Todos sabemos que las adaptaciones de novelas adolescentes a la gran pantalla no son de fiar. Puede que Los Juegos del Hambre (y, sobre todo, la excelente En Llamas) haya conseguido traspasar el complejo filtro al que millones de espectadores la sometieron, pero lo normal no es que esto ocurra. Lo normal es que los críticos se limpien el cerumen de los oídos con el ticket de la entrada del filme en cuestión y que los alocados fans de las novelas lo deglutan para que, una vez sea expulsado de su organismo, lo haga tal y como ellos creen que se merece por lo pésima que ha resultado ser la adaptación al formato audiovisual de su adorado libro. Malditos sean... ellos y su estúpido club.
Sin embargo, esta vez he de decir que el trailer de una película de estas características me ha llamado bastante la atención... Y es que resulta que en El Corredor del Laberinto no puedo evitar ver la oportunidad perfecta para que la exagerada decepción que me llevé al ver la tercera prueba de Harry Potter y El Cáliz de Fuego por fin se vea recompensada con un laberinto cinematográfico en condiciones. ¿Qué queréis que os diga? La película puede apestar todo lo que queráis a feromonas y adolescentes en celo, pero el laberinto parece que, en contraposición al desastroso trabajo de Mike Newell, va a dar de qué hablar.
Yo, personalmente, estaré ahí para alabarlo, desangrarlo o para seguir esperando al laberinto cinematográfico perfecto.
Maldito seas Newell, lo tenías en la palma de la mano y, sin embargo, la cagaste Burt Lancaster.
¿Acabo de citar a Hombres G?
Ay las hormonas.
Jerry.