Viajar a Cuba con tu bicicleta

Después de pasar frío en nuestros últimos viajes por el mundo, a pie y a pedales, decidimos irnos al Caribe, y ay, ¡qué calor! Recorrimos Cuba en bicicleta en un viaje de quince días. Paisajes espectaculares, gente maravillosa y una gastronomía criolla digna de mención. El único inconveniente, el calor. Mucho calor y un porcentaje de humedad elevadísimo.
Nos tomamos el viaje con calma. Algunos días hicimos 70/80 kilómetros porque era lo que tocaba pero otros días hicimos 30/40 kilómetros para poder pasar el día en las playas que encontramos por el camino.
Iniciamos el viaje en La Habana y nos dirigimos al oeste, dirección Viñales. Nuestra primera noche de ruta la pasamos en Las Terrazas. Una zona montañosa muy bonita. El único inconveniente este día fue que hicimos muchos kilómetros por la autovía de Pinar del Río donde no había sombras y todos los coches que pasaban nos cubrían de humo negro. Quisimos coger un desvío de la autovía pero nos lo pasamos al no estar señalizado y acabamos metiéndonos por uno que no venía en el mapa de carreteras que llevábamos. Otra opción es ir a Las Terrazas por la carretera del norte. Quizá esta opción sea más agradable. La autovía es el peor trozo que hemos hecho.
Las Terrazas

Salvo la casa de La Habana, no reservamos con antelación en ningún otro sitio y la verdad es que no tuvimos ningún problema. También es cierto que viajamos en temporada baja, la última quincena de septiembre.
El segundo día hicimos noche en San Diego de los Baños. Por el camino pasamos por Soroa, donde hicimos un alto para visitar El Salto, una pequeña cascada a la que se llega tras tres kilómetros andando. Estas carreteras de montaña son muy bonitas y están completamente rodeadas de vegetación. Por lo general, salíamos muy temprano de las casas para aprovechar el fresquito de la mañana (fresquito, por decir algo) y de esta forma avanzábamos algo más ligeros. Algunas de estas carreteras nos proporcionaban sombra a primera hora del día. Una vez que el sol estaba en lo más alto ya no había escapatoria.
Vistas desde el mirador de El Salto

Desde Soroa continuamos camino por la carretera central (CC). Hay que pasar por encima de la autovía y llegar a Candelaria para luego continuar a la derecha. Son unos pocos kilómetros más que por la autovía pero, realmente, merecen la pena. Por esta carretera no pasa el tráfico pesado. Lo único que se ve son carros de caballos, bicicletas, personas caminando, algún que otro coche americano de los años 50 y antiguos camiones rusos tipo Kama3. Es una experiencia increíble.
Camión en un almacén de la CC

Paramos en una gasolinera para comprar agua

Nos cruzamos con numerosos coches de caballos
durante el trayecto por la CC

Durante todo el recorrido da la impresión de que vuelves a otra época. Además, se va pasando por pueblos llenos de vida donde te puedes tomar una cerveza o comprar agua en gasolineras (donde es más barata). Todas las tardes había tormentas que llegaban, puntualmente, justo antes de alcanzar nuestro destino.
Parada en San Cristóbal, en la carretera central, para reponer fuerzas

Al día siguiente reiniciamos la marcha camino a Viñales y lo hicimos de nuevo por la CC. Antes de llegar a Viñales hay una pequeña subida y cuando llegas a la cima lo primero que te encuentras son unas vistas increíbles.
Viñales es un pueblecito encantador con más de 700 casas donde se alquilan habitaciones. Todas ellas se llenan en temporada alta. Nosotros nos alojamos en Casa Ana Belkis y Dayron, que os recomendamos sin dudarlo. Al día siguiente de nuestra llegada contratamos un taxi colectivo, por 15 CUC por persona, para pasar el día en Cayo Jutías, visita obligada (diríamos nosotros), y a la mañana siguiente cambiamos la bicicleta por el caballo e hicimos una ruta por el valle de Viñales. Muy recomendable. Visitamos las plantaciones de tabaco y café, una cueva y hubo hasta quien se bañó en el lago. El paisaje en el corazón del valle, conocido como el valle del silencio, es realmente maravilloso.
Cayo Jutías

