Así como los rayos ultravioleta maltratan la piel, igualmente alteran el buen aspecto del cabello. Para empezar, no se broncea, sino que corre el riesgo de volverse frágil, poroso, pierde brillo, se abren las puntas y se deshidrata. Si además, está tratado químicamente se reseca, pierde vitalidad y sedosidad.
Pero el sol no es su único enemigo. La brisa, el polvo, el cloro de las piscinas, la arena y el salitre también conspiran contra su belleza natural. Definitivamente, un daño seguro, incluso, antes de regresar a casa. Al igual que con la piel, el cabello, sea corto o largo, necesita de mimos y cuidados antes, durante y después de la exposición solar.
Ritual pre-solar
El cuidado capilar comienza con una visita al salón de belleza, unas semanas antes de tus vacaciones, para cortar horquetillas y puntas quemadas. Conviene que también te apliques una mascarilla humectante o ampolleta que lo nutra en profundidad. Si tienes el cabello teñido, es aconsejable que lo oscurezcas un poco pues el sol y los efectos del cloro y la sal, lo van a aclarar o le darán un reflejo rojizo. Antes de lanzarte al mar o a la piscina, deberás aplicarte un protector capilar con factor de protección solar. Hay algunos que vienen en spray y son resistentes al agua, lo que forma una película invisible que protege el cabello y evita la decoloración y la sequedad. Además, contienen proteínas y agentes emolientes que lo nutren e hidratan durante la toma solar. También ayuda que cubras el cabello con un sombrero de ala ancha, una gorra o un pañuelo, que además de aportarle un toque trendy a tu look playero, lo protegerá.
Ritual posterior
Si los pañuelos, sombreros y gorras son buenos aliados, mucho más, los productos que conforman las diferentes líneas solares para el cuidado del cabello. Conviene entonces que en tu kit playero incluyas shampoo, acondicionador, mascarilla y tratamientos post-solar y post-color que además de asegurar una amplia protección contra los rayos UVA/UVB, también limpien, hidraten, nutran y regeneren la hebra capilar en profundidad, y ayuden a mantener el color. Para evitar que el agua salada y el cloro lo maltraten, deberás enjuagar el cabello con agua dulce, cada vez que sea posible. Puedes aplicarte una loción hidratante, por dos o tres minutos, y retirarla luego con suficiente agua, pero no te coloques un baño de crema y encima un pañuelo. Con eso solo conseguirás "freír el cabello en aceite". Lo correcto es que al final del día, lo laves con los productos antes mencionados. La alimentación también es fundamental para preservar la salud del cabello en esos días de temporada solar. Ingiere alimentos ricos en vitaminas A y C, y que contengan calcio y hierro. Para el retorno, deberás volver al salón de belleza para realizar un corte de puntas, aplicar un baño de crema y un tratamiento de renovación de color, sobre todo, si lo tienes teñido.
¡A proteger Nuestro Mejor Accesorio, Nuestro Cabello!