Por ejemplo, sobre la cima del Monte Olimpo, en Grecia, los dioses decidían el destino de los mortales. O también , Dios se le manifestó a Moisés en la cima del Monte Sinaí, para mantener un diálogo que marcaría el destino de la humanidad.
Esta simbología se debe a la creencia de que los lugares altos permiten que nuestros pensamientos lleguen mejor hacia una divinidad y, de esta forma, nuestras súplicas posean mayor alcance.
Y, como todo lugar divino, tiene seres que lo cuidan. Aquí es donde aparecen los ángeles custodios, que se ubican en un lugar elevado para poder proteger todo el territorio circundante.
Su función es impedir el ingreso de presencias malignas en la región y, por ello, existen en el mundo tantos santuarios de culto sobre las cimas de las montañas.
Pero lo que realmente llama la atención aquí es que hay tres montes o elevaciones en territorio europeo, que poseen una sorprendente alineación de carácter angélico. Se cree que en estos tres lugares el Arcángel Miguel apareció con el fin de proteger al hombre del mal.
Así, si se traza una línea imaginaria entre ellos, se puede comprobar fácilmente la sorprendente conexión que los une gráficamente, primero y simbólicamente, después.
De esta forma, comprobamos luego que cada uno de estos sitios se halla misteriosamente involucrado con la presencia del arcángel Miguel, el luchador por excelencia contra las fuerzas del mal.
El monte Saint Michel
Este lugar se encuentra al norte de Francia, en un paisaje llano, donde la catedral emerge como una isla sobre las aguas, para, al bajar la marea, quedar como el único lugar habitado en la soledad de la inmensa playa vacía que la rodea.
Los ejes de adoración han variado en el monte, ya que allí se realizaron en épocas pasadas, cultos solares, ritos celtas al dios del fuego, hasta la llegada del cristianismo, en que pasó a adorarse a San Miguel Arcángel. Es así que, a través de las distintas épocas, el espíritu del hombre siempre percibió que en este lugar estaba presente la divinidad, aunque con nombres y ritos distintos.
El lugar es un sitio asombroso, en el que se siente la presencia del arcángel protector contra las fuerzas oscuras.
La Sacra di San Michele
Aquí, el arcángel también dio señales. Esta abadía benedictina está sobre el Monte Pirchiriano, a las puertas de Turín en Italia. Una leyenda cuenta que el diablo lo habitaba antes y que por las noches daba un salto en el valle y dormía sobre el monte Caprasio. Alrededor del año 900, con el fin de desmentir estos relatos, se decidió construir allí una pequeña iglesia. Pero apareció el Arcángel Miguel e indicó como lugar de construcción, el monte Pirchiriano. Fue así que, para obedecer a su voluntad, se construyó la abadía. Asombrosamente, la noche en la que la construcción se terminó, el cielo se iluminó. Todo era pura luz y cuentan que el mismo Arcángel y sus legiones descendieron para consagrar el lugar.
Gruta del Monte San Ángelo
En Gargano, Italia, se encuentra el Monte San Angeló y la Basílica San Miguel Arcángel. Allí, afirman que el ángel se presentó en persona ante el obispo diciendo que la gruta debía consagrarse al culto cristiano y que concedería todos los ruegos que a él se dirigieran. Pero, ante el descreimiento de algunos, nada se hizo. Más tarde, el pueblo se vio amenazado por una invasión y el Arcángel volvió a aparecer para prometerles victoria si confiaban y tenían fe, y así fue. En la cueva se construyó un templo angélico donde los visitantes siguen acudiendo a pedir protección y recibir su gracia.
En sucesivos post indicaré los datos turísticos para quienes quieran visitar estos lugares.