Paseo a caballo por el valle de Viñales

Por la tarde intentamos visitar El Palenque pero se puso a llover a mares y nos quedamos en la casa. Una pena. Un día antes de irnos de Viñales reservamos los billetes de autobús en la oficina de Viazul. Cuando se viaja en bicicleta hay que reservarlos con tiempo, ya que normalmente sólo permiten cuatro bicicletas por autobús. Las bicicletas pagan un precio fijo de 5 CUC por trayecto.
Nuestro siguiente destino fue la provincia de Cienfuegos. El billete de autobús lo cogimos desde Viñales hasta el entronque (cruce) de Jagüey el Grande. Desde ahí, cogimos las bicicletas e iniciamos ruta camino a Playa Larga donde hicimos noche. De camino a Playa Larga se puede visitar el criadero de cocodrilos y Guamá. Al día siguiente hicimos noche en Playa Girón pero no sin antes pasar el día en Punta Perdiz, en el mar Caribe, tomando el sol y haciendo snorkel.
Un merecido descanso en el mar Caribe

Un poco antes de llegar a Punta Perdiz se puede hacer otro alto y visitar la Cueva de los peces. En ese punto hay también otra pequeña playa con una pinta fantástica. Nosotros no paramos. Hay muchas opciones durante el recorrido pero no mucho tiempo y al final toca elegir. Además, Cuba es caro para los turistas y todo cuesta mucho dinero, por lo que hay que ir haciendo elecciones por el camino. En Punta Perdiz pasamos un buen día. Nos acogimos a un todo incluido y por 15 CUC por persona tuvimos hamacas, comida en el buffet libre a mediodía y barra libre en el bar de la playa.
Tanto en Playa Larga como en Playa Girón nos llovió por la tarde, por lo que no pudimos hacer mucho más una vez llegamos a nuestros destinos. Desde Playa Girón fuimos a Cienfuegos. Hay unos 80 kilómetros pero sin ninguna dificultad. La carretera del sur (CS) lleva algo más de tráfico que la CC, por lo que hay que tener cuidado pero no es complicada. La llegada a Cienfuegos fue algo más caótica. Bastante tráfico y humo negro por todas partes. Nos quedamos en una casa que estaba muy bien con unos propietarios muy hospitalarios. Visitamos la parte más turística de la ciudad y comimos en un restaurante que nos encantó. El restaurante Bahía tenía comida criolla e internacional de muy buena calidad, aire acondicionado y un servicio exquisito. El precio también estaba muy bien.
Malecón de Cienfuegos

Salida de Cienfuegos

Desde Cienfuegos continuamos camino hacia Trinidad. En esta ocasión, paramos también a mitad de camino e hicimos noche en Villa Guajimico. Nos alojamos en un campismo (camping) agradable, aunque la comida no fue la mejor del viaje. Allí alquilamos un kayac y nos adentramos en el mar sin saber muy bien cual era nuestro destino. Al final llegamos a una playa medio oculta que resultó ser impresionante. Un poquito de sol, un poquito de snorkel y de vuelta al camping. La tarde la pasamos en la piscina de agua salada del caribe que tiene el complejo y tomando cervezas en las tumbonas. Otro día de relax en Cuba.
A unos metros de la playa

Echando el ancla

Piscina de agua salada en Villa Guajimico

Nuestro último día en bicicleta fue de Guajimico a Trinidad, la ciudad más bonita que vimos en Cuba. Otro día tranquilo de ruta y mucho calor. Allí pasamos un par de días. Felipe hizo una pequeña excursión a La Boca y Playa Ancón uno de los días para darse un paseo y otro chapuzón en el mar Caribe, pero acabó volviendo en taxi porque pinchó (o porque había "ponchado" como le dijeron en la casa donde nos alojábamos cuando llegó arrastrando la bici), y encima no llevaba nada para arreglarlo. Aún sí comentó que cualquiera de estos dos sitios es perfecto para pasar una mañana y están sólo a unos ocho o diez kilómetros de Trinidad.
De paseo en bici por Trinidad

