Esta chica había quedado para tomar café en casa de una amiga, y no quería llevar los típicos pasteles o pastas porque prefería llevar algo más original, y por otro lado no quería mucha cantidad, ya que acabábamos de salir de las comilonas navideñas y las dos estaban saturadas de dulces.
Así que lo dejo en mis manos y con todo lo que me había comentado se me ocurrió que el detalle tuviese mucho toque a chocolate.
Para empezar, les preparé dos galletas, solo dos, una para cada una, para que no tuvieran muchos remordimientos postnavideños. Las galletas eran de chocolate con esencia de mandarina, y la decoración de fondant de chocolate y fondant blanco.
Para acompañar las galletas, preparé unos bombones de chocolate negro con crocantí en los mismos motivos, que si finalmente preferían no abusar del dulce, le servirían como detalle para la anfitriona.
Tanto las galletas como los bombones iban en sus correspondientes cajas a juego, con rayitas blancas y marrón chocolate.