde el principio y sigue consiguiendo sorprenderme a cada nueva temporada, algo que pocas series han conseguido conmigo. No podía faltar en mi colección de series favoritas, ¡te recomiendo encarecidamente que le des una oportunidad si todavía no la has visto!
Para terminar, decir que ahora mismo estoy viendo The Crown. No creo que pase a la historia como una de mis series favoritas, pero me está gustando. La estoy viendo a ritmo muuuy lento porque los capítulos son largos (duran alrededor de una hora) y cada uno es relativamente independiente del anterior (la historia es lineal, sí, pero como se basa en episodios concretos de la vida de la reina Isabel II y su familia, no están estrechamente conectados unos con otros), así que no tiene ese componente de enganche que la mayoría de las veces busco cuando veo series.
Cuéntame, ¿qué serie estás viendo ahora? ¿cuáles son tus series favoritas? Espero que esta entrada siente un precedente en el blog y me anime a escribir más a menudo sobre esta temática. Como ya he dicho, queda apuntadísimo dedicar muy pronto un post a series de capítulos cortos, así que si te gusta este tipo de contenido, ¡estate al loro! (: