Todos tenemos nuestros juegos que, por más tiempo que pase, seguirán gustándonos. Los jugaremos una y otra vez y seguirán sin aburrirnos. Tienen un pequeño hueco en nuestro corazón y son inamovibles. En mi caso, llevo jugando a videojuegos desde que tuve mi primera maquinita, una Atari 2600 de segunda generación. Tenía uno de esos cartuchos en los que te venían mil y un juegos, pero siempre jugabas a los mismos dos o tres, estando Super Mario entre ellos. En 1997 tuve mi primer ordenador y ahí fue cuando eché mano a lo que podía, fuera de acción, estrategia o de carreras. Más tarde pasé por la Game Boy, Game Boy Advance, PlayStation 2, PSP, Xbox...
He jugado a muchos juegos, y diría que de casi todos los tipos. Sin embargo, por más que haya probado, hay unos cuantos que se han ganado un lugar en ese pequeño hueco de mi corazón. Os dejo aquí con mi top 5, sin ningún orden en concreto. ¿Cuáles son aquellos que os han marcado y cuáles recomendaríais?
1. Tomb Raider
Uno de mis primeros juegos de ordenador, se coló entre mis favoritos gracias a su protagonista y los lugares que visitaba. Me llamó mucho la atención que se tratara de una mujer, y no de un hombre, que fuera atractiva a la par que inteligente. Lo más interesante para mí de este juego fue, además de Lara, el visitar localizaciones con historia. Tal vez fue lo que propició que me interesase por la historia, y con la cuarta entrega se terminaron de ganar mi corazón al ir a Egipto.
2. Age of Empires
Si bien mi primer juego de estrategia fue Warcraft, Age of Empires fue el que me enamoró, en especial las campañas históricas de la segunda entrega. William Wallace, Jeanne dArc, Gengis Khan, Saladino... ¡Y cómo olvidar el sonido de los sacerdotes al convertir a otra unidad!
3. Final Fantasy X
Mi primer Final Fantasy, y de los que he probado hasta la fecha es el que más me ha llegado. Excelente banda sonora, personajes carismáticos, localizaciones espectaculares y una preciosa historia. Lamentablemente no lo he terminado, pero me quedé muy cerquita del final, ese final con el que es imposible no llorar.
4. World of Warcraft
"Oye, tengo acceso a la fase beta de un juego, ¿quieres probarlo?". Así comenzaron mis andaduras por World of Warcraft, más conocido como WoW. Probé la beta y no me llamó demasiado, en especial los gráficos. Aun hoy día siguen sin gustarme. Cuando salió el juego, no obstante, tuve que comprarlo y probarlo de nuevo. Total, había probado una fase beta, no estaba terminada, así que debía darle una oportunidad al producto final. Seguía sin gustarme demasiado y hasta un año después seguía sin saber que existían habilidades (sí, durante un año o así estuve jugando con el ataque automático. Matadme). Lo dejé, pero el mono era demasiado grande, así que volví y volví para quedarme. Cuando me robaron la cuenta en 2008 dije "aquí lo dejo", pero a los pocos meses me hice una nueva y aquí sigo. Tiene una buena historia, personajes muy típicos, guiños por doquier a juegos, películas, libros y demás. Engancha, como habéis podido ver. Tanto que ayer salió el pre-parche de Legion y a las pocas horas ya tenía a mi Demon Hunter a nivel 100.
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5. Dragon Age
Guau. Es decir, ¡GUAU! Había jugado antes a Mass Effect y a Knights of the Old Republic y sabía que las historias que podía crear Bioware eran espectaculares, ¡pero Dragon Age se lleva la palma! Es de esas sagas en que hay detalles sin importancia, pero que más adelante tienen una relevancia inesperada. Gran banda sonora y excelente historia, junto a personajes inolvidables como Varric, ¡el gran Varric! Es de esos juegos donde las decisiones que tomas no sólo afectan a la historia, sino a las siguientes entregas de la saga. Te hace sentir parte de un mundo totalmente vivo y lleno de magia, te hace meterte en el personaje y cogerle cariño a tus compañeros (con quienes, además, puedes tener una relación sentimental).