Hay varias formas de llegar hasta el ingreso del sendero: excursiones, a dedo, en auto propio. Hay un lugar para estacionar gratuito; yo como comenté en el post anterior alquilé un coche por $800 pesos el día con kilometraje libre, creo que es la mejor opción. Si van de a 3 o 4 personas, aún mejor. El camino de ruta 3 tiene la carpeta asfáltica nueva, y el recorrido es sumamente recomendable por el paisaje. Hasta la laguna pueden demorar unas 2 horas, porque se detienen a sacar fotos o a descansar, seguramente la vuelta es más rápida. Llevar botella con agua y no tirar residuos en el camino.
El ingreso al sendero a Laguna Esmeralda comienza con una travesía por un bosque frondoso, sonido de aves y pendiente hacia abajo. Los primeros pasos, te hacen creer que estás en la película El Señor de los Anillos. A medida que se avanza el camino de doble huella y barro abre paso a la aventura. Se atraviesan árboles caídos, secos.
Lo interesante es que el camino en su totalidad está señalizado con unas pequeñas marcas azules en los árboles , es imposible perderse. En la zona de turba, puede que hundas el pie hasta la rodilla en el barro y te mojes. Recomiendo llevar un calzado seco, medias y algún pantalón extra. Cuando baja el sol, se pone frío.
Una vez que se pasa la zona de turbas, la aventura llega a mitad de camino, un río color esmeralda baja desde la Laguna y el Glaciar Albino y el Cordón Toribio asoman y guían el sendero. Los colores son impactantes, el otoño brilla entre amarillos, colorados y todavía verdes. El escenario es espectacular.
Llego un poco cansado del trekking, subo la última cuesta y ahí está: La Laguna Esmeralda. El sol brilla y me encandila de emoción. Bajo, me mojo la cara y las manos. Un perrito buscaba comida, compartimos el sandwich.
Emprendo el regreso con otra energía, el sol comenzaba a apagarse y dejo atrás una aventura que sin dudas, pongo en el TOP 10 de lugares para visitar en Argentina. La Laguna Esmeralda, merece la pena ser conocida.
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