Paseo a pie por Trinidad

Trinidad

La mejor época para viajar a Cuba es de noviembre a febrero, aunque también es temporada alta y hay que reservar con antelación si la idea es quedarse en casas de cubanos y no hoteles. La atención en estas casas es la mejor que puedes recibir. Los anfitriones son encantadores, te facilitan mucha información y te ayudan con todo lo que necesitas. Las personas que gestionan estas casas están obligadas a cuidar del turista y se lo toman muy en serio.
Final de jornada en Hostal Aída y Miguel en playa Girón

Por lo general, los desayunos son fantásticos. Abunda la fruta, y los zumos naturales son espectaculares. La fruta es siempre de temporada por lo que según la época del año tomarás una u otra fruta. También teníamos huevos fritos o en tortilla y café. Nosotros pagamos en casi todas 25 CUC por noche y, salvo en alguna casa, el desayuno lo pagábamos aparte, 4/5 CUC por persona. Algunas noches cenábamos en estas casas por 10 CUC por persona. El problema de estas cenas es que son tan abundantes que difícilmente puedes acabar la mitad de la comida que te ponen en la mesa. Lo normal era que te dieran a elegir un plato principal, pollo. pescado o ternera, y después siempre venía acompañado de otros platos que solían ser arroz moro (un tipo de arroz negro), otro plato de arroz blanco con una fuente de frijoles negros, un plato abundante de fruta y una ensalada de judías verdes con aguacate. Imposible acabarse las cenas. Sólo en una casa nos ofrecieron la posibilidad de pagar 8 CUC por persona y tener menos cantidad.
Paladar cerca de Viñales

La última parte de nuestro viaje la pasamos en La Habana. De Trinidad cogimos otro autobús de Viazul a La Habana. Las grandes ciudades siempre son un punto y aparte respecto al resto del país. Salvo la parte antigua, que están rehabilitando, el resto de La Habana parece que es el escenario de algún país en guerra, algo que no pasa en las provincias. La Habana Vieja es bonita y está llena de paladares (restaurantes propiedad de cubanos), restaurantes (propiedad del gobierno) y tiendas para comprar recuerdos. En cambio, apenas se ven tiendas y están casi no tienen mercancía.
La Habana

El uso de dos monedas en Cuba es también un problema, a nuestro parecer. Los CUC son los pesos convertibles que utilizamos los turistas cuyo valor es casi el equivalente al euro y la moneda nacional es la que utilizan los cubanos y, por tanto, la moneda en la que paga el Estado. Esta moneda tiene un valor 25 veces inferior al CUC. Sólo los cubanos que trabajan con turistas tienen acceso a CUC y aunque la mayor parte de lo que ganan con sus negocios es para el Estado, siempre les queda algo en esta moneda que, por poco que sea, siempre es bastante comparado con el peso cubano.
Nosotros cambiábamos divisa en las CADECA, que son las casas de cambio. No encontramos casas de cambio en todos los sitios en los que estuvimos pero sí en la mayoría. Cambiamos en el aeropuerto nada más llegar, en Viñales y en La Habana. Los tipos de cambio son muy parecidos. No merece la pena esperar para cambiar en otro sitio pensando que te ahorrarás dinero. Al final, tampoco se cambia tanto y no hay tanta diferencia. Nosotros pagamos todo en efectivo. El pago con tarjeta sólo es posible en hoteles y restaurantes y, normalmente, cobran una comisión cuando pagas con tarjeta.
Coches en perfectas condiciones para dar una vuelta por La Habana

En cuanto a internet, nosotros compramos una tarjeta por 4,5 CUC en un hotel de La Habana que nos daba 1 hora de servicio. En principio, esta tarjeta sólo la pueden comprar los huéspedes del hotel pero nos hicieron el favor. Conocemos a gente que nos dijo que pagó 10 CUC en otros hoteles por una tarjeta que ofrecía el mismo servicio. También existe la posibilidad de pagar 5 euros/día a tu operador en España para poder tener acceso desde tu móvil mientras dura el viaje.
Un viaje muy completo que recomendamos pero, ¡elegid bien la época si no os queréis achicharrar!
Recorre Cuba en bicicleta from ENLACIMA on Vimeo.

Si alguno de vosotros va a hacer este viaje y necesita información más detallada, no dudéis en contactarnos. No hemos entrado en mucho detalle por no hacer el artículo demasiado largo.