Cuando llegué a Alemania, la primera ciudad que conocí (después de la mía, claro) fue Colonia, Köln en alemán. Cuarta ciudad más grande de Alemania y la más poblada del estado de Renania del Norte-Westfalia (eso dice Wikipedia), para mí, es una gran oportunidad de conocer una de las ciudades más importantes y probar su cerveza Kölsch, especialidad local, siendo una cerveza clara que al degustarla me remonta a mi país, lo cual no sé si tomarlo como algo bueno o algo malo, debido a que la cerveza clara mexicana no es de mi agrado, pero recordar el lugar donde creciste estando tan lejos es solamente fantástico.
EL ZOO
La oportunidad de conocer su Zoológico es algo que no podía dejar pasar, mi lado de Biólogo me arrastra hasta ese lugar como si nunca hubiera estado en uno y sobre todo ver esa sonrisa al ver el área de elefantes (¿Qué más se puede pedir?), es un lugar reconfortante que hasta me dieron ganas de trabajar ahí.
LA CATEDRAL
Su Catedral (Kölner Dom), llena de arte en cada una de sus paredes y rincones, antes de entrar tenemos la oportunidad de apreciar el arte callejero, dibujo en piso, como aquellos que en México solo los apreciamos en las redes sociales porque si alguien quiere mostrar su talento de aquella forma tan solo no puede porque esta prohibido y algún policía lo hará retirar. Al entrar a la catedral es como si el tiempo regresara, su construcción al estilo gótico y el relicario de los Tres Reyes Magos te hacen pensar en su construcción que transcurrió de 1248 hasta 1880.
te invito a ver EL siguiente video
CAMINAR POR LA CIUDAD
Caminar por sus puentes que cruzan el río Rhein (Rin) es una de las mayores experiencias que he tenido en este viaje, donde puedes encontrar gente caminando, en bicicleta, y una de las muestras de amor entre las parejas, escribo precisamente de la tradición de colocar un candado, principalmente con los nombres de la pareja grabados en el, con el cual se muestra el amor eterno.
Al terminar la caminata es imprescindible tomar una cerveza Kölsch (o dos, aunque no sea tan rica) en alguno de los tantos bares que se encuentran a la orilla del Rhein y disfrutar la noche.