Como ya os comenté, un hándicap de viajar en agosto es que hay mucha gente, y cuando digo mucha es mucha, mucha. Había colas en todos lo sitios, una odisea para aparcar el coche, teniéndolo que aparcar lejísimos de los diferentes sitios a visitar, pero Sintra lo merece.
Visitamos el Palacio da Pena y la Quinta da Regaleira, los dos una maravilla, con estilos totalmente diferentes.
El Palacio da Pena destaca por sus torres de colores sobre una colina del Parque Natural
La mezcla de diferentes estilos arquitectónicos, motivos mudéjares y manuelinos se integran con torres góticas y mobiliario barroco en su interior, dan lugar a un extravagante y peculiar castillo, un verdadera joya arquitectónica.
Vigilad con la niebla, a nosotros nos hizo un día estupendo, pero recuerdo que hace 15 años cuando lo visité por primera vez, casi no lo ví por culpa de la niebla, aún así, sin apenas verlo, ya me pareció una maravilla, y ahora lo he podido corroborar, disfrutando en su plenitud de toda su belleza.
En Sintra también visitamos la enigmática y masónica Quinta da Regaleira, uno de los monumentos más apasionantes de Portugal que no os podéis perder.
La primera impresión al mirar el palacio nos recuerda a una casa de película de terror, pero su historia, secretos y misterios que esconde la Quinta de Regaleria la convierten en un lugar apasionante.
El palacio está rodeado de un fantástico jardín, con túneles secretos, cascadas escondidas y preciosas fuentes como la famosa Fuente de la Abundancia.
La atracción más apasionante de sus jardines es el pozo iniciático, también conocido como torre invertida.
Se trata de un pozo de piedra en forma de espiral, con nueve pisos conectados entre sí por varios tramos de escaleras.
Los nuevos pisos simbolizan el infierno de la Divina Comedia de Dante. Los masones debían ascender por él siguiendo un rito de iniciación que representaba el renacer hasta llegar a la entrada superior.
De quince en quince escalones y en forma de espiral se descienden los nueve niveles que, recreando el ritual, harían bajar al abismo o subir al cielo, según el recorrido iniciático escogido.
No muy lejos se encuentra el Pozo imperfecto, más pequeño y menos profundo que el iniciático.
Mientras el iniciático simboliza la búsqueda de la perfección, el imperfecto significa que no la hemos encontrado.
Ambos pozos están conectados por grutas, laberintos subterráneos, que llegan a una cascada lago.
Una visita muy divertida que a los niños les encantó, subir y bajar los pozos, perderse por los laberintos y cruzar el lago por el camino de piedras. Toda una aventura.
Antes de iros, no dejéis de pasear por el pequeño pueblo de Sintra y ver el Palacio Nacional aunque sea sólo por fuera (nosotros no entramos)
Y aprovechando que está muy cerca de Sintra, os recomiendo ir a Cabo da Roca, el punto más occidental de Portugal, de la península ibérica, o sea, de Europa continental
Allí donde la tierra se acaba y el mar comienza...
Me sentí en el límite, en el fin del mundo, claro está, del antiguo.
Unas vistas impresionantes de acantilados y la inmensidad del océano que no os podéis perder. Y os recomiendo que vayáis tapados, porque la zona es muy ventosa.
Todavía queda más Portugal por descubrir, en el próximo post viajaremos hacia el norte de Portugal.
Os espero.