Primero y más importante, he perdido la batalla contra el francés “québecois”.
No entiendo ni pajotera idea, sobretodo el de la calle. Lo poco que he ido al super o al banco he notado un esfuerzo por hacer que yo entienda, pero en la calle es todo muy natural (como debe de ser). De momento es una lucha perdida. Veremos a ver cuando empiecen las clases.
Segundo, anunciar que conmigo ha venido la nieve. Sí, porque no había nevado hasta ahora, y para que yo haga una inmersión completa, pues han decidido que era la hora de nevar.
A ver, frío frío no hace, unos -11ºC; el problema es la nieve. Cuando no han quitado la nieve por una calle es “joribol” andar por ella. Por cierto, la frase más escuchada estos últimos días ha sido: “Oh! Qué bien 0ºC para año nuevo hará buen tiempo”… sí, ¡por supuesto! Y corroboro NO HACÍA FRÍO, me siento ya canadiense. Dura como una roca!
Sí, esta que anda con pasos de pato, soy yo. Y que da igual haber nacido y vivido por 20 años en un país de nieve. Andorra es tan pequeño que a la mínima que nieva ya están quitando la nieve (así que andorranos, no os quejéis, aquí tardan una semana en “quitarla”), dicen por ahí que hasta que no llegue la primavera no veré el suelo, espero que se equivoquen.
Siguiente tema, los horarios, sí sí, Jet Lag, pero al final acabo cenando a la misma hora que vosotros, aka. 6pm. Y aguantar estos últimos días hasta las tantas ha sido un suplicio, he pasado de acostarme a las 8, a las 10 y finalmente ya me duermo a las 12!
Pues bien, no solamente es la cena a las 6, también almuerzan a las 12, cuando suelo desayunar en España (no quiero comentarios al respecto). Desayunar si que desayunamos como el resto de los mortales a eso de las 7/8 am. eso creo que es internacional.
Esto es lo que me preparó LP el primer día. Pain dorée. Es una especie de torrija en versión canadiense, pero más buena. Huevos, canela y creo que leche?! Se moja el pan y a freír. Y el sabor no tiene nada que envidiarle a la pinta.
Yo en mayo cuando me vaya.
¿La fama que tiene el café de América? Ea… pues no es un mito, es aguachirri, pero una se acostumbra y acaba cogiéndole el gustillo, y lo dice la amante del café. Lo positivo es que puedes pasarte la mañana tomando café sin miedo a que te dé una taquicardia.
Ahora, el precio de la comida merece otro post, pero adelanto que la leche vale el doble. Sí, sí, como leéis, una pasada. Tengo la teoría de que aquí a las vacas les dan de comer pienso bañado en oro, sino no me lo explico. De momento voy a empezar a decirle adiós a mi afición a las papillas y a los cereales.
Y no quiero olvidarme de la gente, aquí la gente por naturaleza es amable. Pero una amabilidad super natural y a nivel extremo. A mí no es que me cueste, sino que no estoy acostumbrada. Tampoco te lo dan todo hecho, pero te ayudarán todo lo que esté en sus manos.
Obviamente, con todo el tema nieve, fin de año, Jet Lag,… aún no he tenido tiempo de visitar bien la ciudad, pero pronto, pronto. Me despido aquí por hoy. ¡Un abrazo bien grande desde Montreal!